"Creo que puedo ser Madeleine. Necesito una prueba de ADN. Los investigadores de la policía del Reino Unido y Polonia intentan ignorarme. Contaré mi historia en publicaciones aquí. Ayúdame", fueron las palabras que Julia Wendell -la joven polaca de 21 años que dice ser Madeleine McCann- eligió para dar a conocer su caso en redes sociales. El pedido se volvió viral en pocas horas. En la cuenta, Julia compara fotos del momento de la desaparición de Maddie con las de su infancia. Dice que el parecido es contundente.
Mediante una comparación de rasgos y gestos, Julia sostiene en la cuenta de Instagram @iammadeleinemcann que el parecido con la niña desaparecida en 2007 en Portugal es notable.
Julia considera que tiene la misma sonrisa que Madeleine.
Según su relato, tenía una marca en el iris igual a la de Madeleine, pero "se le borró" con el correr de los años.
También señaló que se le marca un hoyuelo en la misma zona de la cara que a la niña desaparecida cuándo tenía tres años.
Además de las fotos que la tienen como protagonista cuando era niña, Julia también señala que su sonrisa se parece a la de Kate McCann, la madre de Maddie.
Para Julia, otra prueba determinante es la separación en los dientes que se ve en las fotos de Madeleine y las de su infancia.
¿Cómo desapareció Madeleine Mccann?
Madeleine McCann tenía tres años cuando desapareció el 3 de mayo de 2007 durante unas vacaciones en Portugal que compartía junto a sus padres, Kate y Gerry, y sus hermanos, Sean y Amelie.
La familia se encontraba hospedada en un departamento de Playa de la Luz del Algarve. Una noche, los padres de la niña se fueron a cenar con dos amigos y dejaron a Madeleine durmiendo junto a sus hermanos. Al volver del lugar se dieron cuenta que la niña ya no estaba.
A finales del mes de mayo, con la esperanza de encontrar a su hija, los padres decidieron pedir ayudar a las autoridades portuguesas y convocaron a medios tanto nacionales como internacionales. Crearon una web para canalizar las donaciones y aportes que pudiesen hacerse en nombre de la causa.
Aunque hubo otros sospechosos de la desaparición durante estos años, actualmente el principal investigado es Christian Brueckner, un alemán imputado por cinco delitos sexuales ocurridos entre diciembre de 2000 y junio de 2017 contra niñas y mujeres de entre 10 y 80 años.