"Sprite mezclada con cloro, lavandina. Obviamente tomás eso y te morís", dice Flaüta, alter ego de Fausto Portales, acerca de su última canción, Sprite con cloro. "La hice con la intención de cambiar todo lo que tenía hecho, que no tuviera nada que ver", dice el chico de Puerto Madryn que empezó a producir con Coloco Club y a meterse de cabeza en los '90 y la electrónica.
Con 20 años y residiendo en Capital Federal, dio un volantazo de lo que venía haciendo con sus trabajos anteriores, Sonic Pop. (2020) y el EP Siberianö (2019). El indie pop y la música tocada con banda se corrieron y llegó el minimalismo con samples de baterías de Las Chicas Superpoderosas y referencias a Hello Kitty en una canción electropunkie.
"Ya fue, quería hacer algo re distinto a lo que venía haciendo. No quiero sonar mal diciendo que me aburría, porque la verdad es que me encanta tocar la guitarra, tocar con banda y toda esa data medio indie popera, pero no me estaba sintiendo tan identificado, tan cómodo", dice.
Y es más específico aún: "Era un quilombo organizarme para ensayar". Estaba la mitad de la banda en La Plata y la otra en Buenos Aires. Juntarse les llevaba un día entero y cuando tenían fecha tiraban los colchones para dormir en el monoambiente de Flaüta. Y, al otro día, de nuevo a trabajar.
"En vivo es dúo. Estamos con mi DJ, que era el guitarrista antes, Fede Guty, que también es mi mánager, multifacético. Él me tira las pistas con el Autotune, uso la guitarra en algunas partes, voy viendo si el show da para meter algún pequeño acústico en el medio, pero en general el formato es de pista y voz", dice.
► Fractura expuesta
Flaüta tiene una prehistoria musical en Madryn: allí todo el mundo lo conoce. Siendo muy chico iba a los ensayos de la banda de su mamá y también la veía tocar en vivo. Soñaba también con llegar a eso. Siempre le pedía que lo lleve a los recitales, y ahí se dio cuenta de que no quería ser futbolista ni ninguna otra cosa que no tuviera que ver con la música. A los 12 tuvo su primer grupo, Fractura Expuesta: hacían hardcore punk.
Boy Pablo, Bandalos Chinos, 1915, Fun People, Marina Fages, Virus, Soda Stereo o The Cure son algunas influencias que marcaron su época indie pop. Llegó a telonear a Boom Boom Kid y a Fantasmagoria. Hoy, más prendido a lo que Miranda! dejó en su propia generación de cuarentones y en las venideras, se hace cargo del "punchi" y de no meter tantas cosas de trap, aunque, dice, es inevitable caer en eso porque es lo que suena en todos lados.
Hace dos años, Flaüta fue premiado en la última edición del Festival TRImarchi por un video producido por Orco Videos: el elegido en la convocatoria fue el sencillo Detrás de mí, cuyo concepto recrea una persecución y la consecuente escapatoria de una fiesta rara, de otro tiempo y lugar.
"Está resurgiendo un montón eso de los finales de los '90 y los 2000, hay mucha electrónica que está muy buena, con las bases bien digitales", dice. Los trabajos anteriores, Flaüta los hizo con Gustavo Gelpi, un músico de la generación que vivió los '90, también referente de Madryn. "Con Gustavo como que le debemos mucho a los noventas, era todo el tiempo juntarnos a escuchar discos de esa época y ver cómo los grababan, qué cosas usaban. Como que sacamos demasiada data de ahí", dice.
Podría decirse que Fausto navega entre la esencia de Ricky Espinosa y Nekro, con la estética y la urgencia de las canciones del músico de Gerli, y la vida en patineta y fanzines que el Principito Carlo regó a lo largo y a lo ancho del país a un público selecto. Al primer show de Boom Boom Kid que vio, Flaüta fue con su madre. Un momento inolvidable.
"A mí Fun People me enseñó más que la escuela", concluye. "Además de oyente y fanático de Fun People, también colecciono sus discos y fanzines, primeras ediciones y toda la data que tienen sus letras. Todo eso en esa época era re loco y tiene mucha data que es muy actual también. Desde que encontré un casete en mi casa de Fun People y mi vieja me explicó quiénes eran, como que, no sé, soy otra persona. Creo que me cambió para siempre. Y después, Flema y Ricky también están entre mis ídolos. Es lo que escuché siempre, toda mi vida, con los pibes allá en Madryn. También Embajada Boliviana, Eterna Inocencia, Loquero. Esas bandas para mí son todo, fueron de las personas que más me enseñaron."
Y todo lo que Fausto fue aprendiendo en Madryn, de rodearse con gente más grande y empezar a vivir la música desde que era un niño, converge en este Flaüta que abraza el pasado y no excluye el presente. Sabe que es un punky inquieto, con hambre y sed bailables. "Somos hiper punk working class popstar, porque somos de la clase trabajadora, no solo de la música, sino que también trabajamos", dice. También se suman a su creación un componente robótico y mucho glitch.