Las internas de la oposición, además de darse de manera descarnada en cuanto a disputas políticas, tiene en el componente dinero de fondos para la campaña una carrera aún más picada. En la pelea de fondo, la del alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, versus la titular del PRO, Patricia Bullrich, está el capítulo más notable de esa contienda por quien se queda con la mayor cantidad de avales dinerarios del poder económico. A tales fines, según confiaron a Página I12 desde su entorno, Bullrich ya armó un búnker en el primer piso de un hotel céntrico de poca exposición pública pero de 5 estrellas, por donde desfilan empresarios de diferentes sectores pagando un cubierto de hasta 600 mil pesos por almorzar con la promesa más extrema del macrismo para las presidenciales de este año. La dirigente, más allá de las fotos posadas de Macri con diferentes candidatos en el country patagónico Cumelén, parece además ser la elegida por el dueño de Juntos por el Cambio para ser la receptora de la mayor de aportes, vía pedidos de Mauricio a empresarios para que la salgan a bancar.
Antes de la instalación del búnker porteño, contaron fuentes del PRO que Macri la llevó a Bullrich a Punta del Este a una reunión con amigos empresarios del ex presidente con capacidad económica. Allí, les pidió que la respalden. El resto de la caza de fondos lo hacen ella con sus asesores. Bullrich tiene una oficina dispuesta en el Hotel Palladio, ubicado en Viamonte al 900, cerca de la sede del Ministerio de Educación Nacional. Allí recibe empresarios, que luego son convidados a un almuerzo que sugiere el pago de una tarjeta de hasta 600 mil pesos. Uno de los que comió con ella salió espantado por la actualización inflacionaria del cachet de la candidata: "el año pasado cobraba mucho menos, se ve que no le cree a Massa cuando dice que la inflación va a la baja", bromeó un comensal que pagó.
Por ese salón pasaron, al menos 4 veces, empresarios de las dos cámaras grandes de laboratorios de la Argentina, los nacionales CILFA y los extranjeros de CAEME; también ceos de la minería, el sector automotríz, los pesqueros, dueños de frigoríficos y comerciantes de gran porte. Hace unos días, el dato de tanto flujo de privados en un lugar de tanta exposición en la Ciudad hizo ruido entre dos o tres dirigentes de la Coalición Cívica que no son afectos, como muchas veces ha dicho la propia Elisa Carrió, a esos modos de hacer el "pongui pongui" sin factura.
Desde el entorno de Larreta deslizan que Macri le "da una mano para acercarle empresarios", aunque Patricia es habil para moverse y tiene pautadas comidas, también, de visitante, en las principales cámaras empresarias. El año pasado ya tuvo dos, con la cámara estadounidense AMCHAM y con la Cámara Argentina de Comercio, a los que asistió junto a Federico Pinedo, con un rol político que va más allá de su asesor en temas internacionales. Los almuerzos son más bien cortos y allí la líder del PRO plantea la idea de la libertad de mercados y un tema muy delicado: les garantiza a los presentes que va a hacer un control "estricto" a sindicatos y movimientos sociales.
Más allá de que está la idea de que Larreta tiene más chances de fondearse estando en la gestión, cerca del alcalde aseguran que "Patricia también tiene plata del partido", aunque admiten que hay muchos empresarios que "la están ayudando". El dato de la cantidad es bastante relativo porque, como en casi todas las campañas, los empresarios más inteligentes juegan alimentando de manera pareja a candidatos, inclusive, de diferentes espacios. Pero Bullrich juega un partido particular con Larreta, el hombre de mayor poder mediático y económico del PRO, que además es un histórico de nexos fluidos con sectores de la empresa privada.
La teoría del caos
Para las campañas políticas el dinero es fundamental y, como nunca antes, aún en una repartija pareja entre dirigentes del PRO, apareció el fantasma de querer saber de manera puntual qué viene y cómo. Los empresarios se preguntan, más que quien puede ganar de Juntos, si el que salga de esa interna será uno con capacidad de moderación y espalda política, o bien un cultor de la teoría del caos. "Hacer todo igual que antes pero más rápido", en palabras del propio Macri.
Allí Larreta saca una luz de ventaja, según los que están inviertiendo hoy fondos en la oposición mayoritaria. Porque, según cuentan y dentro del rango de la línea económica de Cambiemos, el jefe de Gobierno entiende que en 2024 no se gobierna sin sectores del poder como los sindicatos, los medios y la contención social. "Lo de Patricia, como lo cuenta ella, es impracticable, es una bomba los primeros diez días. Y después de eso hay que ver quién queda", afirmó otro ceo que comió con ella. En esa línea, un tercer comensal contó a este diario que "ella habla todo el tiempo de (Javier) Milei, que la verdad es un peligro para cualquier estructura a la hora de intentar gobernar un país".
Lo otro que genera algo de desconfianza es que la líder PRO cuente como propios a cuadros indefinidos dentro de la alianza. El caso más emblemático, el de Carlos Melconian, ex presidente del Banco Nación con Macri y hoy al comando del IERAL, Instituto Económico de la Fundación Mediterránea. "Ya está trabajando con nosotros", les dice a los ceos. Larreta dice lo mismo.