La madre de la niña de 4 años que murió tras recibir un tiro en el pecho luego de un tiroteo en el que se efectuaron al menos 32 disparos en el Barrio 1.11.14 del Bajo Flores porteño, aseguró que los atacantes "son del barrio", que ya están identificados y que su hija "quedó en el medio de problemas de ellos".
En tanto, la Policía de la Ciudad realizó en el barrio un allanamiento vinculado a una causa que podría tener conexión con el ataque, pero la diligencia dio resultado negativo. La Justicia tiene en la mira a una banda delictiva, integrada por jóvenes --algunos de ellos familiares entre sí--, que se hace llamar "Los Marola", y que mantiene atemorizados a los vecinos de esa zona del barrio.
"Ya están identificados, son del barrio, los están buscando. Son dos chicos, no son bandas. En el medio de problemas de ellos, quedó mi hija. Lo único que sé es que perdí a mi hija", dijo Alcira, la madre de Nayla Naomí Torrilla. Del ataque también resultó herido un joven de 19 años por un disparo en la pierna derecha, con entrada y salida y sin riesgo de muerte.
"Perdí a mi hija por un desalmando. Lo único que pido ahora es justicia por Nayla", aseguró su madre antes de ir a retirar de la morgue el cuerpo de la niña para poder velarlo en la Calle 10 y Charrúa, del barrio 1.11.14, donde funciona un centro comunitario. La mujer relató que "fue por unos segundos" que no llegó a agarrar a su hija, quien fue trasladada por un vecino al Hospital Piñeiro, donde según la madre "los médicos hicieron todo lo posible pero no pudieron salvarla".
"Mi hijita murió en mis brazos", afirmó, mientras que pidió "justicia y más seguridad" para los vecinos del Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli. "Escuché los disparos y salí a buscar como loca a mis hijos. Acá se juntan a jugar varios chicos. Lamentablemente le tocó a mi hija", sostuvo Alcira, madre de cinco hijos.
La legisladora porteña del Frente de Todos (FdT) Laura Velasco advirtió, al referirse al crimen de Nayla, que en la ciudad se viven "graves hechos de inseguridad". "La inseguridad, sobre todo en los barrios populares, es cotidiana", señaló. La legisladora recordó que, además de este hecho, en el barrio Padre Mujica de Retiro, cerca de las fiestas, "hubo en dos fines de semana cinco muertos" y que uno de los tres centros de salud de esa zona está cerrado por la inseguridad y que los "médicas, médicos, enfermeros no quieren ingresar".
Velasco añadió que también "se han realizado robos a escuelas" en Villa Lugano y "en pleno microcentro de la ciudad" de donde se llevaron "300 computadoras". "La realidad es que los datos del delito que anunció el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, es una información que no ha llegado a la Legislatura, que no podemos cotejar", advirtió la legisladora, y remarcó que en CABA actualmente están "sin ministro de Seguridad" por la licencia que se tomó Marcelo D'Alessandro, el último funcionario porteño en ocupar ese cargo.
Una fuente judicial explicó que una de las bandas en la mira por el caso de Nayla se hace llamar "Los Marola", un clan familiar que mantiene atemorizados a los vecinos de esa zona de la villa. "Estos Marola están enfrentados a otras bandas, principalmente una que se hace llamar 'Los Cabrales', también integrada por familiares de apellido Cabral, a uno de cuyos integrantes habían asesinado el año pasado", dijo.
Otra línea investigativa apunta a un problema interno ocurrido días atrás entre "Los Marola", vinculado a una usurpación de una vivienda, uno de los delitos más comunes dentro de la villa. "Es común que las bandas usurpen viviendas de vecinos que, luego, son utilizadas como centro de operaciones para cometer delitos, muchas veces vinculados al narcotráfico", dijo un investigador, quien aclaró que la disputa se produjo porque uno de los "Marola" quiso ingresar a una casa para usurparla y otros lo impidieron, lo que generó una pelea verbal, a golpes y hasta tiros.
El crimen de Nayla ocurrió alrededor de las 22 del martes en el cruce de Bonorino y Calle 10, donde, según los testigos, desde un automóvil Renault 19 color gris se efectuaron varios disparos a ocasionales transeúntes.
El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, aseguró que el hecho ocurrió en una zona que no está bajo prevención de Gendarmería, sino de la Policía de la Ciudad, y que aguardan directivas de la Justicia porteña para "colaborar con peritajes o con la investigación".
En el sitio de los disparos, los peritos recolectaron un total de 32 vainas servidas de calibre 9 milímetros. Priscila, prima de Nayla, contó que según le contaron, "eran cinco personas que venían en un auto" y que "empezaron a disparar de la nada" ante la presencia de varios chicos. "Todos los días pasa lo mismo", concluyó la joven.