El acuerdo antiinmigratorio firmado en marzo pasado por Turquía y la Unión Europea podría romperse en cualquier momento. “Si van más lejos abriremos las fronteras”, advirtió hoy el presidente Recep Tayyip Erdogan. Turquía pretende ingresar a la Unión Europea como miembro pleno. Pero en las últimas horas, el Parlamento Europeo instó a congelar las negociaciones de adhesión del país por no reformar su legislación antiterrorista, endurecida tras el fallido golpe de Estado de este año.
Aunque esa resolución no tiene carácter vinculante, despertó la ira del gobierno de Ankara, que desde 1963 busca ingresar a la Unión Europea. “Cuando los niños muertos golpearon las costas mediterráneas ustedes no decidieron cuidarlos. Cuando los barriles bomba llovieron sobre estas personas, nosotros no los abandonamos a su suerte. Los ayudamos sin preguntar si vendría ayuda o no de la UE. Nosotros alimentamos a 3 millones de refugiados y no hemos abierto las fronteras esperando que nos llegase apoyo de la UE. Pero ustedes no han cumplido sus promesas”, agregó Erdogan.
El jueves el presidente turco dijo que la decisión del Parlamento Europeo era una “crítica injusta” y acusó al bloque de “estar del lado de los terroristas”. El acuerdo firmado en marzo establecía que Turquía acogería refugiados a cambio de que los ciudadanos turcos pudiesen viajar sin visado a la Europa comunitaria. A la par, había una serie de disposiciones, entre ellas la que estancó todo: la reforma de la ley antiterrorista turca, a la que se negó Erdogan en mayo. Y que disparó las críticas de Bruselas.
“Durante 53 años, la UE no nos ha abierto la puerta. ¿Qué ha ocurrido? ¿Nos hemos hundido? Miren a donde hemos llevado a Turquía en 14 años de gobierno islamista. ¡Es Occidente el que necesita a Turquía y no al revés!”, subió la puesta un envalentonado Erdogan, quien en las últimas semanas planteó la posibilidad de un referéndum, al estilo del Brexit en el Reino Unido, para determinar si continúan o no las negociaciones para ingresar en la Unión Europea.
Hace un mes, Hans Doskozil, ministro de Defensa de Austria, había alertado sobre la posible suspensión del acuerdo antiinmigratorio entre Turquía y la UE, y que en tal caso el bloque debía elaborar un plan de contingencia.
Con todo, muchos analistas estiman que Erdogan no abriría las puertas tan fácilmente a todos los refugiados para que salgan del país. Desde que se frustró el golpe de Estado contra Erdogan el 15 de julio pasado, se cancelaron más de 50 mil pasaportes. Una apertura de las fronteras podría servir para que huyan los opositores a Erdogan.
Ha habido voces a favor de la expulsión. Galip Öztürk, dueño de la empresa de transportes Metro, y uno de los empresarios más cercanos al gobierno, afirmó que, en cuanto Erdogan lo disponga, “estamos listos para enviar a los refugiados a la frontera con nuestros miles de autobuses”.