Victoria Villarruel, la diputada de La Libertad Avanza de Javier Milei, olfateó la concurrencia de militantes de derechos humanos en la reunión de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados y hacia allá fue detrás de su presa. La presencia de Villarruel sorprendió a propios y extraños porque no integra esa comisión ni se había interesado antes por la suerte de los cuatro integrantes de la Corte Suprema. Igual como legisladora puede participar de la reunión. Lo que sorprendió para peor fue cómo terminó la velada: cuando pasó ante un grupo de periodistas, la diputada ultraderechista terminó denostando a la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y se volcó a sus redes para escrachar al fotógrafo Gustavo Molfino, cuya familia fue víctima del terrorismo de Estado.
El jueves pasado, cuando comenzaron a tratarse en comisión los catorce pedidos de juicio político contra Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, Villarruel no estuvo en el salón. Todo cambió este jueves, posiblemente porque quienes iban a estar eran Cortiñas, la exdetenida-desaparecida Patricia Isasa –que denuncia que Rosatti, cuando era intendente de Santa Fe, le dio cobertura a su torturador– y el abogado querellante Pablo Llonto.
Villarruel se levantó de la comisión después de que el diputado del Frente de Todos (FdT) Rodolfo Tailhade tuiteara que la acompañaba como asesor el hijo homónimo del represor Marcelo Cinto Courtaux, condenado a prisión perpetua por su rol en las desapariciones, asesinatos y torturas a los militantes montoneros que participaron de la Contraofensiva.
Cinto Courtaux padre era parte de la estructura de inteligencia del ejército: fue jefe de la sección I del Destacamento 201 de Inteligencia del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo. Estuvo durante largos años prófugo, lo encontraron en 2017 en un locutorio en Santa Fe y Pueyrredón. Cuando los efectivos policiales revisaron qué llevaba en sus bolsillos, tuvieron una sorpresa poco grata: tenía un recorte periodístico sobre Llonto con una foto y estaba resaltado que daba clases en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata.
Ahora, el que estaba en la misma sala que Llonto era el hijo del represor que está designado en la Cámara de Diputados. Días atrás, Cinto Courtaux padre pidió que lo manden a prisión domiciliaria y dio como lugar de residencia la casa de su hijo Marcelo, el asesor de Villarruel.
Después del tuit de Tailhade, Villarruel se despachó con una serie de publicaciones en Twitter sobre Gustavo Molfino –que también estaba en la sala, acompañando a Llonto porque iba a hablar de cuánto demoró que su familia, diezmada por el genocidio, obtuviera un poco de justicia–. Para ella, era “preocupante” que un exmilitante de Montoneros trabajara como fotógrafo en el Congreso porque es el “recinto de la democracia”.
La madre de Gustavo, Noemí Gianetti de Molfino, fue secuestrada en Lima, trasladada a Campo de Mayo y asesinada en España como parte de un montaje de la dictadura. Una de sus hermanas y su compañero están desaparecidos. Su sobrino nació en cautiverio y fue apropiado. Hace tiempo, Gustavo conoció a Cinto Courtaux hijo. “En el inicio del juicio de la Contraofensiva tuvieron actitudes muy provocativas hacia los familiares”, recuerda en diálogo con este diario.
Una salida poco elegante
Cuando Villarruel estaba por dejar la sala, la atajó un grupo de periodistas que le preguntaron por su asesor, pero ella alegó desconocimiento. Cuando le pidieron un mensaje para Nora Cortiñas, se fue gritando: “Que se deje de defender terroristas”.
Myriam Bregman –en su doble rol de diputada del Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad (FIT-U) y abogada en causas de lesa humanidad– asistió a todo el episodio con cierto horror. “No va nunca a una comisión y cuando lo hace es para mostrar su desprecio hacia las Madres, luchadoras como Norita, y para atacar a un trabajador del Congreso. Molfino es un trabajador al que ella descalifica por ser víctima de la dictadura cívico-militar”, le dijo Bregman a Página/12.
“Tenemos que tomar medidas porque los tuits que publicó contra un trabajador del Congreso son agraviantes al igual que lo que dijo sobre una referente como Nora Cortiñas”, dijo Tailhade en diálogo con Página/12. “Villarruel enfatiza cada día su postura negacionista. Lo de hoy es un antecedente que busca intimidar y hasta condicionar a las víctimas que fueron a denunciar a la Corte, donde ella tiene a buena parte de su familia”, añade.
La tía de Villarruel –casada con el militar Ernesto Guillermo Villarruel, imputado por crímenes de lesa humanidad pero dejado fuera del proceso por razones de salud– fue durante largos años secretaria letrada en la Corte. Su hija tiene el mismo cargo y su hijo, el de prosecretario letrado.
El padre de Villarruel, Eduardo Marcelo, --fallecido durante la pandemia-- también integró el Ejército. Fue combatiente en Malvinas --y, como publicó la periodista Ximena Tordini en revista Crisis-- se jactaba de haber actuado en la represión tanto urbana como rural mientras exhibía sus logros en el Operativo Independencia en Tucumán.
Repudio en el Congreso
No solo los diputados y diputadas expresaron su preocupación por lo sucedido. La Asociación de Personal Legislativo (APL) salió a respaldar a Molfino, que hace 30 años es empleado en el Congreso y que debió padecer el escrache en Twitter por parte de la diputada de La Libertad Avanza.
"Resulta alarmante que una diputada nacional se valga de fueros para amedrentar a trabajadores difundiendo por sus redes sociales fotografías y falacias sobre el compañero Molfino, a quien calificó como un 'hombre que integró una orga terrorista'. Un lenguaje y un accionar propio de la última dictadura cívico-militar que asoló a nuestro país entre 1976 y 1983", denunciaron desde la APL.