“Mónica Raquel Alegre orgullosa madre de Luciano Nahuel Arruga, negro, villero que se negó a robar para la policía. Pero si hubiese robado estaría acá pidiendo justicia para mi hijo con el mismo orgullo que sigo ahora”; con estas palabras Mónica decidió cerrar su discurso, recordando a Luciano en el acto que se realizó el pasado domingo en Lomas del Mirador.
Como todos los años familiares y amigos de Luciano convocaron a un acto recordatorio. Vanesa Orieta, hermana de Luciano, explica a Negrx que el acto se realiza “muy cerca de lo que fue el destacamento policial de Lomas del Mirador, actualmente un espacio social y cultural en defensa de los Derechos Humanos”. En diciembre de 2011, por la incansable lucha de familiares, amigas y amigos de Luciano, cerraron el destacamento de Lomas del Mirador y permitieron la construcción del Espacio Cultural y Social. Vanesa explica que fueron construyendo redes que les permitieron ser más que la lucha antirrepresiva y la búsqueda particular de Verdad y Justicia en la causa de Luciano.
Vanesa recuerda que “desde un primer momento denunciamos la desaparición forzada de Luciano como un hecho de criminalización y discriminación. La sociedad hace tiempo que ha tipificado, calificado a determinadas personas como peligrosas, y son aquellas a las que discrimina y penaliza, por ser negra entre otras características que encuentra como peligrosas. Es un país que se esfuerza por generar un consenso que nos una en una blanquitud. El Estado Argentino ha provocado mucha muerte a aquello que consideraba distinto, a aquello que consideraba peligroso, a aquello que consideró que no tenía que ver con los intereses propios de un Estado Nacional que lo que quiere demostrar, es más una vinculación a lo europeo y lo blanco”.
Continuando con su análisis sostiene que "la persona que sufre esa represión previamente ha sido deshumanizada, ha sido tratada como una cosa para poder avanzar en una forma tan violenta sobre el cuerpo de las personas consideradas peligrosas, consideradas distintas o que no están dentro del marco de lo que este Estado desea”. Y ante eso “las familias tienen que poder hacer un gran trabajo, visibilizando que se trata de un Estado violento que discrimina, que criminaliza y que saca la condición de humanidad para poder avanzar violentamente”.
María del Carmen Verdú, referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, CORREPI, destaca que el caso de Luciano “permitió visibilizar el hostigamiento, la persecución, el verdugueo, el secuestro, la detención ilegal, la tortura y finalmente la desaparición y asesinato de un pibe de barrio por decir que no a la policía. Si bien no fue el primero, si fue el primero que tomó masividad en el reclamo por la organización de sus familiares y amigos y el impacto social que tuvo”.
Verdú a su vez destaca que es “fundamental que a 14 años la causa siga teniendo esta repercusión en todos los sectores porque acá hay organizaciones de todo tipo… y sobre todo se ve que hay mucha gente del barrio suelta, que no se olvida de Luciano y que además viene con sus propias banderas, con sus propios reclamos”.
La primera detención de Luciano se produjo en septiembre de 2008 cuando aún tenía 15 años. En las doce horas que lo tuvieron encerrado en la cocina del destacamento, lo torturaron de muchas maneras. Y Vanesa también recuerda que Luciano luego se negó a salir a robar para la policía y eso provocó su desaparición forzada. Empezaron a detenerlo sistemáticamente por negarse a robar para la Bonaerense. Lo llevaron varias veces a la comisaría, lo golpearon y amenazaron. Mónica Alegre dice, seguro pensaron: “¿Quién lo va a buscar, si es un negrito?". Y a Mónica le da “bronca saber que todos los días matan a un pibe, a una piba y que les importa una mierda la vida de nosotros”.
María del Carmen Verdú sentencia que “desde los poderes del sistema no hay ningún tipo de respuesta y en cambio eso potencia la movilización y la lucha”. Como lo hacen todos los años, el próximo 17 de marzo CORREPI realizará la presentación del archivo de casos actualizado a 2022 y el informe anual de la situación represiva. En el que nos adelantan que se ve un marcado “incremento de las muertes bajo custodia, sobre todo de las muertes en cárceles, directamente ligado esto al brutal índice de encarcelamiento”.