El poeta chileno Pablo Neruda habría sido envenenado por orden de Augusto Pinochet. Es a la conclusión que habría llegado el grupo internacional de peritos que estudió su muerte y quienes deberían haber presentado el informe final este viernes en una conferencia de prensa en Santiago de Chile, pero, a último momento, fue suspendida.
A casi 50 años del fallecimiento del Premio Nobel de Literatura, se espera tener una definición sobre los motivos de su muerte que oficialmente se le atribuyó al cáncer de próstata que sufría, aunque, para muchos, la sospecha fue que se trató de un asesinato.
El portal chileno El Ciudadano publicó una filtración del informe donde se confirmaría el envenenamiento del autor de “Veinte poemas de amor” con una toxina botulínica.
Según este medio, se tratan de “la cepa Alaskae43 de clostridium botulinum”, cuyo ADN se encontró en “la pulpa de un molar” del escritor que falleció el 23 de septiembre de 1973, a las 22.30, doce días después del golpe de Estado de Pinochet, y un día antes de viajar a México donde tenía planeado exiliarse.
Las conclusiones estarían detalladas en dos informes de 30 páginas cada uno, realizados por expertos de Centro de ADN Antiguo de la Universidad de MacMaster (Canadá), y de la Sección de Genética Forense, del Departamento de Medicina Forense, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Los investigadores, además, deberían dar a conocer cómo llegó la toxina hasta la muela de Neruda. Hasta el momento, la principal hipótesis es que el envenenamiento se produjo mediante una inyección en el abdomen realizada por un falso médico, que, en realidad, era un agente secreto de la dictadura pinochetista.
El dato de esa inyección fue revelada en 2011 por el chofer del poeta, Manuel Araya, lo que motivó la investigación judicial después de una denuncia realizada por el Partido Comunista de Chile, del que Neruda era militante.
Por tal motivo, se exhumó el cadáver en 2013 y quedó en en el Servicio Médico Legal hasta 2016.
En un informe de 2017, los investigadores aseguraron haber descubierto la bacteria Clostridium botulinum en una muestra de dientes y huesos de Neruda y que era necesario verificar si había sido inferida o había llegado por el entierro. Sin embargo, las muestras se perdieron y tuvieron que tomarse nuevas, que llegaron al laboratorio de Canadá en 2019.
Las preguntas del panel de peritos
Según lo publicado por el medio chileno, la redacción de conclusiones del Panel se organizó en base a tres preguntas:
1.- ¿La bacteria encontrada en el molar era endógena o exógena? Es decir, discernir si la cepa entró al cuerpo del poeta antes o después de su muerte. Ambos laboratorios (Canadá y Dinamarca) habrían llegado a la conclusión que fue antes de morir, es decir, endógena.
2.- ¿Qué tan patógena es la cepa de clostridiumbotulinum encontrada a Neruda? La cepa Alaska E43 es una las más patógenas de las registradas o clasificadas.De esta bacteria, habría quedado material genético (ADN) pero no material toxicológico. Según el portal, esto tendría que ver con que desaparece al ser proteína y degradarse con el paso del tiempo.
3.- ¿La bacteria podría estar asociada a la muerte de Neruda? La respuesta sería que sí. Durante la hospitalización de Neruda no se conocen de otros casos de presencia de Clostridiumbotulinum.Y dada su letalidad, no existe la portación asintomática de este bacilo o bacteria. El hecho que se le haya encontrado en la bulba de un molar implica que entró por el torrente sanguíneo.
La revelación del chofer
El escritor y periodista italiano Roberto Ippolito publicó un libro, en 2020 (Delitto Neruda, editorial Chiarelettere), donde sintetiza los hechos relacionados con la dudosa muerte del poeta.
Ippolito detalla que el chofer Araya estuvo con Neruda durante todos los días de internación en la clínica Santa María de Santiago, un centro médico donde había llegado con su esposa Matilde Urrutia, el 19 de setiembre de 1973.
A Araya lo mandaron a comprar un remedio que, según le dijeron, necesitaba Neruda, y que solo se encontraba en una farmacia lejana. En el trayecto, el chofer fue arrestado y llevado al campo de concentración que funcionaba en el Estadio Nacional, donde fue torturado.
En su libro, Ippolito da detalles de las dudas alrededor del fallecimiento de Pablo Neruda. Entre ellos, la muerte repentina, a pesar de que se encontraba bien, no obstante el cáncer; el certificado de muerte falso firmado por un médico que no lo revisó nunca; la desaparición de la historia clínica y otros documentos sanitarios; la misteriosa inyección en el abdomen; la presencia de un “médico fantasma” de nombre Pride no existe en ningún documento de la clínica ni del colegio de médicos; el arresto de Araya; el incendio de los libros del poeta por las calles; que la muerte se produjo un día antes de su partida hacia México; los documentos secretos de la CIA publicados donde consta que se prestaba particular atención a Neruda y la bacteria Clostridium botulinum -considerada un arma biológica que provoca el botulismo- encontrada en una muela de los restos del poeta.