En los años 90, el teatro popular y callejero comenzó a usar los toques de murga rioplatense y luego uruguaya como herramienta para convocar al público. Toma cosas del circo, como los malabares y los zancos, y cosas de la murga como el bombo y el redoblante. Mónica Parra integró el grupo de teatro El Tábano en los 90, recuerda que en el “88/89 por primera vez bailamos como murga por las calles del centro de Rosario con la bandera del Movimiento de Teatro Popular, de ahí en más se empieza a integrar la murga rioplatense con la uruguaya. Al principio el vestuario era más parecido a la murga rioplatense pero la música más uruguaya”.

Los ritmos uruguayos se deshicieron en decenas de talleres que parieron alrededor de 20 murgas para el 2015. Hoy, pandemia de por medio, queda casi la mitad. Un proceso musical que caló hondo en la ciudad.