Confirmada la intención de Alberto Fernández de convocar a una mesa política del Frente de Todos para limar asperezas y empezar a definir la estrategia electoral, comienzan a aparecer los tironeos sobre cómo ejecutarla. El Presidente piensa en una cumbre donde se discutan candidatos, propuestas y logística para encarar los comicios; pero sin poner las cuestiones de gestión arriba de la mesa. Desde el kirchnerismo sostienen que es inevitable discutir las políticas del actual gobierno para soñar con una victoria. También está abierto el debate sobre la conformación del espacio y sus participantes, entre quienes se encontrarían los gobernadores, sindicatos y movimientos sociales. Una convocatoria amplia, pretenden en Casa Rosada, para aumentar las voces intervinientes, y aplacar las disonantes con la gestión de Fernández. Mientras avanzan las tratativas, el jefe de Estado prepara un primer encuentro en el que espera contar con la mayor cantidad posible de mandatarios provinciales y dirigentes gremiales.
Hasta el momento se especulan dos fechas posibles para la reunión que sentaría las bases para dar inicio al año electoral del FdT a nivel nacional. Algún día de la semana próxima o el 24 de febrero, aniversario de la primera victoria electoral peronista. En el medio, una jornada clave que podría acelerar la convocatoria formal del Presidente: el 12 de febrero se celebran las primeras PASO del año en La Pampa. Allí, el mandatario nacional estuvo los últimos días recorriendo obras con su par provincial, Sergio Ziliotto, a quien ofreció su apoyo. En un calendario signado por el desdoblamiento de 14 elecciones provinciales respecto a la nacional, los comicios locales marcarán el ritmo de la disputa en el país y servirán como escenario piloto para octubre.
Los gobernadores, abroquelados en sus territorios para tratar de asegurar la victoria, serán parte de la cumbre y algunos ya fueron contactados. También reclaman estar presentes los representantes de los movimientos sociales y los sindicatos. Con declaraciones recientes en distintos medios, los dirigentes de la CGT manifestaron su deseo de formar parte del encuentro. "Nos debemos desde el movimiento obrero, los movimientos sociales, intendentes, gobernadores un debate interno para ir definiendo temas importantes", señaló Pablo Moyano, uno de los triunviros. También se manifestaron otros gremialistas, como el secretario general de Canillitas, Omar Plaini; o el titular de Suteba, Roberto Baradel, quien aseguró que "hay que abrir el debate, no solamente al interior de la fuerza política como tal, sino que además se tiene que nutrir de aquellos sectores que le damos sustento, que nos movilizamos, que resistimos a las políticas neoliberales".
Desde Casa Rosada plantean una mesa grande, con todas las voces del frente representadas. Esta es, por un lado, una forma de asegurar la amplitud de miradas que propongan alternativas y enriquezcan el debate. Aunque, por otra parte, y en línea con las interpretaciones más escépticas, constituye la estrategia perfecta para minimizar las voces del ala kirchnerista de la coalición, que tensionan con las del Presidente. El principal punto de desacuerdo no es menor, se trata de definir el temario de la reunión. Por el lado del mandatario, los límites son precisos: la convocatoria es a una mesa electoral, cuyos fines están establecidos por la coyuntura de este año. Candidaturas, propuestas, estrategias, logística y pormenores de la situación en las provincias son parte de esa lista. La visita de Alberto Fernández a La Pampa se encuadra en sus ya mencionadas intenciones de pelear una reelección, aunque es uno de los aspectos a discutir durante las reuniones.
Lo que parece resuelto para el jefe de Estado es, no obstante, el rumbo que su gestión tomará en los últimos meses de su gobierno. En este aspecto, Fernández descarta de plano sentarse a discutir las políticas a adoptar, a pesar de los cuestionamientos de sus socios de la coalición. En una entrevista reciente, el titular del PJ de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, destacó la necesidad de una mesa política para debatir las deudas con los votantes del FDT, ya que “no es conveniente ir a la elección con un grado de distorsión tan grande respecto de la realidad política”. El diputado se autoexcluyó del eventual encuentro, pero reclamó la representación de sus compañeros en esa instancia de diálogo. En cualquier caso, serán los emisarios de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner los encargados de señalar las discrepancias con la dirección del gobierno nacional. Entre los gobernadores, el chaqueño Jorge Capitanich y el bonaerense Axel Kicillof parecen los nombres más seguros.
Por su parte, el líder restante de la coalición, Sergio Massa, aprovechó este martes el encuentro del PJ en Merlo para despegarse de la carrera por la presidencia: "Es incompatible ser ministro de Economía y candidato a Presidente", aseguró, aunque sus movimientos recientes lo posicionan como un factor de peso en la discusión que viene. Con anuncios de programas de créditos y medidas para impulsar las economías regionales, Massa mantiene reuniones con gobernadores y apuntala a los distritos afines al FDT.