Los precios de los alimentos en comercios de cercanía del conurbano bonaerense aumentaron 6,17 por ciento en enero. Dos salarios mínimos no llegan a pagar la canasta básica total que una familia de dos adultos y dos niños pueden conseguir en los comercios donde tienen acceso. El dato resulta importante porque es el termómetro de lo que pasa en los barrios, donde no llega el programa oficial Precios Justos. La variación interanual de la canasta lleva un aumento de 102,15 por ciento desde enero del 2022.
Anticipándose al número de inflación de enero - que saldrá publicado el próximo martes 14 de febrero- el gobierno adelantó el relanzamiento del programa Precios Justos con el objetivo de trazar el camino del aumento de precios y asegurarse la accesibilidad de un grupo de productos básicos a través del congelamiento. Sin embargo, ese programa no alcanza a los comercios de cercanía, donde se concentra el 75 por ciento del consumo y es la única opción para quienes viven en barrios populares.
En diciembre en el conurbano bonaerense el valor de la Canasta Básica Total para una familia de dos adultos y dos menores, que comprende los productos básicos indispensables como alimentación, salud, educación vivienda, transporte, vestimentas, entre otro para poder vivir adecuadamente durante treinta días, llegaba a 146.226 pesos, mientras el ingreso que podía sumar -si las dos cabezas del hogar contaban con un salario mínimo- a 123.906 pesos. En enero, al mismo hogar ingresaban 131.340 pesos pero el nuevo aumento de precios lleva la Canasta Básica Total a 154.574 pesos, con lo que la brecha entre ingresos y gastos vuelve a ampliarse.
"Ya inició el año y lejos está de instalarse una perspectiva favorable para los sectores populares en general y mucho menos para los que cobran remuneraciones mínimas o tienen trabajos no registrados", sentencia el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), que releva mensualmente el precio de 57 productos en comercios de cercanía del conurbano bonaerense.
En este primer mes del año el rubro de productos de almacén liderados por los lácteos (leche, manteca, quesos) encabezó los aumentos con un 8 por ciento, seguido por las frutas y verduras (7,33 por ciento) y las carnes 2,33 por ciento. En la comparación interanual los productos de verdulería son los que más aumentaron (150 por ciento), los de almacén subieron 118,18 por ciento y las carnes se anotaron incrementos del orden del 58,48 por ciento.
Los productos con mayores subas son a la vez los que predominan en la mesa familiar Se destacan en el rubro almacén la lata de arvejas, la leche, los fideos guiseros, harina de trigo, queso crema, de rallar y polenta. El litro de leche pasó de valer 210 a 240 pesos, arrojando un aumento de 14,29 por ciento en tan solo un mes. Los fideos aumentaron de 150 a 170 pesos, 13,33 por ciento más entre diciembre y enero.
Del rubro verduras, el mayor aumento se concetró en el kilo de zanahorias que pasó de 90 a 250 pesos (31,58 por ciento) en un mes. La pera, la manzana y el tomate también arrojaron subas de más de 15 por ciento. En el rubro carnes fue el pollo el que tuvo el mayor aumento, de 6,67 por ciento, seguido por la carne picada, que aumentó de 900 a 950 pesos y la paleta.
Más cerca y más caros
Un relevamiento de la consultora Nielsen IQ de productos de Precios Justos en supermercados y comercios de cercanía refuerza esta hipótesis de que es más caro ser pobre. Es que la diferencia de precio entre ambos tipos de comercio puede superar el 100 por ciento en algunos bienes.
El relevamiento, realizado sobre siete productos básicos de consumo masivo, muestra que el aceite de girasol es 95 por ciento más caro en autoservicios y 108 por ciento en almacenes respecto del precio con que se incluye en el programa Precios Justos, disponible en supermercados. La dinámica se repite con el jabón en polvo (89 por ciento más caro en almacenes y 64 por ciento, en autoservicios), la cerveza en lata (79 por ciento y 84 por ciento, respectivamente), la gaseosa cola light (24 por ciento y 25 por ciento), el queso crema light (35 por ciento y 30 por ciento), las galletitas dulces de chocolate (56 por ciento y 46 por ciento) y las papas fritas (62 por ciento más en ambos tipos de comercio).