Una ballena de la especie "yubarta" con una soga enrollada sobre la mitad del cuerpo fue vista este miércoles en uno de los golfos internos de Península Valdés, frente a la localidad chubutense de Puerto Madryn.
Según explicó el consultor ambiental y rescatista de fauna, Víctor Fratto, "estuvimos navegando un par de horas alrededor del animal y nos apartamos al comprobar que su vida no estaba en peligro, que se podía desplazar sin dificultad e incluso la vimos saltar en al menos dos oportunidades".
En diálogo con Télam, el ambientalista informó que "la especie yubarta no es la más frecuente en estos golfos, como lo son las ballenas franca austral, pero sabemos que cada tanto algún ejemplar ingresa".
Dispositivo de alerta
La aparición de la ballena puso en marcha un dispositivo de alerta cuando un pescador en la zona de "Bajo los huesos", 50 kilómetros al sur del acceso al Golfo Nuevo, detectó su paso.
"El pescador nos habló de una ballena rápida que pasó con una soga y nos dijo que no creía que fuera una ballena franca porque él las conoce en su desplazamiento y esta era mucho más veloz" detalló Fratto.
La búsqueda se completó en el momento en que una de las embarcaciones de turismo advirtió la presencia del animal y se puso en marcha el operativo.
Una soga que "no la está presionando"
Para el ambientalista, el elemento extraño sobre el animal "es una especie de gasa, más que soga, que le generó un anillo alrededor del cuerpo que por lo visto está holgado, es decir, que no la está presionando y tenemos la esperanza que con el tiempo se desprenda".
La ballena yubarta (Megaptera novaeangliae), también llamada gubarte o ballena jorobada, no es una especie frecuente en los alrededores de Península Valdés, sobre el noreste del Chubut.
Su población, sin embargo, está muy diseminada por los mares a punto que se encuentran en los dos polos y en la época de invierno migran a aguas más cálidas para tener sus crías y aparearse.
El Instituto de Conservación de ballenas había advertido hace un par de años en un informe que las redes y sogas provenientes de la flota pesquera afectan a un porcentaje cada vez mayor de la población que anualmente visita las costas de Argentina.