Sobre los padres exasperados versará el tema de la séptima Jornada del Instituto Psicoanalítico del Niño. Podemos imaginarlos fácilmente como la imagen que nos es familiar. Están exasperados por su pequeño –o gran– terror de agitación incontrolable. Sin embargo, otro tipo de terror parece escucharse cada vez más en consultorios o instituciones. Jóvenes adolescentes con síntomas discretos, malestar difuso e indescriptible, que llegan acompañados de sus padres aturdidos tras el descubrimiento fortuito de la escarificación o a veces tras un intento de suicidio. Lo terrible aquí adquiere la apariencia de un joven taciturno y silencioso.

En su texto Paternidades después del patriarcado, Éric Laurent nos invita a investigar: definir caso por caso lo que dislumbra a la familia, "lo que hace oficio de padre en la configuración de los goces de hoy."

Encontrar lo que dislumbra es tener éxito en identificar lo que vendrá, en ausencia del padre, a funcionar del lado de la excepción.

Para estos adolescentes, es precisamente muy difícil notar una aspereza, encontrar a qué aferrarse para suavizar más tarde el malestar. De hecho, en los últimos años, hemos visto en gran número a estos adolescentes en quienes no notamos agitación, gritos o rebelión ruidosa. Por el contrario, son buenos estudiantes sin incidentes, siempre buenos. Parecen haber salido de una infancia tranquila en familias amorosas. Como un cuento de hadas brutalmente interrumpido. La prensa hace eco de este malestar.

Ciertos establecimientos, los llamados establecimientos de excelencia, incluso han recurrido a auditorías, ya que el estado mental de muchos de sus estudiantes les preocupa. Los hallazgos confirman dudas, destacan el número de jóvenes, en su mayoría niñas, en gran dificultad, que van desde trastornos alimentarios hasta ideación suicida, a menudo ambos. La mayoría de estos estudiantes con sufrimiento mental dicen que sienten un gran vacío. Un último aspecto que destaca en las conclusiones es la dificultad que tienen estos jóvenes para “comunicarse”, es decir, para encontrar a alguien con quien hablar sobre su angustia.

¿Qué pasó para que el niño feliz, que da plena satisfacción, se convierta en este joven adolescente abandonado del deseo de vivir?

*Psicoanalista. Fragmento de la nota publicada en Psicoanálisis Lacaniano, el pasado 14/02/2023.