Perú vivió una jornada de manifestaciones multitudinarias en todo el país. Al menos 22 movilizaciones recorrieron las calles de la nación andina. La concentración más nutrida fue en el sur del país en la ciudad de Juliaca, donde hace un mes ocurrió la masacre en la que murieron 17 personas producto de la represión estatal. En la localidad sureña hubo al menos 50 heridos
En la capital peruana unos dos mil trabajadores marcharon en rechazo al congreso y a la presidenta Dina Boluarte. Sin embargo ninguno de los tres principales reclamos está en la agenda de los legisladores o de la presidenta: ni la renuncia de Boluarte, ni el llamado a elecciones, ni una Nueva Constitución.
Paro nacional
A dos meses de la destitución del expresidente Pedro Castillo las calles de Perú volvieron a escuchar el rechazo a la mandataria Dina Boluarte y al congreso peruano que bloqueó el pedido de elecciones anticipadas.
En Lima la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) convocó a un paro nacional junto a múltiples organizaciones populares unidas por el rechazo al Legislativo y al Ejecutivo.
“Dina, asesina, el pueblo te repudia” fue un cántico pero también un recordatorio del rechazo de miles de manifestantes a la presidenta que asumió hace dos meses.
En la capital la movilización recorrió el centro de la ciudad y avanzó hacia otros puntos. Más de 1.200 agentes de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en Lima. Desde temprano, policías y militares tomaron control de los sitios estratégicos y prohibieron el tránsito de personas, incluso a quienes no participaron de las protestas.
Durante el día la movilización en Lima no tuvo incidentes graves, sin embargo, a la tarde comenzaron los choques cerca del Congreso. Hace unas semanas, en ese mismo punto tuvo lugar la primera muerte por represión en la capital.
Miles de personas llegaron desde diversos puntos del país a la capital. “Llegué desde diciembre y no me iré hasta que se largue la usurpadora Dina”, dijo Paula, una campesina del departamento de Puno.
Policarpo, un agricultor del departamento de Cusco también llegó hasta Lima para hacer oír su voz. “Nos tienen que escuchar, nunca nos han escuchado. Ellos solo saben matar, nunca hacen nada por el pueblo”, reclamó.
A pesar del pedido reiterado para que Dina Boluarte renuncie, la mandataria aseguró que son apenas “una minoría de extremistas” los que buscan su salida del Ejecutivo. Pero los sondeos dicen lo contrario: la presidenta tiene un 17% de aprobación y 74% de desaprobación.
El sur de Perú: a un mes de la masacre en Juliaca
Desde el gobierno la estigmatización hacia los manifestantes es fuerte. Los acusan de vándalos, terroristas, narcotraficantes. Pero no aportan pruebas que sustenten esos señalamientos que ya habían sido criticados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su reciente visita a Perú.
Las movilizaciones en la ciudad de Juliaca tuvieron un tono completamente diferente. Al menos 50 personas resultaron heridas y tres de ellas con heridas de gravedad. La localidad sureña fue el escenario de uno de los episodios más violentos en los últimos dos meses cuando los manifestantes intentaron tomar las instalaciones del aeropuerto.
La masacre que terminó con la vida de 17 personas producto de la represión policial. “La sangre derramada jamás será olvidada”, corearon los manifestantes en un nuevo intento de ingresar al aeropuerto de Juliaca.
El sur del país es donde tuvieron lugar los episodios más represivos contra manifestantes y donde la Defensoría del Pueblo registró la mayor cantidad de muertes.
El departamento de Apurímac, ubicado al sur del país, también registró movilizaciones en contra de Dina Boluarte, oriunda de esa región. El paro nacional y las manifestaciones en rechazo al gobierno llegaron a distintos puntos del país: desde las sierras hasta las costas de Perú.
En ciudades de los Andes y en la región selvática cerca de la Amazonía las autoridades también registraron movilizaciones en reclamo de una salida a la crisis política.
A pesar de los reclamos, el congreso mantiene bloqueada la posibilidad de pedir un adelanto de elecciones y la presidenta reiteró que no tiene pensado renunciar.