El presidente Alberto Fernández viajó este miércoles a la Base Marambio de la Antártida para celebrar los 119 años de "presencia permanente e initerrumpida" del país en ese continente y destacó que se trata de "un enclave vital de la soberanía territorial y política". El jefe de Estado emitió un breve mensaje por cadena nacional en el que destacó la relevancia de la "conservación del ecosistema antártico" y en la defensa de los recursos estratégicos.
"Más y mejor ciencia y protección del medioambiente significan mejor conocimiento de nuestros espacios; en medio de la crisis climática, estos hielos, este cielo son una promesa al planeta", valoró Fernández para marcar la importancia actual y global de esa porción de territorio nacional.
En ese sentido, Fernández unió la histórica presencia argentina en la Antártida con los legítimos derechos sobre las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, al sostener que son "una causa actual" y que van más allá de "la memoria de la guerra" en el Atlántico Sur, de 1982. Y agregó que la Argentina y Chile presentaron un proyecto para el "establecimiento de un área marina protegida en la zona de la Península Antártica".
En ese tono, el presidente agradeció al personal militar y científico que permanece en la Antártida: "Ustedes marcan la continuidad de 119 años de presencia permanente e ininterrumpida de la Argentina en el continente antártico". Al tiempo que destacó que su visita es la primera en 20 años por parte de un jefe de Estado. "Sólo cuatro presidentes visitaron la Antártida. Soy el primero en hacerlo luego de más de veinte años y por esto también me embarga una profunda emoción".
Un país bicontinental
"El crecimiento de nuestra Argentina tiene proyección hacia el Sur y visión bicontinental y parte del desarrollo nacional depende de la defensa de sus componentes estratégicos", expresó el Presidente en su discurso desde la base Marambio.
El jefe de Estado viajó a la Antártida esta mañana desde la ciudad fueguina de Ushuaia
y se convirtió en el cuarto jefe de Estado en pisar ese suelo austral nacional, que a partir del Tratado Antártico de 1959 permanece resguardado para la cooperación internacional con fines científicos, de uso exclusivamente pacífico.
"En un momento en que el mundo es pura incertidumbre, la Antártida es zona de paz y una imagen del futuro. Esta tierra, antes mítica, hoy está al alcance de nuestra ciencia y tecnología, de nuestra planificación estratégica y de nuestra capacidad de proyectar", destacó Fernández al compartir imágenes de su viaje en las redes sociales.
En Marambio, principal puerta de entrada de la logística argentina a la Antártida, el jefe de Estado estuvo acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero; de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; y de Cultura, Tristán Bauer.
También fueron de la partida el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona; y la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, entre otros funcionarios.
La Antártida y la soberanía
"La Primera Expedición Científica a la Antártida Continental Argentina destinada a crear una base permanente partió el 12 de febrero de 1951 del puerto de Buenos Aires; el entonces presidente Juan Domingo Perón y Eva Duarte despidieron a quienes iban a crear el Instituto Antártico, la primera institución científica a nivel mundial dedicada exclusivamente a la investigación", recordó el presidente en su mensaje.
Y precisó que la presencia "ininterrumpida" en la Antártida data de 1902, mientras que el 22 de febrero de 1904 --día que marca la celebración del Día de la Antártida-- se estableció el Observatorio Meteorológico en las Islas Orcadas del Sur.
Fernández subrayó que Perón "sabía que la ciencia es soberanía" y aseguró: "No hay desarrollo posible sin producción científico-tecnológica". "Por eso, la Antártida es un centro de investigación científica de gran importancia para la humanidad y para nuestro país".
"Es hora de volver a poner la vista en el sur; Malvinas es una causa actual y es más que la memoria de la guerra: es una causa nacional porque el Atlántico Sur y, sin dudas, nuestro territorio antártico son un enclave vital de nuestra soberanía territorial y política", concluyó.