Una cinta de apenas 4 minutos, guarda la voz de Pancho Silva. Las precisiones son pocas: es una entrevista realizada el 6 de septiembre de 1985 por el entonces director de Cultura de la provincia de Salta, Ramiro Peñalva.
“Es posible que la grabación haya sido realizada en Salta capital o en Cafayate. Este último fue el lugar de residencia de Silva en Salta”, surge en la descripción donde se guarda el registro sonoro, y agrega: “Se deduce que durante su gestión como Director de Cultura de la Pcia. De Salta, el Sr. Ramiro Peñalva llevó adelante un ciclo de entrevistas grabadas. Convocó a personalidades destacadas de la cultura y el medio salteño. Uno de ellos fue el reconocido artista multifacético Pancho Silva”.
Abruptamente comienza la cinta. El entrevistador pregunta, “¿La formación de Pancho Silva?”, a lo que el artista responde: “Nací en febrero del 49, acuario y búfalo, en la ciudad de La Plata. Comencé a dibujar y a pintar desde antes de entrar a la escuela primaria. Cursé la primaria y mis padres me mandaron a Bellas Artes a través de mi vocación. Soy bachiller en Artes. Después ingresé en la universidad pero no guardé interés de la universidad, pareciera ser que la época estaba tan convulsionada, año 67, 66, 68... entonces comencé a viajar, viajando, ahí fue donde descubrí la artesanía como un medio de vida”.
El artista
En aquella entrevista Silva relata algo de su devenir de vida con el arte. “Comencé a trabajar metal, madera, cuero, pero el que más me entusiasmó fue el metal a través del grabado, entonces comencé a hacer joyas, que es un poco mi especialidad. Ni siquiera sé la cantidad que he hecho, porque hace más de 15 años que estoy haciendo trabajos de metal y joyas, a veces pienso que deben superar las cinco mil joyas en todo ese tiempo. Y siempre el dibujo, porque en la joya está el diseño, y el color a través de los esmaltes. Mis joyas son grabadas y esmaltadas, y la pintura ahora”.
Uno de sus grandes amigos, con el que compartió varios proyectos, es Julio “Lulo” Kristal, quien recuerda sus primeros contactos con Pancho: “Lo conocí de casualidad, si es que existen las casualidades. Yo estaba en Buenos Aires y en el 87 me fui con otra gente a Humahuaca. Íbamos camino a Catamarca a buscar San Pedro, y nunca llegamos porque el viaje se hizo larguísimo. Entonces llegamos a Cafayate y un amigo en común me dice '¿dónde querés que paremos?' conozco un viejo, que tenía 38-39 años, se llama Pancho Silva, es un chango que esta re loco', y bueno vamos le digo, y así lo conocí. Fue mucha casualidad".
Por otra parte, el músico y docente salteño Gustavo Kantor también tuvo la oportunidad de conocer y frecuentar a Silva. "Pancho era un artesano muy bueno. Tenía su estilo muy personal y pintaba. Se fue a vivir a Cafayate en los 70 y se hizo una casa de barro muy linda con su señora y sus hijos. Era un tipo muy personaje, muy diferente, muy raro, muy original. Tenía sus arranques, sus loqueros, muy setentero, muy del palo hipi-rockero fundacional con toda la mística que él defendía. Decía que era jipi de verdad... Lo conocí antes de que vaya a vivir a Cafayate, cayó en mi casa alguna vez por intermedio de unos amigos y me lo encontré en Cafayate también porque yo viví 5 años allá, así que lo tenía de vecino".
Otro conocido de Pancho es José Alfieri, hoy coach ontológico, quien esboza una breve pero concreta definición: "Era muy bohemio, muy loco, un anarquista total, muy fuera del sistema… Hacía unas acuarelas muy lindas". En esta línea Lulo Kristal agrega: "Era un artista completo, un psicodélico, de una escritura única... además las cosas que hacía en metal eran únicas en el planeta".
La entrevista realizada por el otrora director de Cultura continúa refiriéndose a nuevos caminos, nuevos giros artísticos que el cafayateño por adopción va tomando a lo largo de su vida. "Hasta aquí, públicamente al menos, vos eras conocido como metalista. De pronto esto pareciera, al menos para mí, una especie de salto a otra cosa…”, pregunta el entrevistador refiriéndose a sus dibujos.
Silva responde: “no... el otro día estaba pensando y decía, ¿cuál fue mi primer pintura? Mi primera pintura fue en el año 1954, cuando tenía 5 años, y guardé montones de pinturas y dibujos que después se perdieron. Entonces no es un salto sino es una vuelta… ¿y el metal por qué? Porque cuando yo llegué a Salta encontré tanta cultura a través de lo que aquí se llama platería que volqué toda mi labor hacia la platería, no solo hacía joyas, sino cofres, cajas de metales, entonces, un poco la idea, la cultura que había acá en Salta a través de los metales, de la famosa platería colonial. Así mismo siempre me negué a hacer rastras, bombillas, mates, porque veía la platería como una cosa creativa, mas extensa que eso, especialmente ese trabajo del platero colonial. Entonces yo trabajé en metales pero llevado un plano plástico, artístico”.
El Rokalchaki
Lo multifacético de Pancho Silva abarcaba también la música como parte del arte que desplegaba. Consideraba a la música una arista más para abrirse a la creación total. Gustavo Kantor recuerda: “En un momento empezó a hacer música, si se podía decir que era música lo que hacía... Más bien la música empezó a aparecer cuando se asoció con Lulo Kristal. Pancho no era músico, pero Lulo empezó a ponerle música a todo ese delirio del Pancho, a ese juego muy libre. Pancho fue el creador del Rokalchaki”.
