La colectividad árabe siria de Salta y la ciudadanía salteña en general podrán realizar donaciones para aliviar las penurias provocadas por los terremotos que sacuden el norte de ese país del Asia Menor desde el pasado lunes 6 de febrero. La modalidad se consensuó entre jueves y viernes de la semana pasada, durante reuniones que se desarrollaron en la sede de la Cancillería Argentina de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Del encuentro participaron miembros de instituciones centenarias de buena parte del país, entre ellas la Unión Sirio Libanesa de Salta.
Juan Esper, vicepresidente de esa institución de la colectividad en la provincia, integró la comitiva y explicó a Salta/12 cuál es la función de la cuenta única que se decidió abrir para centralizar todas las donaciones en efectivo que se colecten en instituciones de la comunidad y que tendrán como destino el norte sirio. “Las víctimas necesitan soluciones ahora. Pensamos enviar un conteiner con comida y nos cobraban once mil dólares solo para trasladarlo desde Buenos Aires hasta los puertos del Mediterráneo en Siria. La verdad, era dilapidar tiempo y esfuerzos”, confesó. “Por eso se decidió crear una cuenta bancaria en el Banco Supervielle para colectar todas las donaciones dinerarias. Así, por vías diplomáticas, podremos hacerlas llegar al Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria”, detalló Esper.
La cartera de Relaciones Exteriores siria transferirá el dinero a las organizaciones internacionales humanitarias que se encuentran trabajando en las cuatro provincias afectadas en el norte del estado árabe. Es el caso de la Media Luna Roja (miembro de la Cruz Roja internacional), la Cruz Roja Árabe Siria, organizaciones defensa civil, ongs de asistencia, y organizaciones religiosas tanto cristianas como islámicas, porque Siria es un país donde conviven múltiples credos. “Cancillería Argentina se comprometió a convertir los pesos recaudados en dólares”, continuó explicando el vicepresidente de la centenaria sociedad de fomento salteña. “Lo que pedimos a todas las sociedades sirio libanesas del país, es que difundan la información para que la gente de la colectividad y también quienes no lo son, sepan que hay una forma de ayudar fácil, directa y viable”, dijo Esper mientras aún permanecía en Buenos Aires ultimando detalles.
Cuatro días después del inicio de los movimientos telúricos (jueves 9 de febrero), la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro norteamericano (OFAC por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que informó que autorizaba a Siria por un plazo de 180 días (hasta el 8 de agosto próximo) “todas las transacciones relacionadas únicamente con el alivio del terremoto que, de otro modo, estarían prohibidas por la regulación de las sanciones a ese país”. Esas sanciones devienen de la llamada Ley César, impuesta por Estados Unidos en 2019. Hay excepciones al permiso otorgado. “Se continúan bloqueando las transacciones del Estado y el Gobierno de la República Árabe Siria, así como cualquier subdivisión política, agencia o instrumento del mismo, incluido el Banco Central de Siria”, aclaró luego Esper.
El problema en Siria con la ayuda humanitaria destinada a socorrer a las familias en la zona del desastre natural, es ese último bloqueo económico impuesto recientemente por Estados Unidos y apoyado por la Unión Europea. La colaboración internacional para los damnificados por la guerra en Siria ya había sido suspendida por seis meses durante la última reunión de Naciones Unidas a principios de enero de 2023. El 8 de febrero, dos días después de la tragedia, la Unión Europea anunció que asistiría humanitariamente a Siria tras los movimientos telúricos del lunes 6.
La gran mayoría de la ayuda que llega desde Occidente se destina a las zonas afectadas por los terremotos del centro sur de Turquía. Todas las ciudades se encuentran próximas a la falla de Anatolia Oriental que tiene 150 kilómetros de largo por 25 kilómetros de espesor. Sin embargo, del lado sirio quienes padecen aún sus movimientos y constantes réplicas no reciben la misma asistencia. “En estos momentos, más de cuarenta países ayudan a Turquía, mientras que a Siria solamente 13, todos del bloque oriental”, comparó Esper.
