Apuesta por la calidad
En Núñez, al fondo de una calle cortada y con fácil estacionamiento, se esconde el Club Náutico Buchardo, lugar nacido en 1907 sobre el viejo arroyo Medrano con salida directa al Río de la Plata. Hoy, un siglo más tarde, el Medrano yace bajo tierra y el río se adivina lejos, pero el club sigue allí, con canchas de basquet, pileta, clases de gimnasia y fútbol. Y entre tanta oferta brilla su restaurante -manejado desde 2007 por Sergio Gelabert y su hijo Patricio- que supo aprovechar la pandemia para ocupar el aire libre convirtiéndose en una propuesta secreta, con un precioso deck enmarcado entre árboles y lamparitas vintage.
Sergio no sabe cocinar pero sí comer; y cada plato de su restaurante debe estar aprobado por su propio paladar. Lejos de las típicas concesiones de club con sándwiches y minutas rápidas, acá hay una oferta sólida basada en muy buena materia prima: aceite de oliva Zuelo, aceto Millán, pastas secas italianas, carne tierna y una selección de pescados y mariscos superior a la media porteña, todo en porciones generosas a precios amigables. La fórmula funciona y el lugar es un éxito, con 200 comensales por noche.
Se puede comenzar con tortilla de papas ($1500), cornalitos ($1500), rabas ($2500) o muy buenos calamaretti fritos a $2000. Los boquerones son firmes y deliciosos ($1300), lo mismo los buñuelos de espinaca ($1300), el matambre con rusa ($1500) o las distintas opciones de burrata (desde $1800).
La parrilla sorprende con tapa de ojo de bife, corte sabroso y difícil de conseguir en otros lados ($2800). La molleja sale entera y cremosa ($2000) y hay best values como el chorizo a $500. La carta suma minutas (milanesa con fritas a $1500), pollo, ensaladas, pero vale la pena ir sólo por el pescado: suele haber lenguado, abadejo o truchón (desde $2000) con distintas salsas: la reducción de limón es tan simple como sabrosa.
Encontrar un lugar así da felicidad: aires de club, una cocina cuidada, buenos ingredientes y mejores intenciones. Un restaurante para adoptar como propio.
Club Buchardo queda en Av. Comodoro Martín Rivadavia 1250. Horario de atención: lunes a viernes mediodía y noche; sábados solo noche. Reservas por WhatsApp: 11-6409-4907. Instagram: @clubbuchardorestaurante.
Brunch al aire libre
En su mejor momento el restaurante Uco dentro del hotel Fierro supo ser uno de esos lugares que muchos disfrutaban casi en secreto, con su precioso jardín al fondo y una cocina comandada por Edward Holloway, un buen cocinero irlandés radicado en Argentina. Tras una larga pausa pandémica, hoy este lugar vuelve de a poco a prender sus hornallas, comenzando primero con un completo brunch que recupera los mediodías de los fines de semanas en una oferta all inclusive, de esas que invitan a sentarse y disfrutar de sol de manera relajada.
Respetuoso de la idea de brunch anglosajón pero con varios caprichos albicelestes, la propuesta de Uco es la de un menú fijo dividido en pasos. La primera parte arranca con la sección que se percibe más cercana al desayuno continental: hay fruta de estación fileteada (podrá ser ananá, mango u otra), también yogurt casero con granola, un mini scon de estilo inglés, una medialuna argentina, un jugo de naranja y un shot de vegetales energizante. Luego siguen los platos más calóricos, con un camino de opciones a elegir. De entrada, por ejemplo, vale pedir el carpaccio de bresaola casera (Holloway se especializó en la elaboración de embutidos y salazones) o un carpaccio de remolacha. De principal sigue un contundente desayuno irlandés (panceta, salchicha, huevo frito, morcilla, tomate y porotos), y quien prefiera algo más liviano puede ir por los fish&chips o los huevos preparados a gusto. Todo culmina dulcemente con dos postres posibles: unas muy veraniegas frutillas con sorbet de torrontés o el más goloso carrot cake con helado de queso crema.
Como no hay brunch que se precie sin las bebidas adecuadas, acá ese tema lo resuelven con café colombiano espresso o té de la marca Heredia. Además, una festiva copa de vino o cóctel a elección entre Gin&Tonic, vermuth Lunfa y Aperol Spritz. Todo esto vale $4800 por persona, cifra razonable para un brunch así en uno de los bellos jardines escondidos que quedan en la ciudad porteña.
Uco Restaurante queda en Fierro Hotel (Soler 5862). Horario de atención de brunch: sábados y domingos de 12.30 a 15. Solo con reserva previa al WhatsApp 11-2761-6688. Instagram: @uco_restaurant.
Vera tradición italiana
Tras una década de abierto, L’adesso es un clásico de la gastronomía italiana en Buenos Aires. Una ciudad donde abundan las propuestas ítaloporteñas, mezcla de sabores inmigrantes con acento europeo, pero con escasa cocina italiana verdadera, esa que exhibe platos respetuosos de las técnicas, las recetas y los sabores originales. A eso se dedica Leonardo Fumarola, el reconocido chef y propietario de este restaurante en Palermo.
Hace unos años Fumarola apostaba por una versión contemporánea de esa cocina aprendida en su país natal; con el tiempo, el menú se fue acercando a la tradición, profundizando en los platos que hicieron de Italia una potencia gastronómica global. Ejemplos como la burrata con rúcula y tomate confitado ($2900), la porchetta romana con zuchinis a la menta ($2900) o la parmigiana di melanzane, esa deliciosa mezcla productos del verano como la berenjena y el tomate con buen queso estacionado ($2900).
El fuerte son las pastas caseras, con siete opciones que cambian según estación: hoy salen fettucinne con langostinos y zuchinis ($3300), scialatielli con ragú napoletano (una pasta corta con pechito de cerdo cocinado por largo tiempo en salsa de tomate, $$2900) o tortellini de calabaza con salvia y amaretti ($2900), entre otros. La especialidad es el famoso cacio e pepe de la casa, una pasta larga que se termina en la misma mesa, dentro de una gran horma de queso pecorino con el propio caldo de cocción y abundante pimienta negra ($5000).
Hay más: cuentan con pastas secas sin gluten (servidas con salsas similares a las clásicas) y dos platos proteicos: la pesca del día con espinaca y pasa de uva ($3200) y un invernal ossobuco con polenta ($3200). Para terminar, ricos helados de avellana, pistacho y chocolate ($1700), tiramisú y un imperdible cannoli siciliano relleno de ricota.
Lo mejor: el salón de L’adesso muestra una sobria elegancia, pero vale la pena atravesarlo para llegar al gran jardín que se esconde atrás, y comer allí en la intimidad de los árboles y las enredaderas.
L'adesso Ristorante queda en Oro 2047. Horario de atención: martes a sábados de 20 a 24; domingos de 12:30 a 16. WhatsApp: 11-3807-5492. Instagram: @ladesso_ristorante.