Si bien hoy parece algo propio de una galaxia lejana, muy lejana, hace un año se reactivaron los festivales musicales masivos en la Argentina. Lo que permitió el reencuentro del público local con los actos internacionales. Sin embargo, a pesar de la euforia que esto representaba, el inicio de la nueva normalidad fue lento y desparejo. Mientras algunos músicos y músicas se tomaron la vuelta a las giras con cautela, al punto de que la paranoia post pandemia los llevó a cancelar shows sin pensárselo demasiado o postergaron culaquier plan al respecto, otros prefirieron caminar por la vereda de enfrente. La más riesgosa. Artistas como la cantautora estadounidense LP entendieron que no había mucho tiempo para perder. Así que su decisión de fluir con la época la terminó convirtiendo en una de las pocas figuras foráneas que fue parte de la última edición argentina de Lollapalooza.

El ademán, al igual que esa performance con sello rockero que le sirvió para presentar el álbum que lanzó en 2021, Churches (inspirado por la coronacrisis), no hizo más que reafirmar su hermandad con sus fans argentinos. “No viví nada parecido en ninguna parte del mundo”, le dijo LP a este diario en marzo pasado, en referencia a su debut porteño en 2019. Y algo similar expedita sobre su paso por el Hipódromo de San Isidro en 2022. A menos de un año de aquel desembarco, la artista regresa para hacer en esta ocasión dos shows. Cada uno con una impronta especial. Este viernes, cuando a las 20 se suba al escenario de Luna Park, consumará su primer estadio. A lo que le secundará el sábado un nuevo hito en su trayectoria en esta parte del mundo: su estreno en Córdoba, de la mano del festival Cosquín Rock. Ahí se presentará en el flamante escenario Montana, a las 21.

“Cuento los días para volver a estar allá”, dice la musica y compositora. “Si bien cada ciudad es especial, desde hace cuatro años Buenos Aires se convirtió en un destino indispensable para mi carrera. Nunca olvidaré de todas las sorpresas que me llevé la primera vez que fui. Como la locura que se formó en el aeropuerto tras aterrizar o el control remoto que me regalaron. Todavía lo tengo. Ahora que iremos por primera vez a Córdoba, espero que también pueda volver con frecuencia. Me hablaron muy bien de su público. Ya veremos si es tan apasionado como el de Buenos Aires”. Aparte de que viene en un momento del año atípico para salir de gira, otro rasgo peculiar de esta vuelta de LP es que, salvo por la publicación del single “Line It Up” en octubre pasado, no tiene material nuevo para presentar. A pesar de ese detalle, la artista adelanta: “Ambos shows estarán buenos. Tocaré temas de mis últimos cuatro discos”.

-¿Estás preparando nuevo álbum?

-Ya lo tengo casi listo. Saldrá este año, y es muy diferente a los anteriores. Pero, al mismo tiempo, no es tan distinto. Si bien parece un álbum clásico de LP, tiene lo suyo. Es como un regreso. No sé, es difícil de explicar. Creo que podrán entender lo que intento decir cuando lo escuchen. Estoy muy emocionada con estas nuevas canciones.

-Durante su show en el Super Bowl, Rihanna repasó algunos de sus mejores hits. Hubo dos o tres que hubiera estado bueno que incluyera, como “Cheers”, que fue escrito por vos. Ahora que estás enfocada en tu carrera solista, ¿tenés tiempo para seguir componiéndole a otros artistas?

-Estoy cien por cien enfocada en mi carrera en este momento. Pero siempre estoy abierta a componerle a otros artistas. Si no volví a hacerlo es porque ando muy corta de tiempo. Nunca me imaginé que fuera tan difícil tener al día una carrera musical. Ahora entiendo toda la presión que atraviesan Rihanna, Cher y Christina Aguilera, que son algunas de las cantantes para las que trabajé como compositora.

-En los setenta, artistas como ABBA hacían covers en español de sus hits. Para muestra está “Chiquitita”. Eso se fue perdiendo con la globalización. ¿Te animarías a llevar a nuestro idioma alguna canción tuya?

-Definitivamente, me atrevería. Yo quiero. El tema es que no sé cuándo podré hacerlo. A veces, las decisiones no dependen tanto de las capacidades o de las ganas, sino de llevarlas a cabo en el momento correcto.

-¿Estuviste presente en la pasada edición de los premios Grammy?

-No. Tampoco los pude ver. Intenté hacerlo, pero a la mañana siguiente salía de gira y preferí descansar. Además, esa semana me mudé. Entre eso y los ensayos, quedé exhausta. Imaginate que esos días estaba viviendo en el hotel Super Dope, que fue donde sucedieron todas las fiestas de los Grammy. No fui a ninguna por lo que te conté. Sí me enteré después de que estuvieron muy buenos.

-¿Te parece que sigue siendo un premio que marca tendencia y que tiene peso entre tus colegas?

-Es muy importante, por supuesto. Quiero decir que estar nominado o ganarlo representa no sólo un reconocimiento por tu trabajo, sino también una evolución. Me parece que refleja bastante bien lo que significa la música. Su historia, al menos para mí, es hermosa. Sirvió de trampolín para muchas canciones y artistas que la gente terminó amando. Es difícil que el público no abrace el cambio, lo que no quiere decir que no esté sucediendo.

-Cuando Sam Smith y Kim Petras recibieron recientemente el Grammy por su single colaborativo “Unholy”, ella dijo que era la primera mujer transgénero en ganar un gramófono. Esto denota el atraso de la industria musical sobre los espacios que le brinda a la diversidad sexual y de género. Considerando que sos una militante queer, ¿qué opinión te merece esto?

-Creo que hay muchas personas que están tratando de retrasar lo que ya es evidente. Es como intentar volver a meter al genio en la botella. Es una pelea que se está llevando adelante ahora mismo. Nos nos queda otra opción en este momento que reírnos ante tanto anacronismo, por más que sabés que lo que estás haciendo es lo justo. Estás defendiendo tu derecho a ser quien sos y a trabajar siendo quien sos. Es muy gracioso cuando conocés gente que piensa que las cosas no pueden cambiar.

-Sos una artista que construyó su carrera a partir de la autogestión y de los sellos independientes. ¿Hoy se puede sostener una obra basada en esta decisión política y estética? ¿O te limita?

-Hay propuestas independientes que son grandes, y hay otras que nadie conoce. Salvo los que son del palo. La exposición de un artista que decide ese camino depende de la habilidad del sello para darlo a conocer, del momento en que vivimos, y de saber dónde está el dinero que puede servir para impulsar su música. Sin embargo, no sé qué responder sobre tu pregunta. Todo es relativo. Probé tanto la autogestión, pero ahora dialogo con compañías multinacionales. Si algo aprendí es que todo es válido y puede funcionar.

-El año próximo se cumple el vigésimo aniversario de la salida de tu segundo disco solista, Suburban Sprawl & Alcohol. Llama la atención que no lo hayas subido a las plataformas musicales digitales.

-Y no lo haré… No me gusta. Simplemente, esa fue la razón. Tengo mejores cosas para mostrar.

-Si pudieras elegir un acto soporte joven y novel para presentar en tu próxima visita a la Argentina, ¿a quién convocarías?

-A un músico llamado Tamino. Tanto su origen (mezcla de egipcio, libanés y belga) como su música son interesantes. Es una especie de Jeff Buckley mechado con Leonard Cohen. Además de gran poeta, es muy bueno tocando la guitarra.