"Tenemos muchos problemas en realidad los pueblos originarios", comenzó Adelina Montes para explicar por qué en su comunidad, Misión Salim II, decidieron, otra vez, viajar hasta la ciudad de Salta para presentar notas y pedir audiencias con funcionarios del gobierno provincial.
Una veintena de personas de las comunidades wichís Misión Salim II y Misión Carboncito llegaron entre la medianoche y las 6 de la mañana de ayer a la ciudad de Salta para gestionar ante las autoridades de la provincia. "Muchas cuestiones" las mueven, dijo Montes, y por eso vinieron "para poder conocer a los funcionarios" y que "más o menos vean las necesidades de cada comunidad" porque "estamos sufriendo bastante, no tenemos la posibilidad de tener las cosas, por ejemplo, de salud, de educación, de un buen techo", sostuvo en diálogo con Salta/12.
Las dos comunidades están dentro del municipio de Embarcación, a más de 270 kilómetros de la capital provincial.
Montes dijo que sienten preocupación por esas necesidades que atraviesan "y por eso estamos aquí nuevamente en Salta". La veintena de personas, entre adultos y niños y niñas, pasó el domingo al lado de la estación del Teleférico, donde el Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades les asistió.
La vocera detalló que trajeron notas que pretenden presentar hoy ante el gobierno, "para pedirle a ellos" que vean sus necesidades. "Queremos hablar con el ministro de Educación, como el ministro de Salud", con todos los ministros, "queremos dialogar con ellos, porque la verdad que presentamos notas y notas y nunca hay respuesta para nosotros", agregó Montes.
Al Ministerio de Educación Misión Salim II viene reclamándole que haya maestros bilingües en la escuela de la Comunidad wichí Padre Lozano, a la que concurren niños y niñas de Misión Salim, a unos dos kilómetros. "Siempre veníamos pidiendo maestros bilingües, el año pasado también vinimos a hablar con el ministro y nada", "seguimos en lo mismo" y los chicos y chicas no aprenden el idioma materno en la escuela y les cuesta más cursar en un idioma que no es el propio, sostuvo Montes.
En cuanto a la atención de la salud, contó que en la salita de Padre Lozano, donde también se atienden las personas que habitan en Misión Salim II, no cuentan con un enfermero permanente, "y tampoco tenemos médico". "Los médicos que atienden ahí son de Embarcación y cuando quieren van y cuando no quieren, no van y estamos muchas veces los pacientes ahí esperándoles", lamentó. En cuanto al enfermero, dijo que a veces solo está hasta el mediodía y luego ya quedan sin asistencia sanitaria hasta el otro día a la mañana.
El otro reclamo tiene que ver con la necesidad de contar con viviendas adecuadas. "Prácticamente nosotros no contamos con unas buenas casas", son refugios hechos con algo de madera, barro y plásticos. "Estamos envueltos todo con plástico, tenemos el techo de plástico", describió. La precariedad de estas viviendas se resiente aún más en esta época de lluvias, algunas en forma de tormentas con granizo y viento. La poca protección que brindan esas construcciones quedó probada en diciembre de 2021, cuando un fuerte viento atravesó la comunidad y provocó destrozos en gran parte de esas viviendas.
En Misión Salim II residen unas 120 familias. Montes dijo que todas están en la misma situación.
Como en casi todas las comunidades de esa zona, los habitantes de Misión Salim II producen carbón, confeccionan artesanías y trabajan en fincas. Es la vía para reunir algo de dinero, pero no alcanza, resaltó Montes. Hacen "unas changuitas por ahí", "trabajan con otra gente que realmente como que les manejan a ellos", trabajan en fincas "y les pagan una miseria y muchas veces no hay salida, porque las cosas todas están muy caras. No nos alcanza, la verdad, no nos alcanza ni siquiera para comprar dos pares de zapatillas, no nos alcanza. Estamos pasando momentos difíciles", insistió.
Misión Carboncito centra su reclamo, encabezado por el referente César Vallejos, en la puesta en marcha de un merendero para atender en parte las necesidades de niñas y niñas de esa Comunidad.