La diputada del Frente de Todos Natalia Zaracho fue ilegalmente detenida el pasado miércoles por la policía en Lanús cuando intercedió para que los agentes dejaran de golpear a un menor al que habían reducido. "A un par de cuadras de mi casa, en el semáforo, vi que tenían en el piso a un menor de edad y los oficiales le estaban pegando, asi que me bajé del auto, me identifiqué y pedí que le dejaran de pegar", contó conversando con Nora Veiras en AM750, donde detalló que la empujaron, la tiraron piso y esposaron. "No se identificaron en ningún momento, sufrí violencia física y verbal", aseguró.
Según detalló, en el lugar "había policía municipal, policía local y otra fuerza que no sé cómo se llama, pero los compañeros me dijeron que suelen hacer operativos en el Puente Alsina y el Olímpico y que paran a todos los pibes con problemas de consumo". En esa zona se sucedieron los hechos que terminaron con su detención.
Si bien los acontecimientos tomaron un rápido estado público, las repercusiones no lograron evitar que la diputada fuera víctima de maltratos, violencia y hostigamiento que, según denuncia, se extendieron por más cuatro horas.
Luego de que las autoridades de la Cámara Baja se comunicaran con las autoridades policiales, fue liberada, aunque ella aclara que la razón principal por la que consiguió volver a la calle se debió a la acción directa de sus compañeros "que se reunieron a manifestarse en la puerta de la comisaría".
Al salir de la comisaría, Zaracho afirmó: "Cada vez reafirmo más la lucha de nuestra organización que sabe estar donde tiene que estar". "Lo que hice, lo haría de vuelta por cualquier pibe del barrio", afirmó la militante del espacio Patria Grande, que conduce Juan Grabois, que en diálogo con Buenos Aires/12, responsabilizó por lo ocurrido al intendente Néstor Grindetti y al secretario de seguridad, Diego Kravetz.
--¿Por qué crees que te detuvieron siendo diputada de la Nación?
--No están acostumbrados a diputados cartoneros, ni los policías, ni la Cámara. Yo les decía que se vayan acostumbrando, que este es un fenómeno que vino para quedarse, que cada vez vamos a ser más. Me golpearon, me mojaron, me sometieron a violencia física y verbal. Me cargaban. Para ellos, una diputada tiene que ser rubia, bien vestida, con un auto de alta gama y yo ando en un Palio. Lo uso para ir al congreso, para ir al barrio. Después, cuando confirmaron quién soy, igual me tuvieron un rato más, por definición de Kravetz o de Grindetti, que son los responsables de la policía local. Llamó la presidenta de la cámara para reclamar mi libertad y le negaron que yo estuviera ahí. Entonces, no estuve denida sino secuestrada. El problema es que la derecha se apoderó del discurso de la inseguridad.
--¿Crees que esto va a profundizarse en año electoral?
--Claro. Sólo tienen esto para proponer. Más mano dura, más violencia, más odio de clase. ¿Eso es una política de seguridad? No, así no se resuelve nada. No me voy a poner en víctima porque la víctima es ese pibe al que le estaban pegando, que además era evidente que algo había consumido. Siete de cada diez liberados vuelven al penal. Nosotros trabajamos la ley de no reincidencia, para que los pibes tengan otras oportunidades, vean que hay otros caminos posibles. Ellos, en cambio, no proponen nada. En este tema, soy crítica hasta de mi propio espacio, por no dar la discusión. Hoy, por ejemplo, había reunión de comisión para tratar un tema de salud mental, la emergencia en adicciones. Estaban invitadas las madres que perdieron a sus hijos por consumos problemáticos. Y la presidenta, que es de la oposición, no fue. Las citaron, las madres fueron y había una sola diputada de la oposición. Juegan con el dolor de la gente. Todo es especulación electoral. No votan las universidades, no votan la moratoria previsional. No votan nada.
--¿La dirigencia política debe comprometerse más con el control del accionar policial?
--Si la dirigencia política caminara por donde tiene que caminar, por donde están los problemas, estas cosas no pasarían o pasarían mucho menos. Yo no puedo culpar a las fuerzas de seguridad: son producto de un sistema que les inculca el odio a los pobres, que tiene una formación determinada, que los hace ser fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Que trata a la gente según su clase social. Si sos rugbier te cuidan, si sos pobre o morocho te matan. A mi me sacaron mis compañeros, porque se corrió la voz entre ellos rápidamente y se juntaron a pedir mi libertad en la puerta de la comisaría.