El expresidente Mauricio Macri está consiguiendo unir a Juntos por el Cambio, pero en un reclamo conjunto para que se deje de jugar a las escondidas y defina si será o no candidato a presidente este año. El exmandatario que sigue diciendo que no lo será, pero se mueve como candidato ya tuvo conversaciones con dirigentes del PRO que van por la presidencia como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, planteos en público y privado de referentes cercanos, como Miguel Angel Pichetto y ahora se sumó un pedido de los radicales, envalentonados por la victoria en La Pampa. El que ahora se ocupó de decirle que ya va siendo hora de que se defina fue el senador Martín Lousteau.
Macri parece estar decidido a estirar la indefinición lo más posible, pero esa estrategia le empieza a pasar factura. Si por el expresidente fuera, esperaría hasta marzo o abril a ver si las encuestas muestran algún cambio en los malos números que conserva como imagen negativa. A su candidatura ayudaría un escenario de mayor catástrofe en lo económico, de ahí a que Macri respaldó la salida de Juntos por el Cambio a hablar de una "bomba" para amenazar solapadamente con que no pagarán la deuda en pesos que deje el actual gobierno.
Pero ya hace tiempo que propios y ajenos le advierten que debería decir qué hará este año. Los propios porque alerta que su intención de voto tiende a desinflarse si no se lanza (y también las chances de salir a buscar financiamiento para la campaña). Los ajenos, porque quieren ver cuánto los afecta en sus propios planes.
El tema debe haber sobrevolado las reuniones que Macri tuvo con Larreta y con Bullrich. Ambos están interesadísimos en saber si el expresidente buscará competirles o no. Si se animaron a preguntarle algo, solo ellos lo saben. Bullrich salió con la idea de que no se presentará, pero no porque se lo haya confirmado directamente sino por inferencias en base a comentarios que hizo. Es que la campaña de Bullrich sufriría un golpe letal de lanzarse Macri. De hecho, basa todos sus planes en la hipótesis de que finalmente el expresidente se quedará en su reposera.
En cambio, Larreta y su equipo de campaña decidieron trabajar bajo el supuesto de que Macri será candidato. Si bien no todos creen que lo vaya a ser, la idea de tener que enfrentarlo es una posibilidad que no rehuyen. "De todas formas, tal vez se mueve como candidato, ladra como candidato, y al final es un perro", dicen cerca del jefe de Gobierno.
Más cerca del expresidente, su excompañero de fórmula Miguel Angel Pichetto lo intimó en público a definir si será candidato. Como eso no le funcionó, también lo fue a ver al country Cumelén y le pidió que termine de una vez con las escondidas y anuncie su candidatura, si está decidido a presentarse este año. Cómo le fue a Pichetto con esto, es algo que se verá en los próximos movimientos de Macri. Nada indica, hasta acá, que sus muchos diálogos lo hayan movido un centímetro.
A esta lista, esta semana se sumaron los radicales, en modo campeones del mundo después de derrotar al PRO en una interna en La Pampa. El que se le animó a Macri fue Martín Lousteau, cercano al ganador Martín Berhongaray. Sobre la indefinición del líder del PRO, lanzó: "Es lo más importante que podría pasar para contarle a la sociedad nuestros planes y sería más sencillo si estuvieran definidos los candidatos. Estaríamos más cómodos en cuanto a la previsibilidad”. Lousteau aprovechó para descartar cualquier posibilidad de ruptura, haga lo que haga Macri, y de nuevo puso como ejemplo La Pampa: “No tengo dudas de que vamos a estar todos unidos en las elecciones. Me pareció muy bien lo que hizo Martín Maquieyra de sumarse al festejo de Berhongaray y también los dirigentes de PRO como Larreta y Vidal que lo felicitaron”.
¿Qué piensa Macri sobre lo ocurrido en La Pampa? Basta leer a uno de sus adláteres, Hernán Iglesias Illa (uno de los ghostwriters de sus libros).
El asesor se dedicó a destacar que fue una elección de 30 mil votantes y que el PRO achicó su diferencia a cuatro mil votos.