El dirigente sindical y político Felipe "El Andariego" Burgos, artífice de la mayor organización obrera rural en la provincia, que fue asesinado por el terrorismo estatal, fue recordado ayer en un acto en la sede de ATE en la ciudad de Salta, cuyo salón se llenó de asistentes, entre ellos familiares y ex compañeros de militancia, que compartieron un clima por momentos reflexivo, con tramos de gran emoción, y picos festivos.
El ingeniero agrónomo Marcelo Rodríguez Faraldo, biógrafo de Burgos, hizo una síntesis de la vida y la obra de El Andariego, secuestrado y asesinado el 6 de febrero de 1976 en la localidad de Campo Quijano. Fue el punto de partida para que luego militantes sindicales y políticos de este tiempo hablaran de las coincidencias de aquella lucha de los años 60 y 70 con la actual.
"Felipe Burgos está vivo en nosotros los trabajadores rurales", afirmó Eva Lencinas, secretaria de Pueblos Originarios de la CTA Autónoma, que organizó el homenaje junto a la Asociación De Trabajadores Rurales y Estibadores De Salta (ATRES), la Federación de Trabajadores Agrarios de la Actividad Primaria y la Mesa de Derechos Humanos de Salta.
Lencinas comparó aquellos años de militancia de Burgos con estos tiempos: "Ahora estamos padeciendo lo mismo con el protocolo antipiquetes", sostuvo. El gobierno de Salta dictó el decreto 91/23 con el declarado propósito de poner fin a las protestas con cortes de ruta, que en esta temporada estival se reeditaron con frecuencia en el norte provincial, compelidos por la falta de agua, los tarifazos en el servicio de energía eléctrica y otras vulneraciones de derechos que se arrastran desde hace años.
Lencinas destacó que trabajan en el campo "con lo mínimo", que muchas veces no los proveen de los elementos de trabajo necesarios y sufren de envenenamientos por los agroquímicos y "el Estado mira para otro lado". "Como pueblos originarios nos sentimos muchas veces excluidos", y con este protocolo más, porque parece que no hay interés del gobierno en escuchar. "Es un golpe grave a la democracia, y a la provincia", aseguró.
El secretario general de la CTA Autónoma, Julio Molina, sostuvo que Burgos "ha sembrado ejemplo", hizo un mea culpa porque los sindicatos hoy en día se ocupan casi exclusivamente de lo salarial. Ya sobre este acto, contó que invitaron a 40 gremios y cuestionó sus ausencias: "Parece que no interesa Felipe Burgos. Como no interesaba (Guillermo) Álzaga", secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Tabaco, que fue asesinado el 19 de diciembre de 1975. Molina dijo que esta indiferencia le da "mucha pena", pero enseguida agregó que también siente alegría, dijo, porque hay un semillero, "hay conciencia, y sabemos quiénes son los oligarcas, quiénes son los traidores a la patria que no defienden los derechos de todos los salteños". No puede ser que haya trabajadores no registrados, que no cobren el salario mínimo vital y móvil, afirmó, y contó que también invitó al secretario de Trabajo de la provincia, Alfredo Batule, que tampoco asistió.
Molina introdujo la cuestión de la persecución a dirigentes sociales y políticos, y puso como ejemplo la situación de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta línea fue retomada en el discurso final, de Gabriela Reartes, de la comisión directiva de ATRES. Cuando empezamos a hablar de aguinaldo, vacaciones pagas, "nos quedamos fuera de esos derechos". Fueron perseguidos, "el famoso lawfare", recordó.
Cuando reclamás tus derechos, "te condenan, te maltratan"; cuando presentaron una candidatura electoral y tenían chances de ganar, "nos castigaron", insistió. Contó que alguna vez preguntó cómo hacen Cristina y Milagro Sala para soportar la persecución que sufren. Al final, se termina castigando a personas que luchan por derechos, es lo que pasó en la Patagonia en 1921 con la matanza de más de 1500 obreros, lo que pasó con Felipe Burgos, razonó.
Un auténtico gaucho
En tiempos de gauchos al servicio de intereses extranjeros, Rodríguez Faraldo resaltó que Felipe Burgos "Era un auténtico gaucho". "Es la perfecta figura de lo que representaba un gaucho, un gaucho salteño". Recorría los valles visitando a los trabajadores campesinos y fue influenciado por el Concilio Vaticano II y su opción por los pobres.
