“A veces el primer encuentro es muy efusivo y después las energías vuelven a sus lugares originales, pero yo acá vi la necesidad de todos de continuar, y con un espíritu cooperativo entre las bandas que no veo en otros ambientes o en otras estéticas del tango”, reflexiona Fran Borra. El líder de Tangorra organiza junto a Fernando Bietti (dj y gestor de milongas) la segunda edición del Festival de Electrotango de Buenos Aires, que se realizará desde este jueves y hasta el domingo en Galpón B (Cochabamba 2536). De la iniciativa participarán desde grupos centrales del género, como Tanghetto, Narcotango u Otros Aires hasta figuras emergentes, como Lilí Gardés o Nazarena Cáceres, además de experimentos como el de Tomi Lebrero junto al violinista ruso Alex Musatov. También habrá una legión de djs, performances y talleres, con artistas de la Argentina, Estados Unidos, Turquía, Alemania y Suiza.
Para Bietti el Festival ayudó a consolidar la movida. Si antes se veían pequeñas islitas de electrotango, ahora se percibe el movimiento. “Una visión de conjunto”, define. Y señala que hay “una mirada más amistosa” hacia el electrotango y una apertura, al menos en algunos espacios del circuito tanguero. Vito Venturino es el líder de Cachivache, una de las agrupaciones más populares del circuito local e internacional. Desde su perspectiva, el acierto del Festival fue “la buena jugada de compartir la noche y el escenario”, porque empujó a los artistas a concretar relaciones y nuevas colaboraciones. En ese sentido, Bietti ve que el Festival tiene “un rol por cumplir” y que puede ser un buen aliado de la movida. Aunque Borra no es tan optimista como sus compañeros, destaca la cantidad de featurings y reversiones que circulan ahora entre los grupos. “Lo más loco además es que afuera electrotango encuentra lugares más naturales para ser tocado, pero que acá eso se vaya multiplicando y se vea en acciones concretas de colaboraciones le da más sustento”, considera.
Por eso la presencia de la dj alemana Mona Isabelle mueve las antenas de muchos artistas. Isabelle –que también es artista floral en Alemania- organiza en Berlín la milonga TangoLoft, referente del circuito del viejo continente y que divide su programación en partes iguales entre el tango tradicional y las movidas del electrotango y el tango nuevo. “Yo fundé Tangoloft hace 20 años por el electrotango –cuenta-, cuando descubrí a Gotan Project, Narcotango. Para mí era ‘¡WOW!’, tenemos que hacer una milonga con esto. Nos encanta el tango que se compone ahora. Para mí el tango no es un museo, siempre está vivo. En Europa y Berlín hay mucha apertura a estas cosas y muchos festivales en los que bailar estas alternativas”.
“Me pone feliz ver este festival de electrotango. Cuando me enteré el año pasado celebré, ¡al fin existía! Me parecía muy importante para el futuro del género, lo que puede hacer para estimular también a las milongas y los bailarines”, aplaude Isabelle. La dj viene al país una o dos veces al año para recorrer el circuito y escuchar artistas nuevos para que toquen en Berlín. “El año pasado invité a Mauro Caiazza, y a Vanina Tagini y Gabriel Merlino, que los escuché en el CCK y ¡my gosh! Eso es lo que quiere ver mi comunidad, que cuando vuelvo me preguntan a quién conocí de nuevo para llevar”.
El Festival es una excelente oportunidad para ponerse al día con la movida, y aunque este año dura todavía más que en su primera edición, así todo las fechas no dan abasto para contener a todas las expresiones. “Nos resulta inabarcable incluir a todas las propustas que hay”, reconoce Bietti. “Creo que el Festival logró revitalizar al género, muchas bandas incluso nos han dicho que estaban por cajonear su proyecto y ver a la gente enganchada, aceptándolo, les dieron energías para seguir”, agrega. Su compañero pone como ejemplo Narcotango, que después de un período solista de su motor Carlos Libedinsky ahora volvió a salir de gira. “El año pasado tuvimos a Juan Pablo Gallardo, que uno asociaría a lo tradicional, y él tenía otras cosas para mostrar, este año tendremos a Pablo Estigarribia (reciente ganador de un Premio Grammy) y a Winnie Cheung, o Alex Musatov”, celebra Borra.
Una experiencia así tiene Cachivache, que lanzó su disco electrónico en plena pandemia. Pero Anticuerpos vio la luz en 2020 y para cuando el grupo pudo reabrir su milonga en Buenos Aires y subirse a un avión para salir de gira ya tenían nuevo material discográfico por presentar. Así, su berretín electrotanguero quedó un poco al margen, hasta que el Festival del año pasado los animó a desempolvar. “Ese repertorio electro nos quedó un poquito en el olvido por falta de demanda, pero cuando los chicos nos convocan, ¡mirá qué lindo poder tocar esto! Así metimos un poco de electrónica en la Cachivachería, algunos sets en las giras. Entonces eso de revitalizar la escena, en nuestro caso sin dudas es muy cierto”, comenta Venturino, quien dice que en el subgénero con Cachivache están “de colados”.
“Nuestra idea es involucrar a quienes dudan de dar el paso al #tangosigloxxi, nosotros les abrimos la puerta para que participen, incluso dj’s ´mas tradicionales, porque eso aporta al festival y a su propia propuesta”, plantea Bietti. Para el organizador y dj, ese animarse a experimentar es clave: una vez que das ese paso no hay mucho retorno”.