Desde Mar del Plata
La jornada de hoy le sumó un ribete más al complejo entramado de discusiones que despierta el juicio que va a fallar sobre la acusación de abuso sexual y femicidio de Lucia Pérez el 8 de octubre de 2016. Se trata de la ya mencionada hasta el cansancio perspectiva de género. La pregunta sigue siendo de qué manera y a través de qué transformaciones concretas puede aplicarse la perspectiva de género en el sistema judicial y en los casos específicos, y si se logra o no.
Con el objetivo de echar luz sobre este aspecto, este miércoles las abogadas de la familia Pérez Montero, Verónica Heredia y Florencia Piermarini, presentaron como testigo experta en género a Laurana Malacalza, subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género, del Ministerio Nacional de Mujeres, Género y Diversidad, quien ya había dado en testimonio en el primer debate que dictaminó un fallo absolutorio para los acusados, anulado en 2018 por la Cámara de Casación. En esta ocasión lo primero que recuerda Malacalza es lo que ocurrió en el juicio anterior cuando se presentó ante el Tribunal: “La vez pasada el Tribunal había sido muy incisivo respecto a las preguntas, por ejemplo me preguntaron si la perspectiva de género era un invento mío. En ese momento me acuerdo que una secretaria se acercó a darle un café al presidente y él le preguntó a ella si sentía como yo estaba describiendo que podían sentirse las mujeres subordinadas. Ahora, en este juicio, creo que fue una declaración que se mantuvo en los parámetros establecidos”, explica Malacalza en diálogo con Página12
La declaración de Laurana Malacalza fue justo después del testimonio de la doctora Santana, ginecóloga de Lucia y testigo también solicitada por la acusación y protagonista de una de las objeciones de la jornada. Santana entró en la sala, se ubicó en la silla para testimoniar y luego del juramento tuvo la primera indicación de Veronica Heredia, que le solicitó que explicara el procedimiento del Papanicolaou: “Las mujeres probablemente tengamos claro el procedimiento, pero como el tribunal está compuesto por tres varones, le pido que lo explique detalladamente”. Luego de la explicación, la querella le solicitó que observe las fotografías de la autopsia de Lucía, a lo que la ginecóloga respondió: “Está irreconocible porque no es la Lucía que yo vi”. En ese momento, la defensa de ambos acusados objetó que la doctora realizara un seudoperitaje cuando no es médica forense y cuando ya se había realizado la instancia pericial el jueves pasado, en donde los peritos coincidieron en que Lucía murió a causa de una falla cardíaca vinculada al consumo de cocaína y que no fue posible descartar un abuso sexual.
El debate para probar o refutar el abuso sexual es la clave del peritaje, pero también hay un segundo aspecto que Malacalza explicó en los minutos que estuvo frente al Tribunal y que se relacionan con una tarea que se viene haciendo hace tiempo frente a un sistema de Justicia que no reconoce las desigualdades en contextos de violencias de género. Según el testimonio de Malacalza, aplicar una perspectiva de género es “tener en cuenta las relaciones de dominación en relación al género y que además aparece la interseccionalidad como condición clave”. Según ella, las mujeres pueden sufrir opresiones en distintas dimensiones: clase, condición migratoria, edad, etc: “En este caso, Lucía era mujer, de 16 años, en un contexto de consumo y estas características le dan rasgos de una vulnerabilidad mayor” explicó frente al estrado.
Malacalza también señaló que la perspectiva de género debe pensarse en todas las etapas de los procesos judiciales, desde el inicio de la instrucción, la investigación y el juicio. Puso especial énfasis al momento de la autopsia “en donde mucha veces la violencia no aparece solo en el cuerpo”. El planteo, en definitiva, podría ser que no es posible solo leer en el cuerpo sin vida de Lucía si hubo consentimiento para el sexo o no, sino que ese consentimiento es parte de una trama social en la que ella estaba en inferioridad de condiciones.
¿Cómo sería un fallo con perspectiva de género? Malacalza explica: “Más allá de cómo se juzguen los hechos puntuales que tienen que ver con la muerte de Lucía, la sentencia tiene que contemplar, que incluir, esta instancia de dominación entre los géneros y la intersección con la edad, más allá del hecho que se juzgue".
Durante la jornada se presentaron como pruebas las declaraciones de los acusados Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel (fallecido en 2020) que realizaron en la etapa de instrucción al mando de la fiscal Sanchez, todas hechas entre 2016 y 2017. Los relatos coinciden en que Farías y Lucía se encontraron en una cita en la casa de Farías el sábado 8 de octubre a la mañana, que tuvieron relaciones sexuales, que tanto Offidani como Maciel habían ido a llevarle preservativos a Farías porque él los había pedido y que cuando llegaron se encontraron con que Lucía se había desmayado y entre los tres la llevaron a la salita suponiendo que se había pasado de drogas.
De esta manera, la parte acusadora finalizó la presentación de sus testigos. Mañana por la mañana se hará la inspección ocular a la casa que alquilaba Matías Farías y se estima que la semana que viene podrían estar los alegatos.