“Swing, groove, rhythm”. Con esta trinidad Anthony Wonsey resume la propuesta con la que regresa a Buenos Aires, esta vez al frente de un trío excepcional, además de un anfitrión de lujo. El viernes y el sábado –en doble función, a las 20 y a las 22.45– el pianista afroamericano, figura central de la escena del jazz de New York, se presentará en Bebop Club, en el marco del festival de verano Summertime. Con él estarán Lonnie Plaxico en contrabajo y Carmen Intorre Jr en batería, además del trompetista Mariano Loiácono como invitado. “Quiero mostrar este trío que tiene mucho para decir. Es una máquina de swing, groove y rhythm, elementos fundamentales de la música negra. En estas presentaciones exploraremos todos los aspectos de la música afroamericana que proviene de los esclavos”, anticipa Wonsey
“Me gusta pensar en el trío de jazz como la síntesis de una orquesta clásica, aunque con eso no quiero decir que pretendo sonar como la música europea. Más bien tomo ese tipo de esquemas pensando en las composiciones. La diferencia es que en la música clásica la composición ya está escrita y en el jazz estamos componiendo en tiempo real”, continua el pianista. “Para nosotros lo importante es lograr un balance entre composición e improvisación. Me gusta concentrarme en las composiciones, pero luego necesito la libertad de improvisación. También necesito que el bajo y la batería improvisen, porque quiero que se expresen que aporten lo que saben y lo que sienten. Diría que la proporción ideal para este trío es 60 por ciento composición y 40 de improvisación”, agrega Wonsey.
Para llevar a cabo esta idea, el pianista nacido en Chicago en 1972 cuenta con dos laderos de larga y fecunda trayectoria. Además de una extensa discografía como líder, Plaxico fue contrabajista de The Jazz Messengers, la emblemática banda fundada por Art Blakey, y su trayectoria se relaciona con nombres como Dizzy Gillespie, Wynton Marsalis, Chet Baker, Dexter Gordon, Cassandra Wilson, por nombrar algunos. “Yo aprendí que con un buen bajista puedo tocar lo que se me viene a la cabeza y para mí tocar con Lonnie (Plaxico) es lo ideal. Su bagaje musical es inmenso, es de los que creció en los 70 y ha tocado mucha música”, comenta Wonsey. Por su parte, Intorre fue entre otras cosas durante años baterista del guitarrista Pat Martino. “Sin dudas Carmen (Intorre) es uno de los mejores bateristas en la actual escena de Nueva York. Es de los músicos blancos que entendieron que el jazz es una forma de arte originaria del África negra y desde ahí tocan. Carmen no toca desde las notas, toca desde la cultura afroamericana”, define el pianista y agrega: “También Mariano (Loiácono) toca jazz con gran conocimiento y respeto por la música y la cultura negras”.
Su madre, pianista clásica, y las lecciones con Zilner Randolph, director musical de la banda de Luis Armstrong, orientaron los primeros pasos musicales de Wonsey, en una ciudad marcada por el blues. “Chicago era entonces la meca de la escena blues del Midwest. Mucha gente del Mississippi vino a Chicago a buscar trabajo, entonces el blues sonaba en todas partes. Yo crecí con ese sonido”, rememora el pianista, que enseguida trazó su propio camino, primero en la escuela Berklee de Boston y más tarde en New York, como parte de la Elvin Jones Jazz Machine, el proyecto personal del baterista entre otras cosas miembro del mítico cuarteto de John Coltrane, y después con músicos como Wallace Rooney, Nicholas Payton, Vincent Herring y Chico Freeman, por ejemplo. “Conocí a muchos grandes músicos y toqué mucha música, pero mi estilo personal se desarrolló tremendamente el año pasado. Encontré a Dios, a Alá. Esta es una historia real, encontré a Alá y él me salvó de años y años de drogas y alcohol. Me salvó la vida, seguro. Eso ha hecho que mi música sea mejor, tremendamente mejor, y esté mejorando cada día”, asegura Wonsey.
-- ¿Qué es lo que más te interesa del panorama jazzístico actual?
-- Para mí es interesante lo que sucede en todo el mundo. Ya sabes, me interesa estar en contacto con músicos de otras partes del mundo.
-- ¿Encuentra jazz interesante en otras partes del mundo?
-- Algo. Hay buenos músicos, sabes. Pero los que llegan a la profundidad del jazz son muy pocos. Porque muchas veces pasa que les gusta la música negra, pero no les gusta lo suficiente la gente negra. De todas maneras, las redes sociales cambiaron también nuestra manera de concebir la música, la manera de escuchar y valorar. Ahora, quienquiera que publique un video con su música tendrá quien le diga “¡Sonabas genial!” y al poco tiempo puede ser olvidado. Son pocos los que con cierta autoridad te pueden decir “Suenas bien” y muchas veces no lo dicen. En fin, son cambios continuos que me interesan. Al mismo tiempo déjame decirte que lo que más me interesa y me gusta es la música en vivo.