Dame un mapa de tu amor

Hay quien ve figuras en las manchas de humedad sobre la pared, en las vetas del mármol o de la madera. Este gesto lleva el nombre de “pareidolia” y consiste en una necesidad que tiene el cerebro de buscar patrones reconocibles en objetos aleatorios. Al artista Ed Fairburn, la pareidolia lo tiene sin cuidado. O en todo caso, decidió pasar de las palabras a los hechos. Y es que él se dedica, según explica, a buscar los rostros que viven en las líneas de los mapas y las hojas de ruta. “Apelo a los mapas de papel para construir otras formas, generalmente retratos. A ese proceso lo llamo ‘topopuntillismo’; una combinación directa de topografía y puntillismo”, explica este británico nacido en 1989 en Southampton. Los retratos están realizados con tinta, pintura y lápiz sobre papel. Las calles de la trama urbana, los accidentes naturales, los paralelos y meridianos se transforman en detalles de cada rostro. A la vez, la figura humana se integra a la funcionalidad del mapa en cuestión. “Las líneas ya trazadas me sirven para alimentar la composición en lugar de luchar contra ella; a menudo paso horas estudiando el terreno antes de comenzar a dibujar”, explica. Es que a la vez, cada “lienzo” es único y una línea trazada en falso puede ser un problema. No es raro que el artista se haya transformado en coleccionista de mapas nuevos y antiguos a lo largo del planeta y que esté obsesionado con las texturas singulares de cada papel. “Me encanta la naturaleza efímera de los mapas, la variedad de tipos de papel, su peso, incluso el olor. Nunca hay dos superficies iguales. A veces eso es una lástima, porque de vez en cuando encuentro un tipo de papel que realmente me gusta y que sé que no voy a encontrar otra vez”, agrega. También aprecia cómo los mapas envejecen porque de algún modo se trata de una superficie ya intervenida, que le ahorra el terror a la página en blanco. Pareidolia resists.

El secreto de la vida eterna

La necrópolis de Saqqara fue la principal ciudad de los muertos de Menfis, en el Egipto antiguo, durante más de 3000 años. En 2016, un grupo de arqueólogos egipcios y alemanes descubrieron un taller de embalsamamiento en esa zona y más de un centenar de vasijas. Lo mejor, según los autores del hallazgo, es que muchas aún conservaban instrucciones de lo que contenían o cómo usarlo. Ahora la revista Nature publica los resultados obtenidos de esa investigación. Esto permite, por primera vez, tener un conocimiento detallado de las sustancias que usaban los antiguos embalsamadores en el tránsito de sus muertos a la vida eterna. Por ejemplo, una de las vasijas contenía un compuesto a base de aceite de ricino, usado como antiséptico y fungicida. En seis había información sobre sustancias para lavar el cuerpo, reducir el olor corporal y hasta devolver tersura a la piel. También se encontraron fórmulas para tratar el hígado y el estómago una vez vaciados. El egiptólogo de la Universidad Maximilian de Munich, Philipp Stockhammer, señala que muchas sustancias debían ser traídas desde el norte de África, Indonesia o la Península Ibérica. “Es probable que la momificación haya desempeñado un papel importante en el inicio del comercio global”, arriesga. O sea que los gurúes del e-commerce tienen ancestros egipcios. Aunque su sabiduría les permitía focalizarse en la vida eterna y no en efímeras ganancias terrenales.


Adopte un axolote

En la época prehispánica, el axolote representaba a Xólotl, el dios del inframundo. Sin embargo, la suerte se revirtió y este pequeño anfibio, oriundo de la cuenca de México, ahora está en peligro de extinción. De los seis mil por kilómetro cuadrado que se calculaba había en los canales de Xochimilco en 1998, se redujeron a sólo 36 por kilómetro cuadrado. “Lo vemos en billetes de 50 pesos, en los juegos de Minecraft y en muchas peceras a nivel mundial, pero en realidad debería de estar aquí, en su hábitat”, explica Luis Zambrano González, investigador del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Autónoma de México. Para rehabilitar estos refugios naturales, en su mayoría contaminados, y alentar la reproducción de estos animalitos, el IB lanzó la campaña “Adopte un axolote”. No se trata de comprarlo y llevarlo a casa sino de colaborar económicamente en el rescate de más espacios que puedan ser refugio natural. Hay varias opciones de apoyo a esta causa, que van desde los 200 a los 2700 pesos mexicanos. Después de elegir una, el IB envía un kit digital que incluye un certificado de adopción, postales e infografías sobre las chinampas (o sea, los refugios de Xochimilco) y los axolotes. “Una especie no es tal sin su hábitat, a todos nos gustan estos animales y nos caen bien pero de lo que se trata es de revalorizar su espacio natural. Es la mejor ayuda que podemos darles”, asegura Zambrano.

Tú me quieres blanca

Tejer y hacer patchwork. A eso se dedica Kelley Deal entre gira y gira mientras promociona el flamante disco War poems junto a su socio de R. Rings, Mike Montgomery. De hecho, su bolsas tejidas y sus bufandas hechas con retazos de tela reciclada que ella misma luce de vez en cuando están a la venta en la web: cada accesorio es único y se entrega con garantía firmada por Deal. “En algún momento quise tocar sobria. Los opiáceos son realmente difíciles de dejar y recaí varias veces. Llevo 14 años sin ellos, pero tejer es completamente adictivo”, confesó. La guitarrista de The Breeders fue entrevistada por sus fans y el resultado se publicó en una nota de The Guardian donde desmitificó con gran sentido del humor el malditismo de las bandas alternativas en los noventa. “Alguna vez me las arreglé para iniciar un incendio en nuestro chalet pero lo hice tan mal que tuvimos que mudarnos. Eso sí, una noche arrojé un televisor por la ventana de un hotel”, se entusiasmó. Y contó: “De gira con Nirvana, Krist Novoselic dijo que lo había estado pensando y yo dije: ‘¡Hagámoslo!’. Llamó a la recepción, obtuvo permiso, pagó la televisión y le pidió a la gente de seguridad que se asegurara de que no hubiera nadie abajo. Este es el tipo de banda dulce que eran. Luego lo empujamos por la ventana. Fue divertido, pero lo más divertido fue toda la planificación y anticipación previas”. En todo caso, la fiereza no hay que buscarla en sus compañeros de ruta sino en sus primeras influencias: “Cuando trabajaba en una pizzería en los ochenta, me enamoré de un artista que hacía mixtapes para mí: Buzzcocks, Cramps, Gang of Four, James Blood Ulmer y esta artista poco conocida llamada Laurie Anderson. En ese entonces, las chicas cantaban ‘bien’. Así que escuchar a Laurie narrando ‘Walk the Dog’ me dejó alucinada”. Aseguró que tampoco le molesta que la sigan confundiendo con su hermana Kim ya que desde chicas cantaron y compusieron juntas. Las dos aparecen en aquel video de “Safari”, mítico en los 90, cuando no era frecuente ver una banda con varias mujeres y menos, vestidas con rara formalidad en pleno auge grunge. “Cuando The Breeders comenzó, yo era empleada en el sector de defensa de una base de la fuerza aérea. Llevaba una bolsa de ropa rockera para cambiarme pero me daba una onda artificial así que me quedé con el traje del trabajo. Quería enviar un mensaje de que la música no es un club exclusivo, que cualquier chica puede hacerlo”. Dicho así, parece más sencillo que aprender a tejer y a arrojar televisores por la ventana.