La calma en Juntos por el Cambio dura poco y nada. Otra reunión del PRO terminó en una pelea subida de tono. Fue por el mismo tema por el que la última vez se habían dicho de todo: las elecciones en Mendoza y el frente electoral provincia. Esta vez, la tenida fue entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que van escalando en su enfrentamiento por quién será el candidato a presidente del partido. Y Mauricio Macri terció en favor de la presidenta del PRO. La discusión es si hay que intervenir para evitar que el dirigente Omar De Marchi rompa con la UCR y compita por afuera en Mendoza o si hay que "respetar el federalismo", como afirmó el jefe del gobierno porteño. Bullrich amenazó con llamar a una votación.
Este fue un nuevo capítulo de una saga por la disputa en Mendoza, donde De Marchi viene dando claras señales de alejarse de la UCR y romper la alianza de JxC. En el episodio anterior, Bullrich también fue protagonista de un entredicho en el que se dijeron de todo con De Marchi. Ella le refregó que forma parte del armado nacional de Larreta. Y él, que ella tiene de aliado a Alfredo Cornejo, quien anunció será el candidato radical a gobernador mendocino. "Si no te gusta Cornejo, ganale en las PASO", le gritó ella. Larreta, en esa oportunidad, mantuvo silencio. Pero ahora, cuando volvió a salir el tema, el jefe del gobierno de CABA cambió de estrategia.
El tema lo sacó nuevamente Bullrich. Planteó que, dado que algunos municipios mendocinos adelantaron sus elecciones, había que definir de inmediato la situación en la provincia. Sostuvo, alineada con los radicales, que De Marchi debía competir en las PASO porque, si no, se rompía Juntos por el Cambio en Mendoza. Y llegó a decir que eso podría tener consecuencias en la alianza nacional.
Larreta la atajó con la ayuda de sus adláteres, Diego Santilli y Eduardo Macchiaveli. Todos dijeron que no había tanto apuro para llegar a un acuerdo con los radicales: el cierre de listas provincial es el 12 de abril, las PASO son el 11 de junio y las generales, el 24 de septiembre. Por lo que consideraron que hay tiempo para negociar, más allá de que algunos municipios cierran sus listas el 25 de febrero (ese fue el motivo que usaron los radicales primero y Bullrich después para pedir definiciones). "No hay que comprarse la ansiedad de los radicales", fue el argumento que usaron los larretistas en la reunión. Y por fuera de la reunión aseguraron: "Patricia está muy apurada, casi más que los radicales".
Larreta sostuvo que había que respetar el federalismo, dejar que la negociación siguiera su curso en Mendoza y buscar el acuerdo que más le conviniera al PRO, siempre sin romper Juntos por el Cambio (sotto vocce, el larretismo considera que Bullrich está jugando demasiado para su aliado Cornejo y no para su propio partido). Todos los larretistas rebatieron la idea de que esto podía afectar la alianza a nivel nacional, dado que las elecciones son desdobladas.
Terció Macri, que respaldó la postura de Bullrich. Se mostró pesimista respecto de que se pueda llegar a una lista de unidad entre Cornejo y De Marchi, por lo que planteó que había que ir a unas PASO, donde el dirigente del PRO debía avenirse a competir por adentro, aún si lleva las de perder. Macri, que se conectó al Zoom desde Cumelén, mantuvo siempre el tono paternalista que le gusta usar. En cambio, Bullrich fue subiendo el tono de la discusión.
- Bueno, ¿por qué no votamos? -propuso finalmente la presidenta del PRO, segura de que tenía mayoría a su favor. Además de Macri, María Eugenia Vidal la había respaldado. Larreta y sus acólitos frenaron la idea de someter a votación la cuestión y siguieron exigiendo una salida consensuada.
Finalmente, consiguieron patear el problema para adelante: se definió que Macchiavelli y Federico Angelini iban a conversar con De Marchi para intentar buscar una solución a la disputa. Y quedaron en que el próximo martes 21 se volverán a reunir. "Ahí va a ser definitorio", aseguraron del lado de Bullrich. "Todavía hay tiempo", remarcaron del lado de Larreta.
De fondo, queda un mar de sospechas. Bullrich cree que la defensa de la posición de De Marchi busca complicar a Cornejo, que es aliado de ella y, así, esmerilar su candidatura a presidenta. Para la titular del PRO, todo es una jugada a varias bandas de Larreta, que está perdiendo de vista su relación con los radicales. En cambio, los larretistas remarcan que hay que respaldar a De Marchi para lograr negociar con la UCR desde una posición de fortaleza y que Bullrich se está comportando como una delegada del radicalismo.