"Para Adán, el paraíso era cualquier lugar donde estuviese Eva".

Mark Twain, Diario de Adán y Eva.

Lectóribus de mi tricúspide, me fue muy difícil elegir el tema de esta columna, no por escasez, sino todo lo contrario: por exceso de oportunidades… Vivimos en un país muy generoso, sobre todo con sus humoristas: nos podrá faltar dinero, pero ¡absurdos, jamás! O será como dijo el extrañadísimo Fontanarrosa: “En la división internacional del trabajo, a los argentinos nos tocó hacer reír”.

Estuve tentado de hablar del Carnaval, ya que hoy comienza, pero me di cuenta de que acá el Carnaval dura todo el año, al menos a nivel disfraces, y, como ya dije demasiadas veces:

· Se han disfrazado de independientes, pero son muy dependientes

· Se han disfrazado de pluralistas, pero son represores

· Se han disfrazado de cultos, pero son “eficientes”

· Se han disfrazado de palomas, pero son gorilas

· Se han disfrazado de funcionarios, pero son empresarios

· Se han disfrazado de justos, pero son ajustadores

Y, lo peor de todo: se han disfrazado y se siguen disfrazando... de que no se disfrazan. O sea que, como ya lo dije, no lo voy a volver a decir. Y segundo, Francia.

Entonces, pensé, aprovechemos que el mercado festeja el Día del Amor el 14 de febrero, así como todos los otros días festeja el odio, o lo que venda más. Recordé la frase de Mark Twain que encabeza esta nota y me dije: “Soy incapaz de escribir algo mejor que eso; además, si me pongo a pensar cosas, capaz que me agarra el enano lacaniano que tengo adentro y digo 'amar es dar lo que no se tiene a quien no lo es'; o, peor aún, la cursilería me ataca por sorpresa y termino con 'amar es nunca tener que pedir perdón' (¿será por eso que el Sumo Maurífice a veces dice que nos ama? Mmmmhhh... No)".

En eso estaba, cuando pasó lo que pasó.

Les cuento, quizás ustedes no lo sepan, pero desde 2019, con el querido y admirado músico y humorista Alejandro Sanz (nombre y apellido reales, argentino, y para más datos de Corrientes), hemos formado un pequeño equipo (de dos) que se dedica al humor musical, lo llamamos RS (Rudy-Sanz, el colmo de la originalidad), y los lectores suelen encontrarse con algún tema del grupo para acompañar y quizás hacer más digerible esta columna sabatina. La mayoría de los temas tienen letra y música originales, y algunos pocos son parodias de temas famosos, con la letra cambiada. Algunos, como "Pelotuditis", "La vacuna Evita", "Soberana la cubana" o "Si la tocan", entre otros, llegaron a tener cierto rebote más que interesante. Además, desde el fin de la cuarentena hasta ahora, hemos realizado más de 30 presentaciones “in living” y en salas y centros culturales de la CABA y la provincia de Buenos Aires.

Ni Alejandro ni yo somos especialmente futboleros, pero ambos fuimos conmovidos por el fenómeno de la “Scaloneta”, que, más allá de lo deportivo, fue un hecho “nacional y popular” como hace tiempo no se daba, y que atravesó lo partidario. En homenaje a la Scaloneta, creamos "Zamba de los vulgares" (zamba), "La gloriosa Scaloneta" (cumbia) y "Chamamé para Mbappé" (chamamé).

En los festejos de los partidos de la Selección entonamos, como todo el país y el mundo entero (salvo ya sabemos quiénes), la versión scalonética de Muchachos, el tema de La Mosca que todos conocemos.

Terminó el Mundial y nos volvió a golpear la realidad, una cierta tristeza, si no melancolía política, que me llevó a decir: “Soy un militante activo de la Rama Desorientada del Movimiento" y: “El sentido común es la mentira de la derecha; la estadística es la mentira de la izquierda (si tiene en cuenta los números y no las singularidades)". Lo que estaba pasando con la Justicia nos volvió más descreídos aún, si esto fuera posible.

