Cuando la Justicia argentina le respiró en la nuca, Luis Esteban Kyburg puso en marcha su plan de huída: tramitó la ciudadanía alemana, armó el bolso y, paso previo por Estados Unidos, se instaló en Berlín. Durante un tiempo tuvo la esperanza de que su pasaporte europeo lo salvaría: por ser ciudadano, Alemania rechazó el pedido de extradición que Argentina emitió en 2015 para indagarlo por su presunta participación en crímenes de lesa humanidad cometidos en Mar del Plata durante la última dictadura cívico militar. Pero nada dura para siempre: el martes, por orden de la Fiscalía local, la Policía allanó su domicilio en la capital germana, algo que desde la querella de la causa consideran “un paso adelante” en dirección al enjuiciamiento del prófugo.
“El registro de su casa es un paso adelante y muy importante sin dudas”, definió el abogado Wolfgang Kaleck, secretario ejecutivo del Centro Europeo por los Derechos Humanos y Constitucionales (ECCHR, por sus siglas en inglés) y abogado querellante en el proceso que en Berlín avanza, a paso lento pero constante, en contra de Kyburg. “Pero la decisión que estamos esperando es que la Fiscalía formalmente lo acuse de homicidio porque eso es lo importante, por lo que estamos peleando”, concluyó el abogado.
Kaleck representa a familiares de víctimas de Kyburg desde 2018 en el proceso que, al momento, está en manos del fiscal Dirk Feuerberg. Desde entonces, el representante berlinés permanece recolectando información que le servirá para definir si acusa o no al marino retirado o no. El allanamiento en la casa de Kyburg sirvió para buscar “documentos, dosieres y datos que permitan esclarecer el papel del sospechoso en la 'desaparición' y presunto asesinato de miembros de la oposición" argentina durante el golpe de Estado, difunció la agencia Télam en palabras de la Fiscalía local.
“Ahora Kyburg sabe que lo están cercando y que la cosa viene seria”, indicó Kaleck, y completó que se siente “optimista” con la causa: “Estoy seguro de que la Fiscalía va a tomar la decisión de acusarlo formalmente”.
El prófugo
Oficial de la Marina retirado, Kyburg fue el segundo comandante de la Agrupación de Buzos Tácticos cuya base de operaciones fue la Base Naval de Mar del Plata. Allí, durante la última dictadura cívico militar argentina, funcionó un centro clandestino de detención. En 2012, el juez federal de Mar del Plata Sebastián Inchausti lo citó a indagatoria en el marco de las causas que investiga secuestros, torturas y asesinatos sucedidos en aquel campo de concentración. En 2013, como no se presentó, emitió una orden de captura internacional.
Desde entonces, Kyburg permanece prófugo. Mediante una denuncia recibida en el Ministerio Público Fiscal se supo que vivía en Berlín. En 2015, Alemania recibió de Argentina un pedido de extradición que fue rechazado: al marino retirado lo ampara la Constitución de su nuevo hogar, que no permite que otros países juzguen a sus ciudadanos. Sin embargo, aquel rechazo no significó un fin, sino el comienzo de una nueva alternativa: un juicio en la capital alemana.
Todo este proceso sucedió con Kyburg en las sombras. “No era público todo esto, nosotros lo hacemos público”, cuenta a este diario Toni Hervida, periodista, camarógrafo y productor argentino radicado en la capital alemana, quien reveló el escondite a cielo abierto que se había forjado el represor en Prenzlauer Berg, Berlín del Este.
Argentina ya había recibido la negativa de Alemania de extraditar a Kyburg cuando Hervida se decide a encontrarlo. “Yo me entero de que hay un represor argentino viviendo en Alemania con pasaporte alemán y me digo ‘no puede ser tan difícil de encontrar’”, aseguró a Página|12. Investigó, halló el barrio en el que vivía, halló el departamento –”si hasta tenía su nombre en el timbre”, detalló– y lo observó desde lejos durante mucho tiempo. “Lo busqué durante tres años. Hasta que las confirmaciones no dejaron lugar a dudas, era él”, apuntó.
Hervida fue quien acercó la información al ECCHR, que a partir de entonces comenzó a intervenir. Luego difundió la estancia del represor argentino prófugo en Berlín en un informe que realizó con el periodista Peter Hell para los medios berlineses, en 2020. En septiembre, tras el revuelo, organismos de derechos humanos en esa ciudad organizaron un escrache.
Los homicidios
En Alemania no es posible acusar a Kyburg por crímenes de lesa humanidad sino por homicidio, “el único de los delitos por los que se lo acusa en Argentina que la ley alemana no considera prescrito”, explicó Wolfgang. Del centenar de casos de violaciones a los derechos humanos que le endilga la Justicia argentina, en Berlín se podrían tomar las que culminaron en desapariciones. Ejemplo son las de Omar Marocchi y Fernando Hallgarten. Fernando fue secuestrado en agosto de 1976; Omar en septiembre junto a su compañera Haydée Valor. Fueron vistos en la Base Naval. Anahí Marocchi, hermana de Omar, fue hasta hace algunos días la única querellante en el proceso contra Kyburg en Alemania –representada or Kaleck–. Se sumó Fabián, el hermano de Fernando.
En ese sentido, son dos los desafíos que debe sortear esta historia hasta llegar a sentar al marino prófugo ante un tribunal alemán: “El primero es el hecho de que la desaparición no deja prueba de la muerte, no hay cuerpo. El segundo es el hecho de poder probar qué grado de responsabilidad tuvo el acusado en los homicidios”, conjeturó Kaleck. Una vez que la Fiscalía avance en la acusación, aún resta esperar a que el Tribunal tome el caso y se llegue a juicio. “Una cosa está muy clara: la Fiscalía está investigando seriamente desde hace años”, completó el abogado del ECCHR.