Lulo Kristal, a partir de la casualidad de la vida que lo llevó hasta la morada de Silva en Cafayate, comenzará, tal como relata Kantor, a darle forma a esa nueva idea musical, “Yo estaba con mis experimentos de tratar de hacer algo personal y con la música, como un rock andino o algo así. Entonces me dice el Pancho, 'voy a buscar una guitarra', fuimos a buscar la guitarra y traía un bombo Hopi, que es lo que él tocaba. Entonces empecé con un par de temas que hacía en esa época, y me dice 'yo hago lo mismo que vos con el bombo', y presentó sus canciones. Ahí empieza a nacer el Rokalchaki".
Aquella creación musical de Silva, Lulo Kristal la explica de esta forma: “El Rokalchaki es una idea musical nueva, es un ritmo nuevo que no tiene algo definido. Hay a quien le parece oscuro, otro al que le parece que tiene que ver con lo folclórico... lo que sí hace la identidad del Rokalchaki es que tiene un ritmo como una ‘cabalgata’ con el bombo Hopi, ese es el latido de Pancho, siempre nos ponemos ahí… En relación al ritmo, siempre decía Pancho Silva 'una cabalgata, a cabalgar, a cabalgar'".
Gustavo Kantor recuerda simpáticas anécdotas compartidas junto a Silva y sus delirantes creaciones musicales. “El tenía su bombo Hopi y mientras lo tocaba te miraba… ‘Nunca fuissstes, nunca entrassstes, a la quebrada de Cafashate…’, y el estribillo decía ‘y los loros (y hacía ruido a loro)’... ese era el Pancho Silva”, comenta entre carcajadas Gustavo.
Lulo hoy continúa con el legado que le entregó como posta Silva, el Rokalchaki sigue vivo y latente. “Él me decía 'tenés que seguir'... era un viejo brujo y un artista completo. No era un músico académico, sino que tenía el concepto de la música, que para mi es tan importante como si fuese académico o más, era un artista completo".
Un tal Patricio Rey
El ex guitarrista de Patricio Rey y Los Redondos de Ricota, Skay Beilinson, conocía a Silva desde la época en que con su compañera Poli viajaron a Salta a trabajar unos campos familiares en la localidad de El Tunal. En una entrevista de 2013 con la Revista Rock Salta, comenta: “Teníamos que encarar una explotación agropecuaria: zapallos, porotos. Pero era extremadamente difícil, porque cuando no se inundaba, había una sequía espantosa”. Desde aquellos tiempos se afianzó una amistad con Pancho que fue creciendo con el tiempo y que llevó, casi sin quererlo, a que Los Redondos debutaran en un escenario salteño.
En otro pasaje de la entrevista agrega: “En realidad Patricio Rey ya existía. Lo que pasa es que siempre decíamos que Patricio Rey era una entidad, una idea fuerza que por ahí encarnaba en cualquier personaje, por lo general los más locos. Y Pancho Silva en aquel momento, ahora hace mucho que no lo vemos, estaba realmente loco, loco, loco. Una locura preciosa. Se fue a vivir allá: macrobiótico empedernido, un artista, un artesano de la hostia, de los mejores. Y tenía una locura muy particular, entonces a veces yo decía 'lo encontré a Patricio Rey en Salta, vengan a verlo'”.
Por su parte, Carlos Indio Solari, relata en su libro de memorias “Recuerdos que mienten un poco”: "Cuando nos separamos por primera vez, Skay y Poli se fueron a administrar un campo en Salta y conocieron a Francisco Pancho Silva, que era un personaje. Les llamó la atención. ¡Era un loco de la guerra! Hacía artesanías muy lindas, que le compraban hasta en la embajada alemana. Cada vez que venía desde Salta aparecía cantándole a Iototo y Aholi, dos dioses que iban a venir en una nave espacial a traer nuevos cereales".
En medio de esta semblanza de quien fuera, o pudiera ser, Patricio Rey, Ricardo Cohen (Rocambole), ilustrador y parte de la cofradía ricotera, cuenta a principios de 2017 para la Revista Almagro: “Él siempre estuvo pensando y dando las directivas que nosotros después hacíamos. Él vive ahí, en Cafayate. Se llama Pancho Silva. Está vivo. Vende sus artesanías en la plaza, como lo hizo toda la vida”.
A este mito/realidad, José Alfieri agrega: “Pancho Silva era muy amigo del Indio Solari y muy amigo mío. Yo también creo que Pancho era Patricio Rey”. Por su parte, Lulo Kristal resalta: “A nosotros nunca nos importó demasiado el tema de si era o no Patricio Rey, porque si a alguien no le importaba, era a él”.
Será por esta razón que Pancho Silva vivió en el anonimato pero sin esconderse. Abundan las anécdotas de recitales del Rokalchaki en bares y hostales de Cafayate con Silva a la cabeza, así como son cientos los relatos que lo ubican “dando vueltas” por Salta capital; o también los que alguna vez dicen haberle comprado una artesanía, sin saber que aquel simple artesano era portador de una de una las historias más transcendentales de la historia del rock y la contracultura de nuestro país en los últimos 50 años.
"El Pancho Silva siempre fue un generador, un mito viviente", dice Lulo Kristal, y quizás no hay mejor manera de nombrarlo, porque Pancho Silva siempre estuvo y estará atravesando, hoy en forma de espectro-alma-viento, los Valles Calchaquíes que supieron abrazarlo.
Hace 74 años nacía Héctor Francisco Silva. Hace 74 años nacía quien fuera Patricio Rey, o las dos cosas, que son lo mismo porque se entrelazan en un mito fundante que lo eleva a través de los mágicos valles salteños hacia la eternidad.