Con el eje puesto en la teoría del voto duro versus el blando, Durán Barba volvió sobre su remanido manual de campaña de bolsillo en una columna publicada hoy en Perfil, donde se despachó con una singular visión del electorado kirchnerista (desinformados, subsidiados, falsificadores, narcos de poca monta) en contraposición con los seguidores de Cambiemos, cuyo denominador común sería “la esperanza”. En una reversión de su ya conocido hit “Cristina es la candidata de los pobres”, pero esta vez con una vuelta más de estigmatización, vinculó al voto duro de Cristina con “aquellos sectores vinculados a la economía informal, la falsificación de marcas y los que viven de subsidios y del narcomenudeo”. No es la primera vez que el gurú presidencial acusa a los “votantes del conurbano” de “ignorantes” y califica su voto como “estomacal”.
El perfil del voto kirchnerista para el asesor estrella del Presidente está más ligado a las creencias que a los datos de la realidad. Se trata de un votante que “tiene poca información de lo que ocurre en el mundo” y "cree que sería mejor que todas las empresas fueran estatales para que subsidiaran sus productos", sigue a "líderes mesiánicos", “vive en la pobreza” -a la cual asocia con “un sino inevitable”- y “votará fácilmente por el populismo”.
Este fabricante de candidatos y partidario de una dirigencia “alegre y con humor” jura, aunque sin precisar fuentes, que “en investigaciones realizadas por alguna universidad encontraron que estos pobres no tienen esperanza de que mejore su situación, y normalmente no hacen esfuerzos para que sus hijos estudien y se preparen para un futuro que parece inalcanzable”.
En línea con la clasificación macrista de “curro”, Barba asoció además a los derechos humamos con el universo de lo primitivo: “Si el encuestado es un firme defensor de los derechos humanos y además respalda a la dictadura militar venezolana, sólo puede votar por Cristina o por alguna versión arcaica de la izquierda. Es un voto imposible para cualquier candidato que analice racionalmente la política”.
En la vereda de enfrente, el votante fiel de Cambiemos, en palabras de uno de los cerebros detrás de los talleres de entusiasmo Pro, tiene como “núcleo duro la esperanza”. Pueden incluso ser “pobres aspiracionales”, es decir, que “no tienen cloacas, no tienen agua, no tienen empleo, pero creen que sufren esas condiciones por la corrupción o la incapacidad de quienes gobernaron la Provincia durante las últimas décadas. Creen que es posible vivir mejor y, a pesar de sus pobres recursos, gastan lo que pueden para que sus hijos estudien, progresen. Hay también bastantes jóvenes que estudian, viajan, ven que el modelo estatista de la economía subsiste solamente en países como Corea del Norte, Cuba y Zimbabwe”.