Los libros de dos editoriales mexicanas independientes llegan a las librerías del país para establecer “un diálogo entre hablantes de la lengua”, como plantean Mauricio Sánchez y Jacobo Zanella, responsables de Gris Tormenta. De su notable catálogo seleccionaron para inaugurar el desembarco en Argentina Editar Guerra y Paz, de Mario Muchnik, el diario de lectura, edición y traducción del clásico de León Tolstói, con prólogo de la casi centenaria poeta uruguaya Ida Vitale. El artista mexicano Damián Ortega, conocido por sus instalaciones como Cosmic Thing, tiene un proyecto editorial, Alias, que publica en español textos de artistas descatalogados o que nunca habían sido traducidos a nuestro idioma. De Alias se podrán conseguir Pomelo, de Yoko Ono, publicado por primera vez en 1970 por Ediciones de la Flor, con traducción de Susana “Pirí” Lugones, secuestrada y desaparecida por la dictadura cívico militar; y Del lunes en un año, de John Cage, veintiún textos que incluyen apuntes, ensayos, conferencias y entradas de diario que el artista, músico y compositor escribió entre 1961 y 1967.
Empezar a distribuir en Argentina, “el país que mejor lee en toda el habla hispana”, según Sánchez y Zanella, es un desafío estimulante para Gris Tormenta. “México podrá tener la escala, España la producción, pero Argentina tiene la manía por la lectura. El lector argentino es un lector más del texto que del libro, más de intenciones que de estilos, más voraz que ocasional. Es un lector más profundo, ¡pero no más lento, todo lo contrario! Y eso es lo máximo con lo que un editor puede encontrarse -explica Sánchez-. Sabemos que estamos generalizando, pero sí son cualidades que resaltan mucho a un editor que llega de fuera, de una sociedad pasiva como la mexicana. En ese sentido, el argentino es un lector más exigente, más activo; hay un estándar más alto. Eso nos seduce, por supuesto”. Para Ortega siempre fue un sueño que los libros de Alias circulen en el territorio de habla hispana y que se extiendan más caminos de confluencia al sur. “Uno crece con la idea de ir al norte y pone los ojos hacia ese lado, pero a mi me interesa Brasil y Argentina; ahí tengo amigos y amigas, algunos llegaron a México en el exilio y aprendí mucho de ellas y ellos. Somos muy distintos y también padecemos cosas similares. Por eso me parece importante el diálogo”, reconoce el editor y artista mexicano y se refiere a la reedición de Pomelo como un “regreso a su propia tierra”, porque fue publicado por primera vez en Buenos Aires.
Zanella cuenta por qué decidieron en Alias crear la colección Editor, donde publicaron Editar Guerra y Paz, de Mario Muchnik (1931-2022), editor, traductor, escritor, físico y fotógrafo argentino que fundó, con su padre Jacobo, Muchnik Editores. “Los lectores desconocen por completo los procesos de edición. O no se imaginan que pueden ser tan largos y escabrosos. Se piensa, por lo general, que un escritor escribe un libro, lo envía a una editorial que lo imprime y de pronto aparece en las librerías”, plantea Zanella, quien junto con Sánchez está articulando una colección de libros de bolsillo que cuentan los procesos y las profesiones que existen detrás de los libros. “La idea es mostrarle a un lector de literatura, no a un lector especializado, todo lo que tiene que suceder para que un libro exista. Que puedas entrar en una librería o en una biblioteca y saber que detrás de cada lomo singular hay muchas historias, de años o décadas, que el libro no cuenta, pero que tuvieron que suceder para que ese libro esté ahí, esperándote, esperando a su lector, a veces durante mucho tiempo. Es decir, que la colección Editor narra lo improbable que es un libro, un texto, un autor. Pero narrado siempre con una voz humana, nunca teórica ni didáctica, tampoco histórica o académica”.
Ortega destaca que hay un vínculo “imprescindible” entre lo discursivo y el arte conceptual. “Me aburre mucho cuando un artista me habla y me habla para explicar su obra y tengo que leer instructivos para saber qué debo pensar o entender”, aclara el artista y editor. “Me gusta el arte de ideas y los textos de los artistas cuando se definen, se cuestionan, se preguntan por su propia existencia, sobre la vida política, sobre su origen, se cuestionan el trabajo, y eso es energía creadora. Eso inspira y enseña un proceso de razonamiento, un proceso emocional, intelectual y de cualquier tipo. Prefiero elegir esa clase de textos. Lo hecho y dicho en el momento de la euforia de la investigación, de la incertidumbre, de la imaginación; no los textos postreros, donde un tercero erudito explica lo que el otro quiso decir. Me gusta el arte de experiencias y en primera persona”, subraya Ortega.
¿Qué significa ser un editor independiente hoy? “Sin la aplicación de la ley del precio único, con tan pocos apoyos institucionales y una distribución demasiado complicada, significa que el editor debe no solo proponer un catálogo y editar los libros, sino que además debe sortear todas las dificultades de producción, económicas, de distribución y venta de las que poco o nada sabe”, dice Zanella, desde Gris Tormenta. “Para cuando las aprende, quizá es demasiado tarde. Y muchas veces ese aprendizaje tampoco sirve de mucho -agrega Zanella-. A veces parece que es el editor contra todo, como si no tuviera nada que ver con lo literario o lo editorial, como si solo fuera una prueba de resistencia, a ver cuántos títulos o años resiste. Vivimos en la ley del más grande y del más fuerte. Lo único que tiene el editor para enfrentarse a eso es la calidad de su catálogo y de sus libros como objetos preciados”.