Carlos Tevez vino a Central a intentar poner en ruedo electoral a la anterior dirigencia pero la apuesta fue ruinosa para el club. No porque se buscó a un ídolo de Boca para sacar al equipo del ocaso deportivo sino porque el ex delantero de la Selección le reclama a Central por dos meses de trabajo 73 millones de pesos entre salario e impuestos. Las nuevas autoridades de la institución no tienen mucho margen de negociación dado que se trata de una relación laboral, Tevez tiene todo documentado y hay poco para discutir más allá de propiciar una negociación con el ex entrenador para encontrar una forma de pago de la deuda.

La anterior dirigencia de Central, en su desesperación por mostrar algún acierto deportivo, trajo a Tevez al club después del vertiginoso fracaso de Leandro Somoza al frente del primer equipo en el segundo semestre del año pasado (dirigió ocho partidos, perdió cinco, ganó tres y empató uno). Tevez no tenía ninguna identificación con el club y debió lanzar loas sobre la hinchada para ganarse la empatía de los canayas, como en general hace la mayoría. Así empezó, con mucha prensa y más promesas.

Pero Tevez no vino a Arroyito ni por el fervor de sus tribunas, la grandeza del club o el sueño de realizar un trabajo serio al frente de un equipo. Vino porque Central le ofreció una fortuna: más de 36 millones de pesos por mes, en momentos donde, por ejemplo, la misma dirigencia le ofrecía a Mateo Tanlongo para renovar contrato un millón de pesos de sueldo. Para Tanlongo, juvenil del club que se consolidó en Primera, había un millón de sueldo; a Tevez para dirigir al equipo 36 millones. Esta incongruencia en la administración del club y el fútbol profesional forma parte de las razones por las cuales el club arrastra un lustro de intrascendencia en el fútbol argentino.

Tevez intimó a Central para que el club le pague por dos meses de trabajo en la institución 73 millones de pesos que se le adeudan, cifra a la que se llega si se toma cuenta en sueldo de sus colaboradores y los impuestos, incluso a pesar de que Tevez recurrió a la Justicia para intentar no pagar parte de las obligaciones impositivas que le corresponden por su fortuna.

Para tener una referencia, Miguel Russo tiene vigente con los canayas un contrato por la mitad del dinero que gozaba Tevez, números más, números menos. Russo es un entrenador con historia del club, su labor como entrenador en Arroyito lleva adelante el quinto ciclo y más allá de jugar siempre políticamente en la vida de la institución, es innegable que el cariño de los hinchas se lo ganó por su trabajo. Russo gana la mitad de Tevez. Ergo, a Tevez lo único que lo trajo a la ciudad fueron los millones que le ofrecieron, no había ningún proyecto de por medio y menos aún la aspiración de extender un trabajo con proyección a futuro. Lo que Central le pagó a Tevez no se paga en el fútbol argentino, a excepción de los números que administran Boca y River. Y le alcanzó con unos meses para hacerse de una fortuna.