El año 2022 fue excepcional en cuanto a incendios forestales en la provincia de Salta. La superficie vegetal afectada por el fuego, principalmente durante los meses de agosto y diciembre, superó las cien mil hectáreas.
Este cálculo se desprende de informes que regularmente elabora el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) y se denominan “Reporte técnico de ocurrencia”. El conteo de hectáreas quemadas arrojó un total estimado de 100.682, que se ubicaron principalmente en el departamento Orán. En escala descendente, le siguieron las jurisdicciones de General San Martín, Metán, Capital y Chicoana. Los reportes consultados corresponden a octubre y diciembre que arrojaron resultados definitivos de hectáreas quemadas a medida que los incendios eran clasificados por el SNMF como extinguidos.
Solo en Salta, la superficie calculada según datos del SNMF durante el segundo semestre del año pasado, no se aleja demasiado de las 95.000 hectáreas calculadas por Greenpeace. La ONG las reportó en un informe publicado recientemente en el que analizó el proceso de deforestación en el norte argentino en 2022.
Ese proceso de pérdida de masa vegetal, particularmente de bosques y su biodiversidad, es un fenómeno en desarrollo que –en la perspectiva de la ONG- tiene dos grandes motores. Por un lado, el avance de la frontera agropecuaria para “ganadería intensiva y soja transgénica que en gran medida se exportan a Asia y Europa”, cita Greenpeace; por otro, los incendios forestales.
En Salta durante 2022, mayoritariamente en los departamentos de Orán y San Martín, el fuego degradó más de cien mil hectáreas, el combo se completó con alrededor de 15.230 hectáreas que obtuvieron permiso de desmonte también durante el año pasado. Ambas cifras elevan el total anual de cobertura vegetal degradada o totalmente transformada, a casi 116.000 hectáreas. Para encontrar un momento con una deforestación similar, hay que regresar al período comprendido entre 2007 y 2011.
El informe de Greenpeace para el norte argentino brindó algunas otras reflexiones puntuales. Primero, tras quince años de la implementación de la Ley de Bosques (26.331) sancionada a finales de 2007, todas las provincias realizaron el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN). Detalló que esto tuvo un efecto sobre la cobertura vegetal y su biodiversidad, porque los OTBN prohibieron “los desmontes en casi el 80% de las zonas forestales” al dividir la superficie en categorías (rojo, amarillo y verde). Sin embargo, en el caso de los ordenamientos de Salta y el Chaco, Greenpeace fue muy crítica: “fueron ilegalmente modificados por los gobiernos provinciales mediante la sistemática realización de recategorizaciones prediales que disminuyeron las áreas donde estaba prohibido el desmonte”. Punto seguido, señaló que desde 2014 “se evidencia una disminución de la deforestación”, y agregó que “en los últimos tres años aumentaron significativamente los incendios forestales”, un dato tangible en otra serie estadística.
Fuego y topadoras
En el informe de Greenpeace, el total calculado de hectáreas de bosques degradados producto del desmonte o el fuego, no discrimina según porcentaje de bosque nativo, arbustal, pastizal u otras coberturas vegetales. En cambio, ese dato sí aparece en la serie histórica disponible para consulta en datos abiertos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Nación.
La información estadística abarca los años que van de 1995 hasta 2021 y para el caso puntual de la provincia de Salta arroja algunas conclusiones. Los años en que se perdió mayor cantidad de especies arbóreas nativas por efecto de los incendios forestales van de 1996 a 2010. Es un período que se superpone a los años en que se registraron mayor cantidad de permisos de desmonte en Salta (2007 a 2011). Desmontes e incendios comparten Orán y General San Martín, dos jurisdicciones del norte salteño que registraron una notoria extensión de la frontera agrícola en esos años, y que en 2022 padecieron los incendios más feroces.
“En forma preliminar, la sumatoria de áreas desmontadas e incendiadas sugiere que la pérdida de bosques nativos durante 2022 en el norte del país podría superar las 200.000 hectáreas”, mencionó Greenpeace al final del informe. En el proceso, solamente Salta supera el 50 por ciento. “Es evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes ilegales e incendios forestales, y los responsables rara vez son obligados a reforestar”, advirtió. Agregó también que “en muchos casos es clara la complicidad de funcionarios”. Para la ONG, la actual emergencia climática como de biodiversidad advierten que es gigantesca la presión antrópica del modelo socioeconómico sobre el entorno natural. Y en este caso, la provincia de Salta ocupó el primer puesto en el norte argentino. “Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desertificación, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades”, concluyó el informe.
Los incendios forestales en Salta durante el año pasado afectaron seriamente el área de la Biósfera de Yungas, también sus zonas de amortiguación. De hecho, a través de los reportes de incendios del Servicio Nacional de Manejo del Fuego se pudo establecer que los incendios que comenzaron después del feriado de octubre de 2022 y que se ubicaron al oeste de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, implicaron la pérdida de 27.981 hectáreas dentro del área de reserva de Biósfera de Yungas. Cuando comenzaron los incendios en agosto de 2022, en la zona de Colonia Santa Rosa, las llamas consumieron 30.047 hectáreas, siempre dentro de la misma zona de reserva declarada por la UNESCO en 2002. Entre El Oculto e Isla de Cañas, por la ruta provincial 18, los incendios forestales degradaron 2375 hectáreas más de bosque nativo. En esa región se encuentran los ayllus de la Comunidad Kolla Tinkunaku, cuyos miembros de organizaron para combatir las llamas.
Fuera del área de Reserva de Biósfera siempre destacó un incendio que nunca fue reportado por las autoridades provinciales. Las consultas realizadas en aquel momento arrojaron que la ausencia de datos sobre esa masa ígnea en Ballivián se debió a que ese municipio del departamento San Martín no cuenta con un cuartel de bomberos. El área boscosa afectada por las llamas se extiende al norte del cruce de las rutas nacionales 50 y 34. Los incendios forestales fueron detectados por los satélites y del análisis de los reporte del SNMF se desprende que allí se quemaron -al menos- 25.285 hectáreas de bosques nativos.
El informe final de 2022 elaborado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación recién estará disponible en mayo próximo. Seguramente arrojará más precisiones sobre la verdadera dimensión de la pérdida de bosque nativo en los incendios forestales en Salta en 2022.