Peeeero... (siempre hay un “pero” en el “pero-nismo”), poco antes de Fin de Año, en una de nuestras reuniones de trabajo hablamos de la alegría, del deseo, de que el deseo es necesario para darle a la vida un sentido que a veces nos niegan o nos venden demasiado caro y trucho. Así nació la idea de hacer una canción más emotiva que humorística, basada en otra que ya existiera y remitiera de un modo automático a la alegría. Por supuesto, Muchachos fue la elegida, casi al instante. La letra tiene que ver con el deseo –no con la ilusión, sino con el deseo– de ilusionarse (por eso dice: “Nos queremo' ilusionar”). Y la idea era también que remitiera a una ilusión común de una parte de los argentinis/os/as/es. Y que nos quitara un poco ese triste fantasma que nos estaba recorriendo: el de que una argentina, sin duda protagonista de nuestra historia, estaba siendo maltratada (y nos quedamos cortos) por el poder, que no solo la condenó en un juicio digno de Kafka, sino que intentó asesinarla, sin que la autopercibida justicia intentase hacer valer su nombre y se ejerciera a sí misma (si esto no se entiende, no es culpa mía, sino de algunos jueces que hacen todo por confundirnos).

Así nació "Morocha", escrita a fin del 2022 pero archivada poco más de un mes hasta que advertimos que había cierto sentir popular que la acompañaría. Y algunos queridos amigos nos pidieron una canción así, que casualmente ya habíamos hecho, pero no difundido.

Circuló entre amigos y amigos de amigos (algunos hicieron videos para que se difundiera mejor), y el pasado viernes 10 la interpretamos ante un grupo de amigos y amigos de amigos, entre los cuales tuvimos la alegría de que estuviera presente el querido Víctor Hugo Morales. El lunes 13, VHM la difundió en su programa radial (donde comentó también nuestra presentación) y a partir de allí, ¡BOOOM!: la canción explotó en redes, grupos, y llegó a muchísima gente que de alguna manera se sintió acompañada por ella. También en una generosa columna en este mismo diario (donde además se puede escuchar el tema) y en otros medios.

Para nuestra gran sorpresa, muchos medios hegemónicos, y periodistas que jamás hubiéramos pensado que nos darían la menor bolilla, de pronto escribían notas casi “advirtiendo” sobre la canción. De pronto, yo era un “humorista K” y Ale era "quien tiene un homónimo español". ¡Parecía el título de un cómic de superhéroes o villanos: “El humorista K y el homónimo español”. Y la canción era, para ellos, no sé si un misil, un cohete, un arma de politización masiva, bah: algo peligroso, quizás porque podía acercar unos minutos de alegría a algunas personas, y aparentemente eso les resulta insoportable a los que nos necesitan tristes y apagados.

Si esos medios hablaron mal de nosotros, hicimos algo bueno. En todo caso, es una canción… ¡y a seguir cantando!

Para finalizar: primero, la letra completa; segundo, Francia.

Morocha

En Argentina nací, / tierra de Perón y el Che

De los desaparecidos / que jamás olvidaré

No te lo voy a explicar / porque vos ya lo sabés

A los garcas vendepatria / cuántos años soporté

Y aunque eso no terminó, / nuestro sueño siempre está

Con Cristina y los perucas / el gobierno popular.

Morocha, ahora nos queremo' ilusionar

que vayas por la tercera, y volvás a gobernar

Y a Néstor, en el pueblo lo podemos ver

Con Perón y con Evita cantan “vamos a volver”

En el dos mil veintitrés…

No hicimos ningún video (aunque hay varios muy buenos circulando) del tema. Sugiero entonces al lector acompañar esta columna con el video “Si la tocan” de Rudy-Sanz (RS), Fe de erratas del video: donde se escucha: “Si la tocan”, debe escucharse “Si la proscriben”. Gracias.