Los datos preliminares del Censo 2022 sorprenden y dan que hablar. En la provincia de Salta, que tiene 1.440.672 habitantes, se destaca el notorio crecimiento registrado en departamentos vecinos a la capital provincial. Lo exponencial aparece en la variación relativa o porcentual de su población, que se obtiene comparando resultados del último relevamiento con el Censo 2010.
Las jurisdicciones donde hubo mayor crecimiento poblacional son La Caldera, al norte de la Capital salteña, y Cerrillos, al sur. Ambas cuentan con dos municipios cada uno y componen lo que se denomina Gran Salta. En el caso de La Caldera, el crecimiento se aproxima al 38 por ciento. El censo relevó 12.396 habitantes. El departamento que también registró un aumento similar fue Cerrillos, con una variación relativa del 36 por ciento. Fueron censadas 56.006 personas. La tercera jurisdicción departamental que registró otro aumento notable fue Rosario de Lerma, ubicada al oeste de la capital salteña. Allí, el salto poblacional se acerca al 25 por ciento con 51.092 habitantes. Salta capital tuvo una variación relativa del 14 por ciento entre 2010 y 2022. El dato del censo arrojó 623.437 habitantes.
Lo que muestran los resultados preliminares del Censo 2022 es que la trama urbana de todas las comunas próximas a Salta capital tendió a unificarse. Es decir, la homogeneización urbana del Área Metropolitana o Gran Salta se aceleró. Sin embargo, hay un mundo entre el dato de cuántos salteñes habitan los municipios más populosos del Valle de Lerma y el análisis de la calidad de vida que pueden disfrutar (o no) en su alargado relieve.
La Caldera dentro del nuevo modelo
Para el senador provincial por La Caldera, Miguel Calabró (FdT), el cambio del modelo urbano se sintetiza en la búsqueda por horizontes de vida más saludables, “La gente busca el mejor vivir”. Opinó que en los últimos años, les salteñes cambiaron sus preferencias en las cercanías: ya no casas de fin de semana, sino espacios con más naturaleza donde habitar permanentemente.
Como la conectividad mejoró en los últimos años, explicó que les salteñes cambiaron “aquel confort, por tranquilidad, agua y aire”. Ese movimiento de una parte de la población, modificó los valores inmobiliarios de las parcelas. “En Vaqueros, el metro cuadrado no baja de los 20 a 40 dólares”, calculó, aunque los valores varían según la distancia de la ruta principal, la vieja traza de la ruta nacional 9, que conecta con la vecina San Salvador de Jujuy. “En La Caldera, ningún terreno baja de 6 mil pesos el metro cuadrado”, agregó en una entrevista en Radio Nacional Salta.
Calabró describió la franja poblacional que migró hacia espacios próximos a la sede administrativa en Salta capital como “laburantes de clase media que llegaron tarde al San Lorenzo soñado”. Se refería al municipio de Salta capital que a principios del siglo pasado se transformó en una villa de veraneo. Fue por décadas el rincón soñado de la clase media profesional salteña, que podía pagar dos casas: una en capital y otra de fin de semana o verano. “Por eso eligieron la zona alta de Vaqueros”, dijo en relación al sector montano del oeste vaquereño que cambió su fisonomía de fincas agrícolas (incluso ganaderas) por la década del noventa.
La arquitecta María Eugenia Sbrocco, publicó en 2009 un estudio sobre los cambios en la ocupación socioespacial de ese municipio. “En el Censo 2010 el peso de la población de Vaqueros era del 65% sobre el total del departamento”, comentó a Salta/12. “Ahora, la población de Vaqueros debe rondar las ocho mil personas”, calculó. “El incremento significativo en su población no es dato nuevo, es una tendencia que se viene consolidando”, aclaró luego. Se trata de un proceso que lleva 30 años.
Sbrocco explicó que en los años 90, los nuevos habitantes que llegaban a Vaqueros para instalarse expulsó paulatinamente a la población rural de las fincas donde trabajaba o era arrendataria de pequeñas parcelas. “Antes (por casi todo el siglo XX) Vaqueros era una zona de producción de tabaco y hortalizas, en algún tiempo hubo ganadería y hasta producción de flores en los años 60”, precisó. “Todas esas personas se asentaron después en el norte de la ciudad de Salta (en los asentamientos próximos a los barrios Ciudad del Milagro y Castañares), porque no pudieron acceder a las parcelas en las tierras donde vivían”.
Para Sbrocco, ese municipio vecino a Salta capital hoy no resuelve el crecimiento urbano, que calificó como descontrolado y azaroso. “Lo más grave es la falta de planificación y la escasa construcción de obras de infraestructura adecuadas. No hablo de ocupaciones ilegales del territorio”, aclaró inmediatamente, “sino ocupaciones de población en un territorio que antes era rural y que, por ese motivo, carecía de la infraestructura suficiente”. Y aunque el municipio cuenta con un plan de desarrollo ambiental y urbano, Sbrocco deslizó una queja: gana el espíritu inmobiliario más que el público o colectivo a la hora de realizar ordenamientos territoriales urbanos.
