Los rescatistas salvaron este viernes a varios niños entre los escombros que dejó el terremoto que golpeó el lunes Siria y Turquía, que dejó 23.726 muertos, según el balance oficial de esta noche. En tanto, la ayuda humanitaria empezó a llegar a Turquía, pero el acceso a Siria, en guerra civil y con sanciones internacionales, se sigue demorando.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Volker Türk, exigió "un alto el fuego inmediato" en Siria para facilitar que lleguen las ayudas. La ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa, en la frontera con Turquía.

Según ese organismo internacional, las rutas por ese paso están en muy mal estado y esto complica el suministro de ayuda, pese a que la guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua. "En cuanto el paso esté completamente operativo, habrá enormes cantidades de provisiones listas para entrar" en Siria, indicó Michael Ryan, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Hoy, el terremoto atrae de nuevo la atención, pero el mundo se ha olvidado de Siria", denunció.

La diplomacia turca afirma que está trabajando para abrir otros dos puntos de paso "con las regiones bajo el control del gobierno" sirio, "por razones humanitarias". Y el gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a zonas controladas por los rebeldes, con la "supervisión" del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria.

Miles de viviendas destruidas y millones de personas a la deriva

Más de 5 millones de personas en Siria podrían quedarse sin casa a causa del terremoto, advirtió en Damasco Sivanka Dhanapala, representante en el país del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

A un lado y otro de la frontera, miles de viviendas quedaron destruidas y aunque se redobla la búsqueda de sobrevivientes, las posibilidades se apagan después de tres días que los expertos consideran crucial.

Los rescatistas lograron sacar a varias personas de los escombros, como en Jindires, en el noreste de Siria, donde rescataron a Moussa Hmeidi, de seis años. En Gaziantep, al sureste de Turquía, lograron salva a una madre y a sus dos hijos. Y en Antakya, en el sur, se rescató a un bebé de 18 meses y su hermano, informó la cadena NTV. Una niña de tres años también fue salvada en esa localidad.

La OMS teme una crisis sanitaria

La situación se agrava por el frío glacial que hace en la zona. En Turquía crece el descontento contra la respuesta del gobierno, que es considerada insuficiente y tardía. El presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció "deficiencias".

Erdogan ensayó una suerte de mea culpa este viernes. "Hubo tantos edificios dañados que, desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido", afirmó.

La OMS estima que 23 millones de personas están "potencialmente expuestas, de las que unos cinco millones son vulnerables" y teme que se desencadene una crisis sanitaria. Las organizaciones humanitarias expresaron su preocupación por una eventual propagación del cólera, que reapareció en Siria.

La Unión Europea envió los primeros equipos de rescate a Turquía horas después de que se produjera el sismo, el lunes. Pero, en un principio, solo ofreció una ayuda mínima a Siria, a través de los programas humanitarios existentes, a causa de las sanciones internacionales que se impusieron a raíz de la guerra civil, que estalló en 2011.

El presidente sirio, Bashar al Asad, y su esposa Asma, visitaron este viernes a víctimas del terremoto en Alepo, por primera vez desde que se produjo el sismo, se informó oficialmente.