El presidente Donald Trump acaba de lanzar una orden sumamente discriminatoria para la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) estadounidense, al prohibir la entrada de las personas transexuales a las Fuerzas Armadas. El republicano informó a través de su cuenta de twitter que su Gobierno “no aceptará ni permitirá” que personas transgénero sirvan en ningún nivel del Ejército porque, argumentó, “suponen altos costos médicos”.
“Nuestros militares tienen que concentrase en la victoria decisiva y abrumadora y no se los puede cargar con los tremendos costos médicos y la disrupción que implicaría la presencia de transgéneros entre los militares”, expresó enfático desde su canal de comunicación predilecto, donde también explicó que su polémica decisión fue consultada con “generales y expertos militares”.
A través de esos dos mensajes echó por tierra la iniciativa aprobada por su predecesor, Barack Obama, quien junto con su secretario de Defensa, Ashton Carter, había prohibido la discriminación de ese colectivo en el servicio militar en junio de 2016. Esta orden implicaba ajustes en el sistema médico militar y nuevos costos de tratamiento para el colectivo que, según un informe del think tank Rand Corporation, asciende actualmente a 2450 personas dentro de las milicias. En aquel entonces, Carter había dicho que las Fuerzas Armadas necesitaban reclutar a las mejores personas disponibles “sin barreras que no estuvieran vinculadas a la calificación de esa persona".
Justamente hoy era el día en que ese proyecto iba a entrar en vigor, pero Trump anunció su paralización y encendió las alarmas entre los organismos de derechos humanos. Previamente, el 30 de junio, el Pentágono había anunciado un aplazamiento de seis meses para iniciar el reclutamiento. Trump lo suspendió por completo esta mañana pero también dejó una ventana abierta para que se pueda expulsar a los transexuales que ya están integrados al ejército, que se calcula en un 1 por ciento de los uniformados.
El estudio de Rand Comporation estimó, contrario a los argumentos que esgrimió el presidente para dictaminar la medida, que el aumento del costo médico implicó entre un 2,4 y 8,4 millones de dólares al año, o sea, no más de un 0,13 por ciento de los gastos médicos totales del Ejército. El anuncio discriminatorio del magnate tampoco se condice con el aumento del presupuesto en 54 millones que determinó como una de sus principales decisiones al asumir su mandato.
La Campaña por los Derechos Humanos (Human Right Campaing, en inglés) alertó a poco de conocerse la noticia que alrededor de 15 mil norteamericanos transgénero “sirven con valentía a nuestro país” y repudió con dureza al republicano. “Ha probado que es un antipatriota y que no está capacitado para servir como Comandante en Jefe”, expresaron desde su twitter, desde donde sumaron los mensajes de apoyo de los parlamentarios que criticaron el anuncio del magnate.
Una de ellas fue la congresista de Florida Ileana Ros-Lehtinen, quien inclusive es miembro activo del Partido Republicano. "Ningún estadounidense, sin importar su orientación sexual o identidad de género, debe ser impedido del honor y el privilegio de servir a nuestra Nación", manifestó desde su twitter. El senador demócrata de Masachusetts Ed Markey expresó a su turno que los militares transgénero "no son una distracción, son patriotas dedicados".