Cerrillos, la opción más cercana a Capital
Luis Albeza, diputado provincial por el departamento Cerrillos (Gustavo Sáenz Conducción), explicó a este medio que el crecimiento poblacional en los dos municipios de ese departamento se advierten por la gran cantidad de emprendimientos urbanos. “Como Salta capital no tiene más espacio para crecer”, hace algunos años “un sector de la población se vuelca a Cerrillos y La Merced, sobre todo por la ruta provincial 26 (que recorre el departamento por el oeste) y la ruta provincial 21 (que lo hace por el este). Cerrillos es la mejor alternativa que encuentran hoy los vecinos de la ciudad de Salta para vivir dentro del área metropolitana”.
Sin embargo, el problema de la planificación reaparece. “Los loteos no siempre están acompañados por servicios como salud y educación”, dijo. “No tenemos lugares en las escuelas en la zona de Pinares o La Isla”, dos espacios al este de la ciudad de Cerrillos, próximos al límite con Salta capital. “Sus habitantes requieren obras públicas que acompañen el crecimiento demográfico”, se quejó. Mencionó luego que la actual gestión provincial realizó otras inversiones de importancia, como la modernización de hospitales, también amplió la dotación de ambulancias en las localidades de Cerrillos y La Merced, ambas sobre la ruta nacional 68. Pero el problema son los loteos de viejas fincas rurales. “Muchos loteos no cuentan con buenos desagües y se inundan”, expresó finalmente.
El norte salteño y poblaciones en retroceso
Franco Galeano, vicepresidente del Centro Empresario de Tartagal, posteó en redes sociales una serie de micro análisis a partir de los últimos datos publicados por el INDEC. Lo interesante del hilo son las tendencias que observó en la provincia. Salta “viene creciendo en términos relativos a un ritmo superior al nacional y del NOA (salvo 2001) desde hace mucho tiempo. No obstante, ese crecimiento no se da de forma homogénea entre departamentos y refleja un claro problema estructural que viene siendo ignorado”, menciona un posteo.
“Existe una transformación urbana muy importante en los alrededores de Salta capital, y al mismo tiempo, un proceso de deterioro en departamentos del norte, como Orán y General San Martín”, explicó a Salta/12. Interpretó este fenómeno en función de dos rasgos: atracción y expulsión. “La Cadera, Cerrillos y Rosario de Lerma incrementaron su tamaño por la atracción que ejerce la ciudad de Salta. Hay mejores condiciones laborales y mejores espacios de habitabilidad que en el interior”, dijo. “Eso genera una saturación de la capital y va creando un conurbano”.
En cambio, en los departamentos del norte salteño se acentuó la expulsión. “En 2001 veníamos golpeados”, dijo Galeano, que es oriundo de Tartagal. “En los 90 el boom del petróleo todavía se sostenía y generaba empleo. En Orán, existía una industria más protegida (como la hortícola y la azucarera) que también mantenía el nivel de empleo”. Sin embargo, a su entender, al comparar el empleo registrado por departamentos con el crecimiento de la población se comprueba el proceso de expulsión. “En el departamento Orán hay alrededor de 25.000 empleos en blanco, sobre una población mucho mayor”, dijo. Más precisamente, el departamento Orán tiene (según el Censo 2022) 159.350 habitantes. Implica una variación relativa de casi el 13 por ciento respecto a la población que se registró en 2010 (138.383 habitantes). “Si entre 2010 y 2022 no creció el empleo, es porque estamos frente a un factor de expulsión clarísimo”, expresó Galeano.
“Nunca se pensó hacia donde crecen las ciudades”, opinó luego analizando el deterioro de la infraestructura básica. “La falta de planificación urbana ante el aumento desmedido en el Área Metropolitana de Salta, o en departamentos más grandes, como Orán y San Martín, genera problemas en los servicios de salud, en el agua potable, las cloacas y el tráfico. Quizás a algunos de mis comprovincianos les suenen familiares porque lo viven a diario”, mencionó al respecto en redes sociales.
El último dato relevante que arrojan los datos preliminares del Censo en la provincia, es el descenso sostenido de la población en algunos departamentos, como el caso de Iruya. El senador Walter Cruz discrepó con los datos del último censo. Sin embargo, la información preliminar lo lleva a reflexionar la presencia del fenómeno por el cierre de escuelas. “En los últimos años, cerramos la escuela de Las Trancas, se va a cerrar la escuela de Casa Grande”, dijo.
Aunque no desconoció la migración poblacional de los más jóvenes, que buscan mejores condiciones laborales, en declaraciones a Radio Nacional mencionó que comparará los datos del INDEC con los registros que llevan los agentes sanitarios. Iruya es un departamento con un relieve montañoso, con áreas de difícil acceso. Desde 2001, la cantidad de habitantes se reduce invariablemente: 841 personas menos. Otro departamento que presenta las mismas características es Santa Victoria, sobre la selva de Yungas: en veinte años perdió casi el 22 por ciento de su población.