La gran pared del bloqueo impide que los distintos países del mundo colaboren con las provincias sirias de Alepo, Hama, Idlib y la costera Latakia, cuatro jurisdicciones con poblaciones cercanas a la gran falla. “Por eso se ideó la vía diplomática y la transferencia posterior del dinero a organizaciones internacionales: es una manera de evitar que los países que colaboran con Siria también reciban sanciones por ayudarnos en éste momento”, aclaró Esper.
“Con los terremotos, el Estado sirio debe hacer un esfuerzo adicional para cubrir a una parte de la población”. El que comenta la situación geopolítica del terremoto es Adam Husein, jefe de redacción del diario digital Sirio Libanés. “Es como si todas las provincias del norte argentino hubiesen sido sacudidas por varios terremotos”, comparó. “Nosotros buscamos centralizar los esfuerzos, para que no haya pequeñas iniciativas que luego choquen contra la misma pared que representa el bloqueo”, dijo Husein. Siria tiene trece provincias más su capital, Damasco, una ciudad autónoma como CABA.
Otros canales en la red de ayuda humanitaria
La Iglesia Ortodoxa en Salta organizó colectas durante las celebraciones litúrgicas dominicales. “El Patriarcado de Antioquía, al que nosotros pertenecemos, canalizará la ayuda por las iglesias”, explicó el sacerdote Adolfo Barrionuevo, párroco de la Iglesia San Jorge, de Salta capital. “Solicitaremos la colaboración en todas las parroquias al momento de la ofrenda. Todo lo que se deposite en la canasta va a ser destinado a quienes sufren las consecuencias de los terremotos en Siria y Turquía”, detalló. “Lo recaudado será depositado en una cuenta de la arquidiócesis”, aclaró inmediatamente, “porque así nos manejamos para enviar dinero durante el último problema bélico en Siria. Nuestra sede patriarcal está en Damasco, capital de Siria, al sur del escenario de los terremotos. Esperamos que todas las familias puedan recibir ayuda. Es un momento donde hace falta olvidar rivalidades”, expresó.
La organización no gubernamental World Hishab Day también está realizando colectas a través de su mezquita en Salta, que se encuentra en la calle General Paz al 700, y también por conocidos que se enteran. “En Siria las personas no pueden recibir el dinero en sus cuentas bancarias. Nosotros enviamos el dinero a los voluntarios que residen en Líbano, hay muchas personas que nos ayudan, también médicos. Los voluntarios cobran el dinero y compran todo lo que hace falta en Líbano. Luego pasan a Siria por la frontera con pequeñas cantidades de lo que compraron”, contó Aisha Amella, que además es presidenta de la fundación Solidaridad Salta Crece Con Amor y es activista por los derechos de las mujeres musulmanas en Salta. “Nosotros tenemos relación directa con organismos internacionales instalados en Líbano”, que es el caso de World Hishab Day. Cuentan con un sitio web donde también se canalizan las donaciones. Amella explicó que toda donación tiene un seguimiento y la persona donante recibe luego un informe sobre el destino que tuvo el dinero que facilitó para la causa humanitaria.
“El terremoto agudizó una problemática que viene desde hace tres años”, recordó Adam Husein en la entrevista con Salta/12. Además, “las medidas unilaterales son medidas de acoso económico que Estados Unidos sostiene desde los años ochenta. El último plan bélico pretendía fragmentar al Estado sirio. Como fracasó, crearon la llamada Ley César, para castigar al pueblo sirio. Hasta el domingo antes del terremoto la situación era ya muy compleja, maximizada por el saqueo de sus recursos. Al Este del país, Estados Unidos (con su fuerza de ocupación) está robando y saqueando el petróleo sirio. Por eso hoy el Estado se encuentra mucho más limitado para responder ante la tragedia, porque solo cuenta con un 30% de esos recursos. En este cuadro de situación, llegaron los terremotos”, cerró Husein.