El día después de comunicada la inflación del 6 por ciento para enero, una base complicada para los objetivos del Gobierno en materia de precios, el ministerio de Economía empezó a abordar lo que queda del año con un doble enfoque: segun supo Página I12, en las próximas semanas el ministro de Economía, Sergio Massa, anunciará un paquete de medidas macroeconomícas y de recomposición de reservas para darle contexto favorable a los acuerdos que se hicieron con sectores de la microeconomía. Sobre todo para los convenios de precios en góndola: Comercio Interior se encuentra, de hecho, analizando a dos o tres sectores que tuvieron en enero alzas mucho más importantes de las autorizadas por el Gobierno. 

La situación que el Gobierno observa es que, tras el 7,4 de inflación que dejó la gestión de Martín Guzmán, los precios lograron estabilizarse pero en un rango muy alto, de entre 5 y 6 puntos, sin saltos bruscos pero en niveles que no son deseables. Para eso, Massa cree que es el momento de medidas más agresivas para seguir ordenando la macro y el déficit, y tener más dólares en la caja del Banco Central para poder regular la inflación en año electoral. 

Así las cosas, se vendrán medidas que el ministro guarda celosamente, entre ellas, un crédito de la banca internacional que sumará dólares a las reservas: se trata de un préstamo técnicamente conocido como REPO, por valor de 1000 millones de dólares y una tasa baja, de 10 por ciento. El Gobierno lo tiene casi cerrado y tuvo 7 ofertas concretas sobre el tema. El tema es relevante porque este se vislumbra como un año complejo en el ingreso de divisas, sobre todo por el golpe que la sequía está produciendo en las liquidaciones del sector agropecuario. 

La núcleo y los rebeldes de las góndolas

Uno de los pocos datos positivos que en el Gobierno analizan en relación a la inflación es que algunos acuerdos están funcionando y eso se ve en la inflación núcleo, aquella que mide los precios sin influjo de los estacionales y regulados. Ese número fue de 5,4 por ciento, en línea con lo que Economía buscaba en el sendero a la desinflación. 

En esa línea, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, aseguró que pese al "muy alto" registro de 6% que marcó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero, los fundamentos macroeconómicos -políticas fiscales, monetarias y cambiarias- "son consistentes con un IPC del 4% o menos", y se mostró confiado con poder llegar "hacia fines de año" a un número en torno al 3 por ciento. De esta manera, volvió a poner sobre la mesa que Economía tiene confianza en llegar a una inflación del 60 por ciento, la escrita en el Presupuesto. Para que esa cuenta se de, la desaceleración a más cerca del 3 debe darse, más que a fin de año, cuanto antes. Por eso, el Gobierno estima que en febrero, sin tanto peso de regulados, los precios deberían ubicarse, de nuevo, por debajo de los 6 puntos. 

De todos modos, hay deficiencias con algunas empresas que se habrían puesto a remarcar precios por encima de lo permitido, por lo cual el Gobierno las está convocando a reuniones. Según explicaron desde Comercio a este diario, en bebidas con alcohol, sin alcohol, galletas, lácteos y algunos fideos, hubo subas por encima del 4 por ciento que autorizó el Gobierno. Vale decir que, en general, esas subas se dieron en los comercios barriales, que representan 8 de cada 10 compras de los argentinos. En los grandes supermercados, los precios siguen muy controlados. 

El otro punto que se está analizando, a raíz de lo fuerte que pegaron los aumentos en carnes y verduras en el IPC, hacer con frutas y verduras lo mismo que se hizo con carne: varias secretarias, el fisco y el Banco Nación trabajan con el Mercado Central para un acuerdo más integral. Es de máxima complejidad, más que la carne, porque es un sector muy disperso e informal. Para tomar dimensión del problema, frutas y verduras tuvieron en todo el año pasado subas por encima del 170 por ciento, bastante más que una inflación general ya muy elevada y también más que el resto de los alimentos, incluída la carne. Vale decir, además, que la sequía está teniendo un impacto directo en los precios de las verduras, otro punto en contra para controlar el asunto.