El lonko mapuche Facundo Jones Huala fue trasladado ayer, mientras transcurría su tercer día de huelga de hambre, al penal federal de la ciudad chubutense de Esquel, donde permanecerá detenido mientras se tramita su eventual extradición a Chile. El operativo estuvo a cargo de Gendarmería Nacional y se realizó desde la comisaría 36 de Dina Huapi, provincia de Río Negro, hacia la Unidad 14 de Esquel. Con casco y chaleco antibalas, como la gestión de Patricia Bullrich acostumbraba a disfrazar a los detenidos para sus montajes televisivos, Jones Huala fue trasladado en medio de un importante operativo de gendarmes pertrechados para la guerra, con escudos y sus rostros cubiertos.
A primera hora de la mañana un médico certificó el estado de salud del líder de la Pu Lof en Resistencia Cushamen, quien fue detenido el lunes último y llevaba tres días ingiriendo sólo líquidos. Con ese aval se inició el traslado, que concluyó poco después de las 11 de la mañana con el arribo a la Unidad 14 de Esquel. Luego de bajar del vehículo, Jones Huala, fuertemente custodiado, reivindicó la lucha de su pueblo: “Fuera Huinca. Marco wey. Liberación nacional Mapuche”, lanzó rodeado de gendarmes y personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Jones Huala fue detenido el pasado 30 de enero en El Bolsón, provincia de Río Negro, tras permanecer casi un año prófugo de la justicia trasandina, por lo que el gobierno de ese país rápidamente inició los trámites de extradición para que cumpla una condena por supuestos ataques incendiarios y portación de armas. El fiscal nacional de Chile, Ángel Valencia, afirmó esta semana que confía en que “el trabajo de los fiscales va a permitir” extraditar al líder mapuche a ese país “para que cumpla con sus responsabilidades legales”. “Hemos solicitado a la fiscalía de Los Ríos que le ponga la mayor prioridad a la situación”, afirmó Valencia en una conferencia de prensa.
El líder mapuche fue condenado por la justicia de Chile a nueve años de prisión por “ataques incendiarios y porte de armas”. Desde 2018 estuvo preso en la cárcel chilena de Temuco, ubicada a 613 kilómetros de Santiago, y desde entonces se sucedieron diversas protestas para exigir su liberación. El año pasado, la Corte de Apelaciones de Temuco acogió un recurso de amparo presentado por su defensa, tras lo cual dispuso su libertad condicional. Sin embargo, la Corte Suprema chilena revirtió el dictamen el pasado 15 de febrero y ordenó nuevamente su detención, la cual no se hizo efectiva debido a que Jones se encontraba prófugo.
El dirigente mapuche fue detenido mientras dormía en una casa que no era la suya, en medio de una comedia de enredos, a partir del llamado de la dueña de casa, que alertó a la policía sobre ruidos extraños. Tal como informó Página/12, se identificó con su nombre ante la presencia de los agentes, que no salían de su asombro porque nadie lo estaba buscando.
Jones Huala no fue detenido por pedido de la justicia chilena. En Interpol sólo se registraba una alerta azul, tercera categoría entre las alertas que tiene la asociación internacional de policías, que significa "pedido de paradero" y no apunta a la detención. Aún así, Chile se apresuró rápidamente a pedir que Jones Huala no sea liberado y prepara el pedido de extradición.