Flor Amargo dice que la calle y el subte son sus escenarios favoritos. Porque en esos espacios aprendió a ser más honesta consigo misma y se encontró con la esencia de la música. “Ahí surgió la magia”, sostiene la cantante, compositora, arregladora y multiinstrumentista mexicana. Por eso, en cada ciudad que visita se toma un rato para tocar en la calle o en algún sitio poco habitual. “Como al comienzo no me dejaban tocar en ningún lado me di cuenta de que había un espacio en la calle y que era como una escuela donde aprendías la manera de conectar con el público sin necesidad de subir a un escenario, de corazón a corazón”, le cuenta la artista a Página/12. “Y de ahí empezó mi música a tomar un rollo más auténtico, empecé a ser más yo y me di cuenta que logré conectar más con el público. Por eso me encanta tocar en la calle en cada lugar adonde llego”, completa.
La cantautora mexicana está de visita por segunda vez en Argentina y este viernes se presentará junto a su amiga Sofía Viola en el Xirgu Untref (Chacabuco 875), a las 20.30. “Con Flor compartimos un origen callejero, las dos hemos comenzado como artistas de la calle”, suma, por su parte, Sofía Viola. “Hay otros puntos de contacto entre nosotras, como el humor, la teatralidad y lo emocional. Somos mujeres muy apasionadas con las canciones”, resalta la cantautora de Remedios de Escalada. Cada una va a presentar su trabajo personal y también van compartir algunas canciones juntas en el escenario. “A Sofía la conozco hace cuatro años. Tuvimos la posibilidad de coincidir en una gira en Canadá”, precisa Amargo, una artista visceral e histriónica. “Sí, somos súper pasionales ella y yo. Somos de las que nos desgarramos haciendo música, somos intensas y pasionales”, confirma la mexicana. El domingo repetirán la experiencia a las 21 en Guajira (Calle 49 entre 4 y 5), La Plata.
Oriunda de Oaxaca, Amargo –su nombre real es Emma Mayte Carballo Hernández- empezó a estudiar piano clásico a los 6 años y a los 12 ya comenzó a componer sus primeras canciones. Luego estudió en el Conservatorio Nacional de México y durante muchos años se dedicó a la docencia de música. Fue en la calle, a los 29 años, en donde encontró el oficio de cantante y aprendió el truco mágico para cautivar a las personas y encender los corazones. “Cómo docente aprendí la paciencia”, destaca. “Dar clases me dio mucha paciencia. En esta carrera es muy importante ser paciente porque las cosas tardan en pasar. Aprendí también la belleza de enseñar música y todo lo que eso puede sanar”, dice ahora con 36 años.
El último disco que publicó fue Sin maquillaje (2019), en el que interpreta a piano y voz clásicos de la música popular mexicana y del mundo, como “La sandunga” y “Macorina” (popularizadas por Chavela Vargas), “Padam”, “Llorona”, “La vida en rosa” (popularizada por Edith Piaf), “Por ti” (de Óscar Chávez), “Dios nunca muere” o “Cama y mesa” (de Roberto Carlos). “Yo de niña escuchaba bastante música de muchos lados, entonces a mí me influyó mucho la música de antes, de los ‘50 y ‘60”, cuenta Amargo. “Y eso quise relatar en ese disco: tener una mezcla con mis canciones favoritas hechas con mi piano”, dice quien también toca cuerdas, acordeón y percusión. “La nostalgia del pasado, las letras poéticas, el tipo de ritmos y la estructura de las canciones”, explica sobre el porqué de su amor por los clásicos.
“En México se usa mucho la ranchera. Entonces, me encanta cantar con mariachis y que en mi música aparezca la pasión mexicana y también combinarlo con el tango”, dice sobre la emocionalidad y el dramatismo que aflora en la tradición de la ranchera y el bolero mexicano. En este momento, se encuentra preparando su quinto disco de estudio, esta vez con canciones propias. “Me voy a tardar un año en hacerlo”, lanza. “Las temáticas hablan de amor, desamor, de género, de la infancia, la vida, la muerte y la diversión. El sonido tiene que ver con la música popular. El viernes voy a adelantar algo en el Xirgu”, promete.
-Hace poco te expresaste públicamente sobre la identidad de género y declaraste que te considerabas no binarie, algo que tuvo mucha repercusión en México, ¿Por qué es importante para un artista expresarse sobre la identidad de género?
-Porque es una manera de ser libre. Y para alguien como yo, que he nacido siempre en represión, fue importante abrir una puerta para otras y otres que quieren descubrirse fuera del género. Ha sido un descubrimiento para mí y para mucha gente. Y seguiré llevando esto a mi música, a mis letras, en este nuevo disco que estoy haciendo. Espero que siga abriendo puertas y ventanas para otras personas que necesiten liberarse como yo en su momento.
-¿Y por qué creés que generó tanta polémica? Hubo adhesiones y rechazos…
-Hay personas que son intolerantes, pero que hay que respetarlas también. Cada quien tiene la opción de manifestarse como quiera, yo no me dejo guiar por los comentarios sino por mi corazón. Y sé que el corazón de mis fans de verdad está ahí siempre y yo estoy con elles. Y lo que tenga que pasar va a pasar. Lo demás no está en mi control, yo voy a seguir siendo libre y a quien no le guste que haga lo que quiera.
-¿Y la canción latinoamericana refleja esa diversidad en la actualidad?
-Cada quien tiene que elegir lo que conecta con su corazón y con los momentos en los que está viviendo. Creo que la canción latinoamericana tiene que llegar a dar ese servicio de conexión con el alma de las personas, porque hay gustos para todos. Y más que nunca ahora con Internet se ha abierto esa gama para que puedas escoger lo que tú quieras. Es un momento de una gran afluencia de música latina y hay que aprovechar, proponer cosas nuevas y evolucionar. Y también aceptar que hay gustos para todos. Yo estoy a favor de esa evolución.