Desde Dolores
El Tribunal en lo Criminal N° 1 Dolores condenó a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi como coautores de homicidio agravado por alevosía y concurso premeditado de dos o más personas. Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados como partícipes secundarios del mismo crimen —el de Fernando Báez Sosa— a 15 años de prisión.
La lectura del veredicto quedó interrumpida porque Máximo Thomsen se descompensó y tuvo que tener asistencia médica.
Federico Omar Marasco, secretario del tribunal, estaba leyendo la sentencia cuando Thomsen se sentó. Su madre, sentada atrás suyo, dijo "Machu" para contenerlo y el joven se descompensó.
La jueza María Claudia Castro interrumpió la lectura y pidió a los periodistas el desalojo de la sala. Todo continuó sin la prensa dentro del lugar. Cuando se retomó la jornada, en las pantallas tampoco se veía a Thomsen en su lugar habitual.
"¡Déjenme verlo!", "déjenme estar con él", "es todo una mentira, saquen a todos los periodistas", "no me importa más nada", gritaba Rosalía Zárate mientras se desalojaba la sala.
Una sala más llena que en otras audiencias
Los acusados llegaron pocos minutos después de las 13, con tapabocas que se quitaron al sentarse. Les quitaron también las esposas. Quedó conformado una suerte de cordón policial separando los dos pupitres de la sala. De un lado, a la izquierda, los familiares de los imputados; del lado derecho el equipo de Burlando y familiares y amigos de Graciela y Silvino. Marcos Pertossi, padre de Lucas, protestó porque alguien en la sala intentó tomar una foto, algo que está prohibido, salvo en el caso de medios autorizados. La sala estaba más llena que en otras ocasiones y con mayor presencia de uniformados.
Estuvieron presentes los padres de Enzo Comelli, Marcelo Comelli y María Alejandra Guillén; Marcos Pertossi, padre de Lucas; María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli; Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen junto con el hermano, Francisco. También María Elena Cinalli y Mauro Pertossi, padres de Luciano y Ciro Pertossi; los padres de Matías Benicelli, Mónica Ester Zárate y Héctor Benicelli; los padres de Ayrton Viollaz, Sergio Viollaz y Erica Edith Pizzatti.
Llegaron después de Hugo Tomei y Emilia Pertossi. Ocuparon tres pupitres a la izquierda de la sala. Marcos Pertossi se quejó también porque el último pupitre de la fila estaba ocupado por la prensa. Emilia, hermana de Ciro y Luciano, prima de Lucas, ofreció a los familiares chicles en la espera. Ella tomaba agua mineral.
Burlando llegó pocos minutos después de las 12.50 y conversó con los fiscales. Del lado derecho de la sala estaban ubicados Tomas D’ Alessandro y Juan Manuel Pereyra Rozas, dos amigos de la víctima que en las primeras audiencias declararon como testigos. Graciela y Silvino se ubicaron detrás de sus abogados como en los alegatos.
La previa de la sentencia
El operativo de seguridad abarcó seis manzanas. Se montaron vallas por todas partes. Distintas intersecciones de calles fueron cortadas tanto para el tránsito vehicular como el peatonal. Así desde las 6. Sólo se permitió atravesar las vallas los vecinos que tenían trámites impostergables o vivan en esas calles.
El Ministerio de Seguridad bonaerense dispuso la participación de 150 efectivos. En el vallado que rodea a los tribunales aumentó la cantidad de carteles hechos para pedir justicia por el crimen de Fernando Báez Sosa. Pusieron, también, estampitas, flores, velas. Graciela Arce, docente jubilada de 65 años, de La Boca, quien dijo estar desde el primer día en Dolores apoyando a Graciela y Silvino, se ocupó de cuidarlas.
Antes del mediodía, familiares de víctimas de las organizaciones Matanza Duele y Familiares de Víctimas Activos en la Lucha extendieron una bandera que dice "Justicia por Fernando" y pidieron perpetua. Las organizaciones llegaron en micros y también se veía a un grupo de autoconvocados de distintas localidades bonaerenses que habían llegado en combi desde la Ciudad de Buenos Aires para apoyar a los papás de Fernando.
Uno de los nuevos carteles del vallado que rodea al edificio sobresalió por su mensaje: “A Fernando lo mató el RCP que le hicieron los Rugbiers. Le Rompieron la Cabeza a Patadas”.
Cerca del tribunal estaban también Alejandra y Oscar Rossi, padres de Julieta Rossi, la novia de Fernando al momento del crimen, quienes llegaron a la ciudad este lunes a las 8. “Forman parte de nuestra familia. Nos hablamos constantemente. Jamás los dejaríamos solos", dijeron acerca de Silvino y Graciela. Su hija no declaró como testigo en el juicio y tampoco está presente este lunes. "No quería escuchar la palabra 'Dolores'; en casa no se habla de Fer", explicaron sus papás. También llegaron desde Paraguay dos tíos de Fernando y estaban presentes Ramón Dupuy, el abuelo de Lucio Dupuy --con quien Graciela y Silvino se abrazaron antes de ingresar al tribunal--, y Juan Carlos Blumberg.
Uno de los nuevos carteles del vallado que rodea al edificio sobresalió por su mensaje: “A Fernando lo mató el RCP que le hicieron los Rugbiers. Le Rompieron la Cabeza a Patadas”.
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