La Unión de Trabajadores de la Tierra puso en marcha una red de corredores de abastecimiento de alimentos que une a provincias de la Patagonia, Cuyo y Mesopotamia. Cuentan con una flota propia de camiones y un esquema que articula la producción y comercialización de diversos movimientos campesinos. “Desde la organización seguimos avanzando, pero necesitamos que el Estado potencie esto, porque estamos dando respuesta a un tema fundamental como es la alimentación de la sociedad a precios justos y sin especulación”, afirman.
En Colonia Guaraní, Misiones, familias yerbateras secan, muelen y estacionan la yerba mate que sale a la venta con su propia marca, Grapia Milenaria. Producen según los principios de la agroecología y se organizan de manera cooperativa. Después de mucho esfuerzo lograron dar a conocer su marca más allá de la provincia. Hoy su yerba mate llega a Chubut, la otra punta del país. Allí, en Comodoro Rivadavia, o en la comarca andina de El Bolsón, en Río Negro, los paquetes de Grapia Milenaria tienen su espacio en almacenes, sedes cooperativas y en las ventas comunitarias que se organizan donde todavía no hay un almacén. Allí también pueden conseguirse tomates primicia llegados de Jujuy, aceitunas mendocinas, quesos cordobeses y frutas o verduras de los cordones frutihortículas bonaerenses.
La novedad, en este caso, es que estos nuevos circuitos de distribución de alimentos evitan la intermediación de las grandes cadenas de comercialización que manejan los hipermercados y, de ese modo, garantizan precios justos de venta, promueven la agroecología y brindan un mejor pago para las familias productoras. El sistema que permite esta vía alternativa de circulación de los alimentos se denomina Corredores Soberanos Federales.
“El primero que pusimos en funcionamiento es el Corredor Patagónico”, cuenta Josefina Galán, responsable de comercialización de la UTT. “El camión, que hace el recorrido cada 15 días, sale de Buenos Aires y pasa por Santa Rosa, La Pampa, para abastecer el almacén de esa ciudad; va a Junín de los Andes y a Senillosa (Neuquén) y en todo el camino deja frutas, verduras y demás productos de almacén elaborados en las cooperativas que se suman a la red. Hace poco empezamos a abastecer otro nodo en Villa La Angostura, pasamos por Rio Negro y seguimos hasta Chubut, donde hay compañeros trabajando en El Hoyo, y ahora sumamos otro nodo de distribución en Comodoro Rivadavia, súper al sur”, agrega.
Para garantizar ese recorrido, la organización cuenta con un camión Mercedes Benz con el sistema de refrigeración adecuado. La flota de vehículos se completa con otros dos camiones para la distribución de productos de almacén. Tres choferes se turnan para realizar la distribución en la Patagonia con una frecuencia quincenal.
El esquema suma otras dos rutas: el Corredor Cuyano, que cubre la región centro y cuyo del país. En ese caso el camión tiene sus principales paradas de distribución en Mendoza y San Juan, donde deja productos de almacén y carga frutas y vinos para llevar a los otros puntos del país. Ese circuito se completa con una parada en Córdoba para abastecerse de papa, dulces y miel.
El tercer corredor es el Mesopotámico, que cubre la región noreste del país. En Misiones abastece almacenes como el de Puerto Piray, a orillas del río Paraná; carga la yerba Grapia Milenaria, la yerba Relumbrón, que pasan a buscar por la ciudad de Apóstoles, y la que produce el Movimiento Agrario de Misiones, MAM. De allí el camión enfila hacia Buenos Aires, donde redistribuirá los productos misioneros para nutrir los otros corredores de abastecimiento. En el camino hace una parada en Santa Lucía, en la provincia de Corrientes, para recoger la producción de las 32 familias productoras de frutas y verduras que hace poco conformaron una Colonia Agroecológica y también son parte de la red.
“Abastecer al Estado y potenciar las economías regionales”
“Históricamente, como gremio, nos paramos sobre la producción del alimento; después construimos almacenes para la venta, y ahora estamos dando otro paso fundamental, desarrollando la logística propia para garantizar la distribución”, explica Juan Pablo Acosta, el Pocho, delegado gremial de Chubut en la UTT y uno de los responsables del diseño del Corredor Patagónico, el primero que pusieron a funcionar. “La organización avanza con estas cuestiones concretas, además de los proyectos de ley para el sector. Pero en el caso de los Corredores Soberanos, que son fundamentales para las economías regionales, necesitamos que el Estado se haga cargo y potencie estas iniciativas, porque nosotros sabemos que no vamos a poder abastecer a 47 millones de habitantes”, agrega.
Para este año la UTT se propone ampliar los recorridos de los Corredores Soberanos de Abastecimiento, la frecuencia de entrega y la relación con otras organizaciones de productores y consumidores, principalmente de la Mesa Agroalimentaria Argentina.
En los últimos tiempos, en especial después de la pandemia, diversas organizaciones de la economía popular propusieron la creación de una Empresa Nacional de Alimentos, un proyecto que debería impulsar el Estado y nutrirse de las cooperativas y entidades de pequeños productores. De ese modo se lograría beneficiar a las familias productoras, garantizar precios justos al consumidor, fortalecer las economías locales y promover un modelo alternativo de desarrollo y producción de alimentos. Pero esa iniciativa no prosperó. Mientras tanto, las organizaciones de base son las que van dando los pasos de avance. “Estamos demostrando la capacidad del sector para llevar adelante ese tipo de tareas. Pero no queremos quedarnos solamente en las redes propias de comercialización entre las organizaciones; vamos a insistir con poner en discusión el abastecimiento al Estado, proponer que el Estado asuma su rol para que esto se potencie”, concluye Acosta.