Tras el atardecer
AFT Rancho: amantes del fin de tarde, eso significa el acrónimo algo hippie de esta productora de contenidos creada por dos amigos, Franco “Pepe” Rivas y Pedro R. Malevini allá por el 2010. Ubicada inicialmente en Mar del Plata, a la vuelta nomás del clásico Manolo, hoy finalmente se instalaron en una elegante casona con vista al mar de Chapadmalal, el balneario que está marcando buena parte del ritmo veraniego 2023. Y allí, rodeados de naturaleza, se convirtieron en una parada obligada de aficionados y aspirantes del surf, con una propuesta gastronómica relajada, rica y a buen precio, un combo imbatible y muy buscado entre las olas atlánticas.
Entre fogones y atardeceres playeros, el rancho recibe con una van de techo levadizo acondicionada especialmente –al estilo foodtruck- donde apenas se va el sol comienzan a despachar comidas y tragos clásicos. Al fondo a la izquierda, en el parque, una enorme barra y un horno de barro completan la propuesta desde la cual el cocinero Tomas Paterson (ex Lardo) despacha platos como la provoleta ahumada con tomates cherries confitados y tostadas con aceite de albahaca ($2000) o las empanadas de sabores poco habituales (como la de carne braseada al malbec con cebolla caramelizada, la de camarones o las samosas indias como opción vegetariana, todas $500). Hay además pizzas individuales que vienen con bebida ($3500) y wraps de ternera desmenuzada o de vegetales de estación, que incluyen también una bebida a elección ($3500).
A tono con cierta idea festiva e itinerante, vale la pena estar atentos a eventos especiales que organizan en AFT, con menúes especiales y pop ups con cocineros amigos invitados. Casi todos los días se suman muestras artísticas y algún dj que acompaña la noche.
Sin pretensiones pero con buena mano, AFT Rancho marca uno de los buenos rumbos posibles de la cocina playera en la costa argentina. Paisaje, sabor y surf, al alcance de la mano.
AFT Rancho queda en Calle 0 y 751, frente al mar, Chapadmalal. Horario de atención: miércoles a domingos por la noche. Instagram: @aft_rancho.
El del barrio
Abierto desde 1947, el Club Social y Deportivo Costa Azul es “el Costa”, al menos es así como lo llaman muchos de los vecinos locales. Un club que se enorgullece de ser nada menos que el primer representante oficial del fútbol y otras tantas actividades sociales en Chapadmalal. Y como buen espacio de encuentro social, este lugar también fue creciendo gracias a la calidad de una cantina atendida por sus propios dueños, que en voz baja y sin marketing supo posicionarse como un clásico de la zona. El salón es pequeño y cálido, con una decoración sencilla donde brillan algunos trofeos, banderines, cuadros de jugadores y un televisor que sintoniza siempre un canal deportivo.
Los aromas se huelen apenas entrar, saliendo desde una pequeña ventana donde se ve el atareado trajinar de los cocineros que ofrecen una cocina tan casera como tradicional. Destacan por ejemplo las tortillas al punto pedido, en opciones con o sin cebolla, con o sin chorizo. También la entraña y las costillitas a la riojana -típico plato bodegonero– completan la línea de tres que marca la delantera de esta casa. Ocupando la media cancha están las consabidas pastas caseras en porciones siempre abundantes, con sorrentinos, ñoquis y ravioles, servidos con salsa a elección. Y el equipo se completa con la clásica milanesa napolitana con guarnición; lo mejor es pedir las papas fritas, cortadas finitas y cocinadas hasta quedar bien crocantes.
Para beber hay vermú y sifones de soda, gaseosas grandes, cervezas y una carta de vinos clásicos y conocidos a precios correctos (suelen estar a temperatura ambiente, conviene pedirlos con hielo aparte). Para finalizar está la categoría de los postres, con los nombres de siempre: helados, vigilante y un flan mixto casero de esos que nunca defraudan.
Con precios amables, en especial pensando en vacaciones, una comida completa rondará los $3500 por persona, valor respetuoso de ese ambiente de club, fútbol y cantina. Un lugar para sentirse parte del barrio de Chapadmalal.
Club Social y Deportivo Costa Azul queda en Calle 4 entre 697 y 699, Chapadmalal.Teléfono: 0229-151-2477. Horario de atención: martes a domingos, noche; sábados y domingos, también mediodía. Instagram: @clubcostaazul
Abriendo el juego
Mucho más que un simple café, Bai Bai nació hace nueve años como una casa de viajes, salidas de surf y pequeñas escapadas. Hoy mantiene esa propuesta, pero aumentada, multiplicada y continuada en eventos, shows de artistas locales, un hostel en la parte de atrás y un café/restaurante al frente que sirve como modo de enhebrar todo: la gente, la cocina y la vida de playa.
Luis Leonard es el fundador de Bai Bai y le gusta definirlo como una suma de experiencias alineadas a un estilo de vida wellness. Más allá de sus palabras, lo innegable es que, año tras año, Bai Bai crece en popularidad sobrepasando incluso el nicho de Chapadmalal.
La talentosa Daniela Butvilofky, chef ejecutiva y host de un ciclo gastronómico que invita a reconocidos cocineros como Roy Asato o Christina Sunae, entre otros, creó un menú con protagonismo de vegetales, sumando además pesca artesanal, mucha mirada estacional e ingredientes cultivados en los alrededores, entre la costa, la sierra y el campo que rodean a Mar del Plata.
El día puede comenzar a las 9 am con café de Fuego Tostadores y opciones como los pancakes con fruta de verano y miel ($1200) o el bowl proteico con quinoa, amaranto, queso halloumi grillado, huevos revueltos, palta, porotos negros, kale y gomasio ($1500), un shot de energía suficiente para seguir todo el día. Para la tarde tienen pastelería hecha en casa como la torta húmeda de chocolate con frutillas y miel de dátiles ($900) o clásicos como budines, croissants o alfajores ($600/700). Ya de noche, a la vuelta del día de playa, la carta cambia y suma opciones como la selección de quesos ($2000), la empanada de hojas de espinaca, remolacha y cebolla con un huevo seis minutos de cocción y chutney de ciruelas ($800), también la pesca frita con alioli cítrico (1800) o la fainá tibia con berenjena, pesto y queso romanito ($1400). Para cerrar, el afogato suma café y frescura helada ($1000). Y a tono con la idea de modernidad de la casa, hay vinos naturales y cócteles creados por Maga De Milo.
Un multiespacio playero, donde la cocina toma las riendas: así es Bai Bai.
Bai Bai queda en calle 0 (ex Cárcolas) 3069, Chapadmalal. Horario de atención: todos los días de 9 a 24. Instagram: @baibai_cafe