Foto: Pablo Mehanna

El más romántico

Mayoría de mesas de dos personas, cuchicheando en voz baja y probando sabores poco usuales. Así es como cada noche, con una historia que se remonta a más de 20 años, Green Bamboo sigue mostrando vigencia, no sólo como restaurante pionero de cocina vietnamita en Buenos Aires, sino también como uno de los más preciosos, con su mobiliario, vajilla y objetos traídos directamente del sudeste asiático. Lejos de dormirse en laureles, Green Bamboo revalida títulos con cambios constantes. Ahí está la nueva estantería de espirituosas de refulgente dorado, la recién inaugurada barra baja donde sentarse a comer, el oriental deck sobre la vereda y las lámparas caladas llegadas desde Saigón, entre más novedades. La cocina también se actualiza: hoy el cocinero Tute Gutiérrez reemplaza a la histórica Malvina Gehle al frente de los fuegos, y muestra su curiosidad con varios cambios en la carta. Para arrancar, pensó platitos para poner al medio de la mesa y compartir: uno de los mejores es el bahn bot loc, unos dumplings de masa de tapioca rellenos de langostinos, cocinados al vapor y terminados en plancha: la masa tiene esa textura tan especial de la mandioca que la hace única (5 unidades a $2000). Hay clásicos de la casa como los chao ga (pinchos de lemongrass con pollo especiado cocinado a la parrilla, 3 unidades a $2.000) y opciones vegetarianas como el muy rico cat tim nuong, una berenjena asada con confit de verdeo, maní, echalotes y crocante de batata ($2.200). Se puede seguir por ese emblema de la cocina de Vietnam, el pho bo, caldo con carne cruda, fideos de arroz, cilantro, verdeo, brotes de soja (la receta fue mejorada siguiendo consejos de los integrantes de la embajada vietnamita en Buenos Aires, $3800) o por el cha ca, receta traída desde Hanoi a base de pescado, cúrcuma, eneldo, fideos de arroz y pickles ($4200). Para beber vinos desde $3200 y cócteles diseñados por Sebastián Atienza y resueltos por Leandro López: un ejemplo de la carta: el Doncella vietnamita, con gin de rosas, limón, pomelo y tamarindo, $1.400.

Siempre joven, siempre Green Bamboo.

Green Bamboo queda en Costa Rica 5802. Horario de atención: todos los días de 18 a 24. Instagram: @greenbambooar.

Foto: Pablo Mehanna

Sushi en rollo

Un local vidriado y canchero, una barra de madera clara para catorce comensales, dos itamaes y un formato novedoso para la gastronomía porteña: el hand roll. “Es un producto simple donde priorizamos la calidad de los ingredientes, en particular de los pescados elegidos”, cuenta Valentín, uno de los cinco socios detrás de Norimōto, que en los pocos meses que lleva abierto ya es un éxito en el barrio de Núñez.

El hand roll se puede entender como versión del clásico temaki, un cono de alga nori tostada y crocante que, a modo de un cucurucho, suele rellenarse de arroz (el mismo del sushi), pescado crudo y algunos vegetales o frutas. Esta es la misma idea, solo que en lugar de cono, el alga se cierra como si fuera un rollo, envolviendo así al resto de los ingredientes. Como un burrito japonés. “Lo vimos en Estados Unidos (la marca pionera es Kazu Nori), también en Japón, y nos pareció que podía funcionar en Argentina”, continúa Valentín. Y funciona, montado sobre varias tendencias gastronómicas actuales: una cocina al paso saludable e instagrameable, de calidad y repleta de sabor. Jugando cerca de la tradición, evitan productos como queso crema o mezclas nikkei, tampoco usan salmón rosado. En cambio, siempre hay trucha, tres variedades de pescado blanco, langostinos y vieiras. Ejemplos de hand rolls pueden ser el de langostinos, mayonesa spicy y pepino; el de vieiras flambeadas con aceite de trufa; el de pesca blanca con furikake o el de trucha y sésamo, entre otros. Salen en combos, desde cuatro unidades ($3500) hasta diez a $7000. Hay también una versión all you can eat a $12.000 y pueden pedirse de manera individual desde $800.

Abierto de corrido desde el mediodía y hasta la noche, para los almuerzos hay un menú ejecutivo de seis hand rolls más bebida sin alcohol por $4500 y se suma una gran opción, el chirashi, un bowl con arroz de base, pescado crudo por encima, alga nori cortada y palta, todo por $5000.

Pronto, cuentan, estarán abriendo un nuevo Norimōto en Recoleta. Está claro: los hand rolls llegaron para quedarse.

Norimōto queda en Av. del Libertador 6739. Horario de atención: lunes a sábados de 11:30 a 24. Instagram: @norimoto.ba.

Foto: Pablo Mehanna

Como pez en el agua

Una de las bellas noticias gastronómicas que trajo este principio de año: los hermosos pececitos de los Taiyaki Brothers encontraron su pecera en el mundo, un flamante local en uno de los extremos más relajados de Recoleta donde pueden comenzar a nadar a su gusto.

La palabra taiyaki refiere a un clásico y tradicional dulce nipón, una masa aireada de waffle elaborada en un molde con la imagen de un pez y sus escamas: esa forma simboliza la suerte, la felicidad, la prosperidad. Bajo la marca Taiyaki Brothers, los hermanos Mika, Fernando y Nicolás Akamine arrancaron con este proyecto en 2013, primero trabajando en exclusiva en festivales y ferias, luego como delivery y take away, para finalmente, hace apenas tres meses, abrir su primer local a la calle. Hoy siguen al frente Mika y Fernando, quienes cada día preparan estos waffles junto a la vidriera, directo a la vista de los clientes. Se venden a $500 la unidad y salen con distintos rellenos, desde el más tradicional de anko (un dulce elaborado a partir de porotos azuki y azúcar) hasta los albicelestes de dulce de leche, pasando por sabores como té matcha, Nutella, crema pastelera, batata dulce y mezclas como dulce de leche y chocolate; y matcha con anko. Es ideal comerlos en el momento, recién hechos; también se pueden guardar hasta cinco días y darles un golpe de horno o sartén -nunca microondas- para devolverles la textura que merecen.

El lugar es un clásico arquetipo de emprendimiento japonés independiente, pequeño y especializado en un único producto; al fondo suma unas pocas mesas donde beber café de especialidad (de los tostadores La Motofeca) junto a un precioso mural que imita un callejón luminoso que podría estar en un barrio periférico de Osaka o Tokio: los nombres de los comercios que aparecen en el mural son todos de restaurantes amigos de distintas ciudades en Argentina.

Siempre es buena idea llamar a la puerta de la buena suerte; y más aún si esa suerte es así de sabrosa.

Taiyaki Brothers queda en Ecuador 1171. Horario de atención: lunes a viernes de 9 a 13 y de 15 19; sábados de 10 a 13 y de 14 a 18. Instagram: @taiyakibrothers. Cerrado del 20 al 25 por carnaval.