Desde Santa Fe
La enésima balacera en Rosario, esta vez en el Centro Municipal de Distrito Sudoeste, una pifia política en la Legislatura -donde anunció allanamientos y detenciones por la ejecución del músico Lorenzo “Jimi” Altamirano y fue desmentido por los fiscales que investigan el crimen (ver aparte)-, y una conferencia de prensa dada ayer en Rosario que dejó más dudas que certezas, terminaron por convencer al gobernador que debía deshacerse del ministro de Seguridad Rubén Rimoldi. Anoche, tras la actividad con el ministro del Interior Eduardo Wado De Pedro en Casa de Gobierno, Perotti le tomó juramento a Claudio Brilloni, quien hasta ayer se desempeñó como segundo de la cartera. La situación del ministro “no daba para más, duele decirlo, pero no está a la altura de las circunstancias”, coincidieron fuentes de primera línea de la Casa Gris, quien además explicaron que el apuro por hacer jurar anoche mismo a Brilloni tuvo que ver con "no dejar blancos" o "tiempos muertos" ante la delicada situación en Rosario y mientras la Policía está en el centro de los cuestionamientos por falta de acción.
El nuevo ministro es un gendarme retirado, de perfil operativo pero que desde su legada a Santa Fe (es misionero) siempre fue el segundo de la cartera. Uno de los que festejó su legada en su momento fue el intendente Javkin, quien lo conocía de los tiempos en que, como comandante de Gendarmería, estaba al frente de los operativos especiales en Rosario.
Ya en agosto de 2022, en medio de otro pico de violencia en Rosario, cuando el gobernador Perotti acordó con el ex ministro de Seguridad Jorge Lagna su salida del gobierno, el mandatario le ofreció el cargo al número dos del área, el secretario de Seguridad Claudio Brilloni, pero éste no aceptó por diferencias con la entonces secretaria de Coordinación Técnica y Administración Financiera, Ana María Morel. El mandatario decidió entonces designar al comisario Rimoldi. Pero ahora que Morel fue reemplazada por el contador Gustavo Bode, Brilloni podría ser el “recambio”.
El martes, en la Legislatura, tras su informe ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Emergencia en Seguridad, Rimoldi fue consultado –entre otros temas- por el homicidio de Altamirano, el músico y artista callejero secuestrado, ejecutado y arrojado en las puertas del estadio de Newell's, con una nota sobre presos vinculados a la banda de Los Monos. La principal hipótesis de investigación de los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery es que el joven de 28 años fue elegido al azar por los ejecutores y su vida utilizada para enviar un mensaje mafioso y de terror.
–Los fiscales dijeron que es la primera vez que capturan a una persona inocente al azar para ejecutarla y enviar un mensaje mafioso. ¿Ustedes tienen la misma información de este hecho que tiene una gravedad inusitada? –le preguntaron a Rimoldi.
–Todavía no, pero sabemos que esta mañana se realizaron allanamientos y creo que hay detención de personas relacionadas al suceso –contestó. La respuesta sorprendió a los cronistas parlamentarios.
Sin embargo, los fiscales Schiappa Pietra y Edery desmintieron el anuncio de Rimoldi. No se realizaron allanamientos ni detenciones antes de la conferencia de prensa del ministro en la Legislatura –el martes al mediodía- ni los hubo después. Lo que plantó la duda: ¿por qué el funcionario dijo lo que dijo y qué lo llevó al error? “El episodio generó gran preocupación” en la Casa de Gobierno.
Ayer, apenas se anotició de la balacera al centro de salud municipal que funciona en el contexto edilicio del Centro Municipal de Distrito Sudeste, Perotti llamó al intendente Pablo Javkin para interiorizarse del ataque. Mientras, otros funcionarios del gabinete se trasladaban también a Rosario, entre ellos el ministro de Gestión Pública Marcos Corach y el secretario de Seguridad Brilloni. Otro hecho que abonó las versiones sobre la renuncia de Rimoldi.
“El tiempo del ministro de agotó”, reveló ayer una fuente de la Casa Gris consultada por este diario. “La situación no da para más, duele decirlo pero Rimoldi no está a la altura de las circunstancias. No entiende la política”.
La relación entre el gobernador y su ministro de Seguridad ya se había desgastado, pero los últimos dos hechos: el anuncio fallido del martes –de supuestos allanamientos y detenciones desmentidos por los propios fiscales que investigan un crimen horrendo- y la balacera de ayer a un centro municipal de Rosario aceleraron el “recambio” de un ministro que no tiene perfil político ni comunicacional.
-¿Y quién puede sucederlo en el cargo? –se preguntó.
-El segundo –contestó la fuente en obvia referencia a Brilloni.
-Más ahora que Morel ya no está en el Ministerio de Seguridad.
-El gobernador se toma sus tiempos -cerró.