Argentina, 1985 vuelve a poner primera en la temporada de premios, en este caso para una etapa europea que la tendrá como gran protagonista. Como preludio a disputar, el domingo 19, el Bafta británico a la Mejor película de habla no inglesa contra Sin novedad en el frente, el gran cuco de cara a la obtención del cuarto Oscar para una producción nacional, la película de Santiago Mitre sobre el Juicio a las Juntas Militares participará este sábado por la tarde de la 37º edición de los Premios Goya otorgados por la Academia de Cine de España. Allí competirá en el rubro Mejor Film Iberoamericano contra Noche de fuego, de la mexicana de origen salvadoreño Tatiana Huezo; La jauría, del colombiano Andrés Ramírez Pulido; Utama, del boliviano Alejandro Loayza Grisi, y 1976, de la chilena Manuela Martelli. La gala se realizará desde las 18 (22 de España) en el Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de Sevilla y podrá verse por la señal de cable TVE o vía internet a través RTVE Play.
La Academia española implementó este año un cambio reglamentario largamente reclamado por la industria audiovisual: la ampliación de la cantidad de nominados de cuatro a cinco en todas las categorías. Entre ellas está Mejor Film Iberoamericano, en la que, sin embargo, Argentina, 1985 parte como amplia favorita. Para eso ayuda la presencia de Ricardo Darín, que ha sido protagonista de siete títulos premiados con esa estatuilla desde 1999 (El Faro) hasta 2020 (La odisea de los giles). Entre medio triunfaron La fuga (2002), de Eduardo Mignona; XXY (2008), de Lucía Puenzo; El secreto de sus ojos (2010), de Juan José Campanella; Un cuento chino (2012), de Sebastián Borensztein, y Relatos salvajes (2015), de Damián Szifron.
El actor, por su parte, acumula cuatro nominaciones individuales, con la particularidad de un doblete como Protagónico y Reparto en 2010 gracias a El secreto de sus ojos y la coproducción chileno-española El baile de la victoria. En aquella ocasión se fue con las manos vacías, lo mismo que en 2015, cuando fue ternado por Relatos salvajes. Recién la cuarta sería la vencida, cortesía de su trabajo como protagonista de Truman, convirtiéndose así en el segundo interprete argentino en alzarse con una estatuilla en los Goya luego de que Soledad Villamil se impusiera en el rubro de Reparto femenino por El secreto de sus ojos.
Al “factor Darín” se suman las relaciones casi carnales entre el cine argentino y el español. Relaciones que han hecho que, desde que la primera edición del Goya, en 1987, la categoría haya sido ampliamente dominada por producciones locales. Es así que de las 35 estatuillas repartidas hasta 2022 (no se otorgó en 1989), 18 cruzaron el Atlántico: además de las siete películas con Darín, triunfaron El ciudadano ilustre, de Mariano Cohn y Gastón Duprat; El clan, de Pablo Trapero; La película del rey e Historias mínimas, ambas de Carlos Sorín; Un lugar en el mundo, de Adolfo Aristarain; Gatica, el mono, de Leonardo Favio; Sol de otoño, de Eduardo Mignogna; Cenizas del paraíso y Plata quemada, las dos de Marcelo Piñeyro; e Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer.
Las rivales de Argentina, 1985
Los medios especializados españoles no solo coinciden en el favoritismo de Argentina, 1985. Lo hacen también cuando señalan que es uno de los años con mejor calidad en la competencia iberoamericana. Las cinco candidatas, además, estuvieron a cargo de realizadorxs jóvenes, al punto de que tres de ellas son óperas primas y la cuarta, un debut en la ficción. Este último caso es Noche de fuego, cuya responsable fue la hasta ahora documentalista Tatiana Huezo. Estrenada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes y ganadora de la competencia Horizontes Latinos en el de San Sebastián, la película de la mexicana de origen salvadoreño sigue a tres jóvenes que toman las casas de los que han huido de los cárteles de drogas que ejercen un férreo control en la zona.
Exhibida en el marco de la Semana de la Crítica de Cannes del año pasado, La jauría marcó la primera vez en la silla plegable para Andrés Ramírez Pulido y presenta, como Noche de fuego, un contexto permeado por la violencia. Violencia carcelaria, en este caso, que recae sobre un chico campesino encerrado en un centro experimental a raíz de un crimen que cometió con un amigo, a quien trasladan a ese centro. También en el evento francés, pero en la Quincena de realizadores, se vio por primera vez 1976, de la debutante Manuela Martelli, centrada en una señora chilena de clase media-alta a la que el sacerdote de la familia le pide que cuide a un joven que está alojando en secreto. La quinta contendiente es la boliviana Utama, que ganó el Premio del Jurado a Mejor Película en el apartado World Cinema del Festival de Sundance y en la que Alejandro Loayza Grisi sigue a una pareja de ancianos quechuas que, ante una sequía fulminante, se debaten entre resistir o mudarse.