“El hecho de que muchos países acepten como principio que los dólares sean tan buenos como el oro, conduce a los estadounidenses a endeudarse de forma gratuita a expensas de otros países. Porque lo que Estados Unidos debe, lo paga con un dinero que solo ellos pueden emitir” Charles De Gaulle, ex presidente de Francia.
Con la Segunda Guerra Mundial varios países resultaron vencedores, pero el único que mantuvo indemne su territorio, su aparato productivo y hasta una bomba nuclear que no dudó en utilizar, fue Estados Unidos. En julio de 1944 se firmaron allí los acuerdos de Bretton Woods. De todos los privilegios logrados para Estados Unidos en dicha negociación, el mayor fue imponer que su moneda en todo el mundo. En representación del Reino Unido, John F. Keynes trató de relativizar este despropósito y consiguió establecer un respaldo fijo en oro: una onza troy oro por cada 35 dólares.
El acuerdo duró poco. Estados Unidos lo respetó mientras los saldos públicos y de balanza de cuenta corriente fueron positivos. Pero ni bien comenzaron a dar negativos por el avance tecnológico y, por ende, la mayor productividad de Alemania y Japón, comenzó a retacear el cumplimiento de lo firmado, dado que implicaba saldarlos con oro. Esta fue la causa determinante del derrumbe del sistema. En 1965 el entonces presidente de Francia Charles De Gaulle convirtió en oro 150 millones de dólares en la Reserva Federal de Estados Unidos. En 1971 Alemania abandonó el acuerdo. El entonces ministro de finanzas francés Valéry Giscard d'Estaing llamaba al sistema: “Privilegio exorbitante”.
El quiebre de Bretton Woods
Sin pudor y acuciado por gastos públicos producto de la guerra con Vietnam y otras andanzas bélicas imperiales, el entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon desconoció de manera unilateral los acuerdos de Bretton Woods el 15 de agosto de 1975 . Impuso la inconvertibilidad del dólar a oro, transformando a dicha moneda en dólar fiduciario o “fiat”, es decir, sin respaldo alguno. Peor aún, posibilitando el desatino de inundar con dólares sin respaldo al sistema financiero y a los bancos centrales.
La respuesta europea fue la implementación del Euro. Los países latinoamericanos seguirán en la dependencia económica exportando materias primas y alimentando intercambios desiguales, mientras no se dé el primer y esencial paso de crear una moneda latinoamericana que supere al dólar fiat como moneda internacional e instrumento de dominación política y sumisión económica.
La importancia del dinero
Según Keynes, las funciones básicas del dinero son como medio de cambio y pago, unidad de cuenta y reserva de valor. Pero implica algo más: es el equivalente general con demanda por sí mismo y un objetivo de importancia vital en los seres humanos en el sistema capitalista, en el cual la política monetaria es un aspecto esencial.
Por ello el dólar fiat resulta ser causal de las grandes distorsiones, como la burbuja financiera en permanente crecimiento y siempre propensa a la implosión por su despegue abismal de la economía real, sumado a una creciente concentración de la riqueza, contracara de los incrementos de pobreza.
Contrariamente, la ortodoxia neoliberal partiendo de la galimatía denominada “Ley de Say”, considera al dinero “neutro” es decir demandado únicamente para realizar intercambios. Por ende, la distorsiones que provoca el dólar fiat se silencian. Pero sí se sobreactúa el mito del equilibrio fiscal, como un ataque indirecto a la intervención del Estado en la economía, por ser la única opción de soberanía política, independencia económica y justicia social.
Dinero fiat
Estados Unidos es desde hace décadas uno de los países más endeudados del mundo. El déficit fiscal llegó en septiembre de 2022 a 1.375 billones de dólares y el de la cuenta corriente de balanza de pagos para igual fecha llega a 251.100 millones de dólares.
Este endeudamiento jamás se pagará en dólares. Los saldos deudores de Estados Unidos a nivel global se concilian en parte como saldo acreedor, con la exigencia de mantener reservas en dólares en todos los bancos centrales del mundo. Exigencia ya que, en caso contrario, la ausencia de reservas implica “corridas” cambiarias y bancarias provocadas por el poder económico financiero con fines devaluatorios destituyentes sobre gobiernos democráticos populares.
La ruptura del sistema de Bretton Woods ideada por Milton Friedman y ejecutada por Richard Nixon con la implantación de tasa de cambio flotantes, es la génesis de la globalización y fundamento de la especulación financiera y concentración de la riqueza como objetivos básicos del proyecto político neoliberal. Basado en el pensamiento único como principio autoritario y universalista que ha encontrado su límite en el enfrentamiento Rusia-Ucrania que, a su vez, implica implícitamente un freno al dólar como moneda de dominación político-militar y la desnudez de ser simple papel.
Según la lógica del sistema de Bretton Woods existían controles sobre los movimientos de capitales como mecanismo de sostener los cambios fijos establecidos. Sin control de la cuenta capital, los cambios fijos decantaron en cambios flotantes con lo cuales los capitales especulativos comenzaron a desplazarse a ritmo vertiginoso. Esto provocó la supremacía cada vez mayor de lo financiero sobre lo productivo y comenzó la fase de la financiarización.
Esta fase neoliberal del capitalismo, que posibilita la multiplicación de dinero “fiat” destruyendo y precarizando empleos tanto en países centrales como periféricos, acentúa la pérdida de participación del sector trabajo en la distribución del ingreso, derivado de la presión feroz por recortar tanto el salario real como nominal, sumado al ataque y persecución a las organizaciones sindicales.
*Docente, economista y contador público. Integrante del Club Argentino Arturo Jauretche. [email protected]