La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires elaboró un informe sobre las irregularidades en la compra de insumos del Ministerio de Salud porteño durante la emergencia sanitaria por la pandemia de covid - 19. El informe ratifica con detalles lo que ya diversas organizaciones habían denunciado en abril de 2020: que el GCBA pagó hasta 104 por ciento de sobreprecios en la compra de barbijos. Además, el informe precisa que el Ministerio adquirió barbijos a una empresa intermediaria que no poseía habilitación como distribuidora de productos médicos, sino que se dedicaba a "asesoramiento técnico en cambio de marca": "La Ciudad se los compró a una consultora de imagen y marca", advirtió el auditor general por el Frente de Todos, Lisandro Teszkiewicz.
El informe de casi cien páginas de la Auditoría se centra en las compras de insumos realizadas por el Ministerio en el año 2020 y cuenta con 23 "observaciones" sobre las irregularidades en las contrataciones directas de ese período de emergencia. El punto más destacado es el que refiere a los precios pagados por la cartera a cargo de Fernán Quirós a cambio de barbijos en marzo y abril de 2020. Según precisa el informe, en una de las tres compras de ese período por "barbijos tricapa de un solo uso marca Dimex" la administración porteña pagó "un valor por unidad de 35 pesos" a la empresa Cinmor, dueña de Dimex. Esa compra fue por 3.400.000 barbijos por 119 millones de pesos. La adquisición incluyó otros insumos como camisolines, cofias y botas, y en total fue por algo más de 196 millones de pesos.
Lo curioso es que seis días antes de esa compra, el 30 de marzo de 2020, se tramitó la contratación de los mismos barbijos, de la misma marca, por "un valor unitario de 68 pesos, representando el 94,29 por ciento más que el valor del expediente anterior", según precisa el informe. Ese caso el contrato fue por 5 millones de barbijos por un total de 340 millones de pesos y ya no con Cinmor sino con la intermediaria E-Zay, a la que se le pagaron 170 millones por adelantado. Finalmente, la marca no entregó la totalidad de los barbijos y el GCBA tuvo que rescindir el contrato. "Es una empresa que se dedica al ‘asesoramiento técnico en cambio de marca’, es decir al marketing de negocios, pero la Ciudad le compró insumos médicos", explicó Teszkiewicz.
“En el propio expediente de la contratación directa el Área de Legales dice: ‘se deja constancia de que la empresa no posee habilitación como distribuidor de productos médicos’. No cualquiera puede vender insumos médicos, pero la Ciudad se los compró a una consultora de imagen y marca. Da la sensación de que un club de amigos del larretismo que tiene empresas, y tenía dólares frescos para invertir, salió al mercado y compró los insumos que la Ciudad necesitaba para que Larreta se los compre a ellos con sobreprecios”, alertó el auditor.
En el informe, los y las auditoras precisan que en ese proceso de contratación "no se tuvo en cuenta el 'objeto' detallado en la cláusula tercera de la Escritura Pública de Constitución de Sociedad" de E-Zay. El objeto declarado por la Sociedad habla de "comercialización, distribución, importación y exportación" de insumos de informática, de soporte técnico en computación y comercialización de licencias, pero nada dice de insumos médicos.
Pero la mayor tajada, según el informe de la Auditoría, se lo llevó la empresa Roitz, quien se presentó como representante comercial de Cinmor, y el 10 de abril vendió los mismos barbijos que había vendido su supuesta empresa representada pero por más del doble de precio. En ese caso fueron 600 mil barbijos tricapa "por un valor unitario de 71,40 pesos, siendo un 104 por ciento superior al valor ofertado y adjudicado de su representada". La Auditoría también precisa que esa empresa no estaba autorizada para firmar contratos con el Estado por incumplir requisitos del Registro de Proveedores de la Ciudad.
"No son las únicas irregularidades encontradas en el informe. También pudimos verificar que parte de los expedientes fueron armados luego de que se hicieran las compras, algunos cuando ya se había ejecutado el 60 por ciento del contrato, cuando se incorporaron los valores de referencia al expediente, lo que quiere decir que Larreta compra y paga sin saber cuánto cuestan las cosas”, agregó Teszkiewicz. Además, los y las auditoras encontraron que, al momento de la compra, el GCBA ya tenía contratos con otros cuatro proveedores de barbijos y camisolines, a los que podría haber pedido la provisión de los barbijos.
El auditor del FdT sostuvo en este sentido que eso se podría haber hecho incluso "a un precio qu fue acordado antes de la pandemia". "En vez de usar esas licitaciones, salió a realizar compras directas con precios que aumentan entre un 94 y un 104 por ciento los costos de la ciudad y que provocaron una demora en la entrega de los productos, de entre 28 y 46 días, cuando la necesidad era urgente”, concluyó Teszkiewicz.
Los casos de sobreprecios ya habían sido denunciados en abril de 2020 por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, que aseguró que, entre todas las compras, el GCBA había llegado a gastar 207 millones de pesos de más. También en abril de ese año el GCBA fue denunciado por la compra de 15 mil barbijos N95 por 3 mil pesos cada uno, aunque la causa fue archivada. En esa ocasión presentó su renuncia Nicolás Montovio, subsecretario de Administración del Sistema de Salud.