Quizás sean los experimentos de ruptura del frente agropecuario los que más le han rendido al Gobierno de Alberto Fernández, en un escenario "campo" siempre conflictivo para el peronismo. Primero fue, en 2020, el nacimiento del Consejo Agroindustrial con las grandes cereales y economías regionales quebrando la lógica de no sentarse a la mesa de la política. Y el hecho más reciente es la inclusión de un nuevo actor rural a los convites a los que habitualmente iba sólo la Mesa de Enlace: la referencia es para la Mesa Agroalimentaria Nacional, un conglomerado de pequeños productores, muchos ex Federación Agraria, que tienen perfil negociador, carecen de la obsesión por pedir retenciones cero y han logrado llevarse la medida más importante del anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa, para paliar los efectos de la sequía.
Es que días atrás, la entidad que lleva como lema el "somos el otro campo", fue quien vía varios de sus dirigentes le alcanzó al secretario de Agroindustria, Juan José Bahillo, un borrador con un programa de asistencia para que los productores chicos no perdieran capital de trabajo ni financiación. Eso se transformó en el Fondo Rotatorio, una especie de chequera permanente de 5000 millones de pesos con los cuales el Estado financia asistencia a productores con baja cantidad de hectáreas para que vuelvan a comprar hacienda, molinos y otras acciones. Juan Manuel Rossi, de Fecofe y gente del Fonaf fueron algunos de los que trabajaron en lo que finalmente fue un anuncio muy relevante, porque apuntala a los productores chicos.
El rol de la Mesa bis fue parte del eclipse de poder que atraviesa la Mesa de Enlace. El resto de la debacle son problemas propios y presiones de las bases. Antes de la primera reunión con Massa por la sequía, Nicolás Pino, presidente de Sociedad Rural (SRA), reunió a sus pares de Confederaciones Rurales, Coninagro y Federación Agraria para decirles que los técnicos de la entidad habían trabajado en un calculo de costo fiscal del dólar soja que le permitiría al Gobierno bajar retenciones a algunos productos, como 5 puntos a la carne y 15 a la soja. "No vamos a llevar eso, no tiene ni pies ni cabeza", le respondieron los otros tres pares, y le pidieron que lo presente SRA a solas.
Lo cierto es que, yendo a contramano del pedido, la SRA Rural le vendió ese plan al Gobierno como un plan de la Mesa de Enlace, lo que encendió las peleas internas, además de quedar en la nada. A eso se le suma una interna furiosa en CRA, la entidad que preside Jorge Chemes, donde hay peleas irreconciliables entre las regionales de Córdoba y la Nacional, y la Carbap (Buenos Aires) con Córdoba.
Así las cosas, en el anuncio de medidas, Enlace se colgó una medalla de decisiones que el Gobierno ya tenía tomadas, como el anticipo de Ganancias y levantar sanciones del Banco Central (BCRA) para los que retuvieron más del 5 por ciento de la soja. Lo mismo que los incentivos fiscales.
Patricia jubiló a Etchevehere
La parte que el Gobierno no controlará son los productores autoconvocados que se alimentan de la interna de Juntos por el Cambio. La novedad en ese frente es que ya eligieron candidato: Patricia Bullrich por sobre el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
La otra novedad es que Bullrich rompió filas con el ex ministro Luis Miguel Etchevehere y les promete a propios y extraños que en el hipotético caso de ganar la interna PRO, su potencial ministro del área sería Guillermo "Willy" Bernaudo, armador agrario de Patricia pero que fue secretario de Agricultura con el propio Etchevehere. También evalúan la posibilidad de que Bernaudo sea parte del armado de Rogelio Frigerio, ex ministro del Interior de Macri, en su aventura para lograr la gobernación de la provincia de Entre Ríos.
El problema con Etchevehere es que ha logrado, en estos años, el repudio de casi toda la ruralidad, incluso los productores más sectores a Juntos por el Cambio. Por ahora, sigue buscando un lugar, sin demasiados resultados.