Las chicanas y acusaciones cruzadas en la comisión de Asuntos Constitucionales condimentaron la vigilia de la agitada sesión prevista para hoy. Con final incierto, la Cámara de Diputados tratará la “exclusión” del diputado Julio De Vido. El interbloque de Cambiemos se alzó con el dictamen de mayoría a favor de la expulsión del ex ministro de Planificación por “inhabilidad moral” aunque sin la certeza de alcanzar los votos de los dos tercios de los diputados presentes necesarios para concretarla. Ante la posibilidad del fracaso, el Frente Renovador –principal socio del oficialismo en la cruzada– presentó dictamen propio para incluir su propuesta de renunciar a los fueros parlamentarios, a pesar que se trata de un hecho simbólico y sin connotaciones legales. El Frente para la Victoria (FpV-PJ) se opone por considerar que proponer la expulsión de un diputado sin que exista una condena firme la medida es “anticonstitucional” y “violatoria de los tratados internacionales sobre derechos”. Lo mismo hará el Movimiento Evita (PpV-ME) pero con dictamen propio. Desde el Frente de Izquierda (FIT) anticiparon que no se plegarán a la maniobra del oficialismo que abre la discrecionalidad a “la persecución política” y calificaron de “apriete mafioso” la ratificación de Cambiemos de que no permitirá las abstenciones en la votación de hoy.

Ante la ausencia de De Vido, que no concurrió a la comisión de Asuntos Constitucionales para no avalar el “procedimiento” de exclusión, el macrista Pablo Tonelli quiso dar por concluida la convocatoria pero no pudo clausurar el debate. El aliado massista Julio Raffo fue el primero en hablar y exponer una voz disonante: señaló que “hasta último momento” trataría de convencer a los renovadores de que “por el artículo 66 (de la Constitución) vamos mal”. “Es imposible que no siente precedente, y es un precedente tremendo”, advirtió. Pero Raffo se encolumnó afirmando que acompañará de la decisión massista “en el acierto o el error”.

El massismo enseguida defendió la utilización del artículo 66 y la figura de “exclusión” y el procedimiento sumario que impulsó el delasotista Juan Brugge. Mónica Litza los justificó con el cálculo de las condenas que podría afrontar De Vido en los cinco procesamientos judiciales “que dañan la honorabilidad de la Cámara”: “la pena de expectativa va de 3 a 45 años”, contabilizó. 

La jefa del bloque massista, Graciela Camaño, fue la encargada de comunicar que, a pesar del acuerdo que habían sellado con el oficialismo, tomarían su propio camino. “No nos queremos hacer los distraídos, por eso vamos a presentar nuestro propio dictamen”, anunció Camaño para insistir que el mismo incluirá su propuesta electoral para que sus diputados renunciaran a los fueros.

En Cambiemos buscaron no mostrarse sorprendidos frente a la “zancadilla” renovadora, con cierta lógica. Tras la reunión de comisión, la propia Camaño admitió, que con su dictamen en minoría igual votarían la propuesta oficialista.

Antes, los diputados del FIT esgrimían su argumentos ante el ninguneo de Elisa Carrió que se preparaba para irse –fiel a su estilo– anticipadamente de la reunión en medio de risas ignorando la opinión de la izquierda, lo que desató un duro cruce (ver aparte).   

“No nos vamos a prestar a la maniobra del Gobierno”, dijo Juan Carlos Giordano (FIT-IS), que con críticas a la gestión de De Vido y del macrismo calificó de “apriete mafioso” la decisión del oficialismo de negarle la posibilidad de la abstención en la votación de hoy. “Esta maniobra trasciende lo electoral. Es una cortina de humo para el ajuste posterior a las elecciones donde el Gobierno prepara una reforma laboral que quiere llevar a los trabajadores a la situación del siglo XIX”, agregó Pablo López (FIT-PO) y sentenció: “no le vamos a otorgar un régimen de excepción contra el pueblo argentino”. “No vamos a convalidar un estado de excepción encubriendo al sistema judicial”, completó Soledad Sosa (FIT-PO). 

La radical Karina Banfi asumió el rol de denostar la postura del FIT. “Los tres diputados de izquierda me llenan de ternura, haciendo una ensalada de temas para tener cinco minutos de cámara por un voto más”, soltó posando para la TV. “Tenemos que asumir la ética de la responsabilidad para que el Congreso no sea una guarida de ladrones”, clamó Banfi desentendiéndose de los casos de corrupción que alcanzan al gobierno de Cambiemos y ratificando que el oficialismo no habilitará las abstenciones.

La secretaria parlamentaria del PRO, Silvia Lospennato, dedicó su intervención a leer citas de juristas sobre el artículo 66 de la Constitución para defender la figura de la “exclusión” que eligió el oficialismo por encima de la “remoción”. “Es una decisión política para defender nuestro propio honor”, expresó Lospennato.

Luego, la diputada kirchnerista Diana Conti replicó afirmando que su intervención de hoy estaba plagada de argumentos de los mismos juristas en sentido contrario y que las que leyó la diputada macrista eran previas a la reforma constitucional del ‘94 y la incorporación de los tratados internacionales sobre derechos humanos. Al tiempo que sostuvo que la propuesta oficialista es “inconstitucional” porque esos mismos tratados afirman que no se le puede negar derecho a elegir representantes y a ser elegido a quienes no tienen una condena firme en su contra. 

En el mismo sentido se pronunció Remo Carlotto (PpV-ME), quien sostuvo que el procedimiento sumario que quiere aplicar el oficialismo “es constitucionalmente grosero” y no por la situación procesal de De Vido. Además le recordó a Tonelli que defendió en el recinto a Luis Patti, acusado por delitos de lesa humanidad, esgrimiendo “la presunción de inocencia” de todos los ciudadanos. Tonelli se defendió argumentando que entonces hablaba de otro artículo de la Constitución y que las acusaciones para la exclusión de De Vido eran “sobrevivientes” porque los procesamientos se dieron mientras era ya diputado. Carlotto prefirió guardar las réplicas a Tonelli para la sesión de hoy cuando defienda su dictamen de minoría.      

“Estamos defendiendo la Constitución Nacional no a De Vido”, dijo el camporista Marcos Cleri para ratificar la postura del FpV-PJ. Afirmó que el dictamen a favor de la exclusión busca implantar “un estado de excepción para perseguir a los diputados nacionales que piensan distinto” y que se trata de “un linchamiento mediático” que le sirve al oficialismo para la campaña electoral.

El cierre estuvo en manos del radical Mario Negri en nombre del intrebloque de Cambiemos. Defendió la embestida contra De Vido en la “cantidad de causas judiciales abiertas, las que está imputado y cinco en que está procesado”.  

Aun sin los votos necesarios para expulsar al ex ministro, en Cambiemos consideran un triunfo exponer a quienes voten en contra de la exclusión de De Vido como “socios” de la supuesta corrupción en plena campaña electoral. Hoy tendrán un escenario en el recinto de la Cámara baja en una extenuante sesión que podría extenderse hasta por 15 horas, según sus propios cálculos, en el que también incluyen la derrota.