"Felipe para mí es un superhéroe", aseguró en el inicio del homenaje. Después de expresar el deseo-propuesta de que se construya un panteón de las glorias del norte, las glorias de la lucha social, política, gremial, planteó cómo aprovechar la acción de Felipe Burgos en la lucha ahora.
"Fue un personaje que se animó" y se capacitó desde muy jovencito, a pesar de que no pudo ir a la universidad por falta de recursos económicos, porque soñaba con ser abogado. "Leía de todo", además le encantaba el teatro y "era muy habilidoso con la guitarra", contó. Destacó que no solo fue un dirigente provincial y regional, sino que también participó de organizaciones sindicales rurales del mundo.
Tras hacer un repaso por su actividad sindical, que incluyó la fundación de la Federación Única de Sindicatos de Trabajadores Campesinos y Afines (FUSTCA), "lo más importante que tuvo Salta a nivel de organización campesina", y su actividad como funcionario del gobierno de Miguel Ragone, desde la que propuso "proyectos de ley sumamente importantes que generaron la reacción" de ciertos sectores, Rodríguez Faraldo se centró en las enseñanzas de Felipe Burgos, su estrategia, que sigue teniendo rigurosa actualidad: "Trabajó con el ámbito rural pero junto con el ámbito urbano"; hacía política; se vinculaba con las universidades. Trabajaba lo comunicacional; se ocupaba de la capacitación de la dirigencia, creó la Casa del Campesino. Tenía presencia territorial; había "planificación de la acción", había organización, una mirada estratégica en el escenario mundial y se proponían políticas públicas.
Felipe Burgos fue secuestrado y asesinado el 6 de febrero de 1976, y dinamitado en la cuesta El Gallinato, en el departamento La Caldera. "Lo dinamitaron, pero lo sembraron y sus semillas somos todos los que estamos acá", sostuvo su biógrafo que cerró con un reclamo: "En nombre de Felipe Burgos exigimos la reglamentación de la ley de agricultura familiar" que lleva su nombre y que fue promulgada en 2013.
"El enemigo es el mismo"
Verónica Santander, de la Corriente Martín Fierro, recordó a "muchos compañeros que tuvieron el mismo destino que Felipe". Lanzó luego una serie de consignas: "Todos somos Felipe Burgos", "todos venimos de abajo", "tenemos que levantar la lucha de Felipe Burgos porque el enemigo es el mismo". "Nos tenemos que organizar". "Vienen momentos difíciles en la provincia y la patria". Hay que participar en política, Felipe se dió cuenta de eso, invitó. "Necesitamos Ragones en nuestra provincia, necesitamos Felipe Burgos en nuestra provincia", dos hombres que lucharon y "nos han mostrado cuál es el camino". Y propuso un homenaje nacional a Felipe Burgos.
Vanina Riveros, de la juventud de la Martín Fierro y militante de ATRES, coincidió: "Todos nosotros somos partícipes de ese proyecto grande que tuvo Felipe Burgos" y otros tantos de aquellos años, ellos hablaban de las generaciones futuras, "somos nosotros". "Es nuestra responsabilidad tomar conciencia de lo que ellos hicieron" y tomar su ejemplo, propuso.
Nora Leonard, de la Asociación de Derechos Humanos Lucrecia Barquet, que tuvo "el honor de conocer" a Felipe Burgos, recordó que siendo católico denunciaba a los traidores, a aquellos que decían venerar la cruz pero abrazaban ideas que excluían a gran parte de las personas. Admiraba a Güemes, San Martín, Elder Cámara y a Camilo Torres, lo odiaban los patrones de estancia. Felipe Burgos no necesita una estatua pero sí necesita de más gente que siga su ejemplo, sostuvo.
También habló el nieto de Miguel Ragone, Fernando Pequeño Ragone. Afirmó que al ex gobernador y a Burgos los mataron porque querían mayor participación de los trabajadores en las ganancias. Es algo para tener en cuenta ahora mismo, señaló, cuando hay una discusión sobre el aprovechamiento de los recursos que se explotan en la provincia.